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3 de octubre de 2017

El vicepresidente de Ecuador detenido por la causa Odebrecht

Jorge Glas está sospechado de corrupción en la causa que investiga sobornos de la constructora brasileña y fue alojado en una prisión en Quito. El funcionario le pidió a sus partidarios que sigan luchando por la "revolución".

El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, sospechoso de corrupción en la causa que investiga sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, ingresó esta madrugada en una prisión en el norte de Quito, a la que fue trasladado por la Policía tras su detención anoche en Guayaquil y de pedirle a sus militantes a través de un video que sigan luchando por la “revolución”.

Glas, de 48 años, acusado de asociación ilícita, llegó a la capital en un avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, en un vuelo de apenas 50 minutos en el que estuvo acompañado por su tío Ricardo Rivera, también sospechoso del mismo delito.

Tras aterrizar en el aeropuerto Mariscal Sucre, a unos 20 kilómetros de Quito, varios vehículos con cristales oscuros llegaron a la Cárcel 4, en la zona de El Condado, donde un grupo de seguidores con banderas del movimiento de izquierdas Alianza País corearon consignas en defensa de Glas, mientras la Policía mantenía la zona acordonada para impedir que se aproximaran a la cárcel.

El cordón policial y las barreras impidieron ver la entrada del vicepresidente en la prisión, citó la agencia de noticias EFE.

Glas, que sigue negando cualquier relación con la red de sobornos de la constructora brasileña en Ecuador, se entregó anoche a la Policía en su residencia, después de que un juez de la Corte Nacional de Justicia le privara la libertad de forma cautelar.

Poco antes de recibir la orden judicial y entregarse, el vicepresidente, que se niega a renunciar, se dirigió a la ciudadanía en un video en el que pidió a sus militantes seguir luchando por la “revolución”.

"A los militantes les mando un abrazo revolucionario. No desmayen, peleen por su revolución”, dijo Glas, que aseguró que luchará desde donde lo lleven “por la verdad y por la justicia, que es la verdad y la justicia de todo un pueblo, de todo el pueblo ecuatoriano”.

"No sé cuándo podré volverme (sic) a dirigir a ustedes. Estoy a pocos minutos de entregarme a la Justicia”, afirmó el vicepresidente, que insistió en su inocencia y en que nunca tuvo la intención de huir.
Glas reiteró que acata con “protesta” una resolución del sistema de justicia que considera “inconstitucional” e “ilegal”, porque ha sido “un proceso lleno de fallas”.

La decisión, tomada en una audiencia celebrada en Quito, fue el resultado de nuevas pruebas presentadas a la corte por la Fiscalía General, que obtuvo recientemente nueva información de Estados Unidos sobre el caso Odebrecht, que de una u otra forma salpica desde hace diez meses a numerosos países latinoamericanos.

Esa nueva información abre la posibilidad a que tanto Glas como su tío Rivera sean acusados de dos nuevos delitos, entre ellos el de cohecho.

Horas antes, la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, había confirmado que para albergar al vicepresidente en ese centro de detención de la capital fue necesario trasladar al ex ministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja Yannuzzelli, también acusado de corrupción, a otro centro en Latacunga, al sur de Quito.

Yannuzzelli, que formó parte del mismo gobierno del ex presidente Rafael Correa que Glas, se entregó en agosto pasado para rendir cuentas ante la justicia de su país en una docena de expedientes.
La ministra no reveló a qué centro de detención iba a ser trasladado el tío del vicepresidente, que sufre problemas de corazón y requiere tratamiento médico.

En las últimas semanas Rivera se encontraba bajo arresto domiciliario, en tanto que Glas tenía prohibida su salida de país. 



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