A pesar de sus intenciones de revalidar su banca por La Rioja, el senador nacional Carlos Menem llegará a las elecciones del próximo 22 de octubre con un alto promedio de ausencia en la Cámara alta y un escaso nivel de participación en los debates, algo que quedó en evidencia entre 2013 y 2015 cuando sólo asistió a una sesión en esos tres períodos.

Las causas judiciales en su contra, los achaques de la edad, su casi nula participación en el Senado en los últimos años y la inhabilitación de su precandidatura que sufrió en las primarias no hicieron mella en su rendimiento electoral: en agosto ganó las PASO con 43 puntos y una ventaja de nueve sobre el postulante de Cambiemos, Julio Martínez.

Desde su llegada a la Cámara alta en representación de La Rioja, el 10 de diciembre de 2005, el referente peronista tuvo un rendimiento cuestionable en lo que se refiere a la producción de iniciativas, la participación en los debates e incluso en la asistencia a las sesiones.

A escasos meses de que concluya su segundo mandato, que será extendido otros seis años ya sea en representación de la mayoría o de la minoría, el exmandatario tiene un alto nivel de ausencia a las sesiones (ordinarias y extraordinarias): de las 179 que hubo desde que está al frente de su banca faltó a 117, es decir que faltó al 65 por ciento.

De acuerdo a un relevamiento realizado por NA en base a las actas de las sesiones, Carlos Saúl Menem registró 62 presentes, 104 ausente con aviso, un ausente, nueve licencias y tres licencias por enfermedad.

Entre 2013 y 2015 el riojano tuvo su peor marca: de las 34 sesiones que hubo en esos tres períodos legislativos sólo asistió a una ordinaria en 2014.

Con sus 87 años, el exjefe de Estado es el senador de mayor edad en la actual composición de la Cámara alta y, debido a que seguramente revalidará su banca, continuará representando a La Rioja hasta 2023, cuando cumpla 93.

Además del polémico registro de presencias, Menem también deja mucho que desear en lo que se refiere a presentación de iniciativas, ya que en los casi 12 años que ejerce como senador su firma aparece en sólo 57 proyectos de ley, algunos propios y otros en conjunto con otros senadores.

El último proyecto que presentó fue uno de declaración en septiembre del año pasado, cuando había pedido que se consideraran de interés una serie de jornadas sobre "la atención de la salud en la hipermodernidad".

Tal es su nivel de inactividad al frente de su banca que es el único de los 72 senadores nacionales que no forma parte de ninguna de las 51 comisiones que existen, entre permanentes y especiales.

Asimismo, llama la atención que en las 62 sesiones de las que participó haya pronunciado sólo 3.307 palabras en total: es decir, un promedio de 53 vocablos por cada debate en el recinto, aunque cabe resaltar que en los períodos legislativos de 2007, 2009, 2012, 2013, 2014, 2015 y en lo que va del 2017 no se escuchó su voz.

Ante estas cifras, varios referentes de espacios no peronistas criticaron en los últimos meses la presencia del riojano en el Senado y aseguraron que sólo le interesan los fueros y así utiliza su banca como "aguantadero" frente a los expedientes judiciales que tiene en su contra.

Luego de sus diez años al frente del Poder Ejecutivo, entre 1989 y 1999, Menem acumuló varias causas, entre las que se destacan su imputación por presunto encubrimiento en el atentado a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y las condenas a siete años de prisión de cumplimiento efectivo por tráfico de armas a Croacia y Ecuador y a cuatro años y medio por el delito de peculado por pago de sobresueldos a funcionarios durante su gestión.

Curiosamente, el 26 de octubre, es decir cuatro días después de los comicios, comenzarán los alegatos en el juicio oral en el que se investigan los delitos de encubrimiento, peculado y privación ilegítima de la libertad en la tramitación de la causa iniciada a partir del ataque terrorista del 18 de julio de 1994.

Durante las PASO del último 13 de agosto su precandidatura por el Frente Justicialista Riojano estuvo inhabilitada por un fallo de la Cámara Nacional Electoral debido a la condena en la causa por la venta ilegal de armas, aunque su boleta igual estuvo en los cuartos oscuros de la provincia cordillerana.

Tras esos comicios, la Justicia habilitó su postulación y, por ello, podrá competir en las generales del próximo 22 de octubre.