En el agua revuelta, pesca al pescador. Y con el creciente aumento de la tensión en el noreste de Asia, debido a los insultos casi a diario intercambiadas por el régimen de Corea del Norte y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el primer ministro japonés, Shinzo Abe , se decidió a lanzar la caña de pescar y llamar a elecciones generales su país. El jueves disolverá la Cámara Baja, primer paso para llamar a elecciones. La fecha de la votación aún no se ha fijado, pero los analistas consideran que puede ser en torno al 22 de octubre.

Las encuestas dan al jefe del Gobierno japonés una clara ventaja sobre sus posibles adversarios. Si hace unos meses su popularidad fue en torno al 30%, obstaculizado por varios escándalo de favoritismo, y que sufrió una dura derrota en las elecciones locales en Tokio , perdiendo a un partido municipal, ahora su aprobación en torno al 50%. De acuerdo con las encuestas, ese aumento se debe en parte a la imagen de líder duro que logró proyectar en el país durante los últimos acontecimientos en la disputa sobre el programa armamentista norcoreano.

Desde agosto, el régimen de Kim Jong-un lanzó dos misiles que volaban sobre el territorio japonés por primera vez en varias décadas antes de caer en el océano, lo que permitió, en ambas ocasiones, el sistema de alarma japonés. El líder de Corea del Norte, que a principios de este mes ordenó la sexta prueba nuclear en su país , amenazó con intensificar el desarrollo de su programa de armas nucleares y misiles balísticos y "hundir" Japón, el principal aliado de Estados Unidos en la región.

En una conferencia de prensa el lunes para anunciar la disolución de la Cámara Baja, Abe, de 63 años, justificó la decisión de celebrar elecciones anticipadas para la necesidad de un apoyo popular sólido para hacer frente a las amenazas de Corea del Norte . Pero también para concluir su plan económico, el "Abenomics".

"Soy consciente de que serán elecciones difíciles, pero en esta situación en que Corea del Norte nos amenaza, quiero cumplir mi responsabilidad como líder del país", dijo Abe, citado por Efe.

Pero no parece, al menos por ahora, que el primer ministro tendrá muchas dificultades para conseguir su cuarto mandato y convertirse en uno de los líderes más duraderos de la historia reciente del país. Las encuestas le dan el 42% de las intenciones de voto, contra sólo el 8% al principal partido de la oposición, el Democrático, debilitado por las diferencias internas y la reciente renuncia de su líder. A priori, la ventaja de Abe es suficiente para garantizar la continuidad de la mayoría cómoda de su coalición con el budista Nuevo Komeito, al lado del cual su Partido Liberal Democrático (PLD) posee 329 de los 425 asientos de la Cámara Baja.

El desafío sorprendente podría venir de la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, la gran vencedora de las elecciones municipales de julio. Koike anunció el lunes la creación de una nueva formación política, el Partido de la Esperanza ("Kibo no To"), que intenta repetir nacionalmente la victoria obtenida en Tokio, donde arrebató la mayoría del PLD y 49 sus 50 candidatos conquistaron asientos en la asamblea metropolitana. Como hizo entonces, la gobernadora propone una plataforma basada en el rechazo de la energía nuclear, en la promoción del papel de la mujer y en la transparencia en la administración.

Si llega a la elección, Abe tendrá las manos libres para implementar una de las medidas clave de su plan económico, el impopular aumento del impuesto sobre el consumo, previsto para octubre de 2019.

En su conferencia de prensa del lunes, el jefe de Gobierno anunció un plan de estímulo de 2 billones de yenes (unos 56.000 millones de reales), que se destinar al gasto social ya la educación, y que serían financiados con lo que se recaiga en el impuesto sobre el consumo. Las previsiones de los expertos indican que el aumento del impuesto sobre el valor agregado, que pasará del 8% al 10%, producirá una renta extra para las arcas del Estado de más de 5 billones de yenes (unos 138.000 millones de reales). Inicialmente, el 80% de esa cantidad, cerca de 4 billones, debería utilizarse para reducir el déficit.

Y si Abe falla en sus cálculos políticos y obtiene resultados peores de lo esperado puede poner en peligro su viejo sueño, reformar la Constitución pacifista japonesa. Para iniciar la convocatoria de un referéndum necesita una mayoría de dos tercios en la Cámara Baja, algo que ya posee. Un resultado malo en las elecciones podría dejarlo sin esa ventaja.

UN NUEVO PARTIDO
El lunes, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, anunció la formación de un nuevo partido nacional, llamado Partido de la Esperanza.

Koike presidía el Primer Partido de los Residentes de Tokio, que obtuvo una victoria retumbante en las elecciones de la Asamblea de Tokio en julio y arrebató a la mayoría del partido de Shinzo Abe. "Vamos a llevar el modelo de Tokio al campo político nacional", dijo la gobernadora de la capital. La presentación oficial del partido está prevista para el miércoles.

Reuters