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7 de septiembre de 2014

Federer, también afuera: Cilic lo despachó y va por su primer título grande Abierto de EE.UU.

El croata superó claramente al número 3 del mundo, quien buscaba su Grand Slam número 18. Por primera vez en diez años, ninguno de los Cuatro Fantásticos jugará la final.

Nadie lo puede creer en Nueva York: en este sábado mágico, la final soñada se rompió en mil pedazos. Porque luego de que Kei Nishikori despachara en la primera semifinal al número 1 del mundo, Novak Djokovic, el croata Marin Cilic (14º preclasificado) se sacó de encima a Roger Federer, tercero del ranking y favorito del público. Con un contundente 6-3, 6-4 y 6-4, el pupilo de Goran Ivanisevic se metió en el encuentro decisivo. Como su rival, será su primera vez en esa instancia en un Grand Slam. Y por primera vez desde Australia 2005, cuando Marat Safin venció al local Lleyton Hewitt, ninguno de los Cuatro Fantásticos del tenis (Djokovic, Federer, Rafael Nadal y Andy Murray) jugará el encuentro decisivo de un torneo grande.

La temperatura en Nueva York había bajado unos grados luego de la lluvia que se desató tras la victoria de Kei Nishikori contra Novak Djokovic en la primera semifinal. Y Marin Cilic salió decidido a dar una nueva sorpresa en el Arthur Ashe. Con buenos ataques y un saque que lastimaba mucho, consiguió quebrar el saque de Federer en el cuarto game del partido y pasar adelante. Ni un poco se inmutó el croata, que mantuvo la receta de jugar agresivo y firme y así se quedó con el primer set.

Cuando el pupilo de Ivanisevic volvió a quebrar a Federer en el comienzo del segundo set, la sensación de que la doble sorpresa en las semifinales era posible se volvió mucho más palpable. Mucho más cuando, a medida que avanzaban los games, el croata pasaba todas las pruebas de templanza necesarias y mantenía su saque con una soltura admirable. Con el 6-4, Cilic se puso a un paso de la final, aunque Roger ya había dado vuelta una desventaja de dos sets ante Gael Monfils en cuartos de final.

Esos fantasmas del último partido del suizo revolotearon por el Arthur Ashe cuando en el segundo game quebró por primera vez en todo el partido el saque de Cilic con un revés precioso al fondo de la cancha que generó una ovación de pie. Pero el croata respondió con lo que en boxeo hubiera sido un golpe preciso a la mandíbula: en el juego siguiente, gracias a un revés paralelo espectacular que generó una devolución fallida de Federer, recuperó el break. Y en el séptimo game el croata demostró que estaba con todas las luces, cuando forzó los errores de Federer y consiguió un nuevo quiebre para quedar de cara a la victoria. ¿Aparecerían los miedos? Para nada. Cuando Cilic sacó para partido, aseguró la victoria con tres aces y un revés paralelo extraordinario. Había hecho, como Nishikori, todos los méritos. Mientras tanto, Nueva York y el mundo del tenis no salían de su asombro.
Federico Kotlar
Nueva York. Enviado especial del Clarín



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