A tres semanas de las elecciones legislativas, el foco de atención nacional no deja de apuntar a la competencia por las tres senadurías de la provincia de Buenos Aires. La eventual derrota o victoria de Cristina Fernández de Kirchner, coinciden los analistas, tendrá un inevitable impacto en el mapa político del país post-octubre. 

A diferencia de lo que ocurría en la previa de las PASO de agosto, cuando mayormente las encuestas favorecían a la ex presidenta por un margen mayor al que finalmente se dio, ahora los sondeos son favorables a Cambiemos. 

En las primarias bonaerenses, tras un conteo provisorio (y pícaro) favorable al oficialismo, se impuso finalmente Cristina Fernández al candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich, por 0,21%. Unos 3.229.194 votos contra 3.208.870. Un 34,27% a 34,06%. 

Para el macrismo, esos 20.324 votos de diferencia fueron muy poco teniendo en cuenta que enfrente hay una candidata que fue dos veces presidenta de la Nación. 
Para el kirchnerismo, se trató de una hazaña: “Hicimos campaña con Cristina y un celular”, resumió el radical Leopoldo Moreau (quien volvería a la Cámara de Diputados integrando la lista de Unidad Ciudadana), para describir una campaña austera en gigantografías y otros medios de campaña. 

Esa tónica de difusión no ha cambiado en esta nueva campaña: la Panamericana, que atraviesa distintos distritos bonaerenses, es un desfile de grandes carteles de la gobernadora María Eugenia Vidal o de Bullrich, de Sergio Massa (candidato a senador por 1País) o de Florencio Randazzo, quien como candidato al Senado en representación del sello oficial del PJ cuenta con una caja de 37 millones de pesos para este tramo pre-electoral. 

Entre los últimos trabajos de campo conocidos está el de Ricardo Rouvier & Asociados. Esta encuestadora -que supo trabajar históricamente con candidatos kirchneristas o peronistas- ubica a Bullrich unos seis puntos por encima de Cristina Fernández. Unos 38,5 puntos contra 32,5. 

“Cambiemos mejora su posición competitiva en relación a las PASO por el envión que le dio el triunfo a nivel nacional y también por una expectativa más favorable sobre el futuro de la economía”, resume Rouvier. También observa que la imagen negativa de Cristina Fernández “supera a la positiva por 29 puntos”: 33,3% a 62,4%. 

El sondeo de esta encuestadora, advierten sus propios hacedores, arrojó un alto número de indecisos: 9,4%. “Es un porcentaje muy importante que podría producir algunas modificaciones en los resultados”, se ataja Rouvier. 

También se señala el decrecimiento de Massa en relación a las PASO (de 15% a 9,4). “Esos votos se transfieren casi en su totalidad a Cambiemos”, interpretó. Randazzo “mantiene sus votos con una leve caída”: de 5,9 a 5. 

¿Por qué Cristina Fernández sacaría menos porcentaje en octubre que en agosto? Rouvier vuelve, entonces, a los indecisos. Una proyección de ese universo de votantes podría ubicarla por encima del 35%, pero también impulsa de manera ascendente a Bullrich. 

“Cristina Fernández no tiene mucho en dónde pescar fuera de la pecera donde ya capturó: le apunta a los casi seis puntos de Randazzo, un voto peronista, por eso vuelve a la dinámica de los actos a cielo abierto, populosos, peroniza el discurso. Dice que más allá de su apellido, fue siempre peronista. Así pasó de 34 puntos a 36,4%, diferencia que se corresponde con lo que pierde Randazzo. Está rascando la olla, pasando el pancito por donde aún queda salsa”, graficó Gustavo Marangoni, uno de los directores de M&R, consultora asociada a Query Argentina. 

En charla con este diario, Marangoni (quien supo ser un estrecho colaborador de Daniel Scioli en la gobernación bonaerense) tampoco duda en afirmar que 1País, la alianza sin horizonte político que sellaron Massa y Margarita Stolbizer, pierde votos a favor de Cambiemos. “Bullrich pasa de 34% a 39,6%. Son los cinco puntos que pierde Sergio”, dice. 

Marangoni alude al voto útil. “¿Por qué, después del resultado de las PASO, alguien que ve a su candidato a veinte puntos del primero insistirá si no tiene ninguna posibilidad?”, se pregunta. “Esto es un balotaje legislativo. El Gobierno planteó una polarización y Cristina tomó el guante”, agrega. 

Sobre la hecatombe electoral de Massa (casi 4 millones de votos en 2013, contra 1,4 millón en agosto pasado), analizó Marangoni: “Intentó la estrategia 'sofá cama': 'yo represento lo mejor del peronismo y lo mejor de Cambiemos', pero como aquél, ni te sentás cómodo ni podés dormir bien. Se lo devoró la polarización”. 

La campaña también muestra una participación estelar del presidente, Mauricio Macri, y de la gobernadora Vidal. Bullrich no se aparta de ese paraguas. “Tenemos trabajos que nos arrojan muy buena imagen presidencial”, dicen en Cambiemos.

La encuestadora OPS M, de Enrique Zuleta Puceiro, da una leve diferencia a favor de Bullrich: 37,4% contra 36,3% de Cristina Fernández. OPSM observa un gran caída de Randazzo, quien todos los días sufre un abandono, en su mayoría con rumbo a Unidad Ciudadana. Anteayer rompió Julián Domínguez, uno de sus aliados más fuertes. El PJ-Cumplir pasa de casi 6 puntos a 2,7 y es superado, en la proyección, por el Frente de Izquierda, que impulsa a Néstor Pitrola, con un 3,3%. 

Fernando Larrosa, director de la Consultora CEIS, dijo a este diario que recién “este lunes o martes” tendrá las conclusiones de una nueva medición. El trabajo que realizó hace unos quince días, cuando aún no había arrancado la campaña, le arrojó una pequeña diferencia a favor de Cristina Fernández: 37 a 35. 

“Pero hay un margen de error (y un 5% que 'no sabe o no contesta') que indica, antes que nada, una gran paridad. Los números preliminares del nuevo trabajo indican algo similar: paridad y no más de dos puntos de diferencia”, dijo a este diario.

“Esta semana el gobierno tuvo varios golpes de efecto que podrían jugar a favor, como la impactante detención del 'Pata' Medina o la foto de De Vido en el inicio del juicio por la tragedia del Once. Las entrevistas a Cristina, sin embargo, no creo que generen más o menos votos”, interpretó Larrosa .