Mientras el titular del Banco Centra, Juan Carlos Fábrega, viajaba a China para buscar allí el shock de confianza que le permita revertir la corrida cambiaria que sufre en el mercado local, los inversores pagaban prácticamente cualquier precio para dolarizar sus carteras. El epicentro de la corrida estuvo ayer en las cotizaciones implícitas en acciones y bonos, el ya famoso “contado con liquidación”, cuyo precio subió 35 centavos en una sola rueda hasta el récord histórico de $ 13,29. Ayer, el blue fue un tibio acompañante que ganó 20 centavos hasta $ 14,20 sin muchas operaciones y el oficial, directamente, un primo lejano que se movió a contramano: perdió 1,4 centavos hasta $ 8,401 por intervención oficial.
El dólar oficial gana 0,11% en lo que va del mes y 29% desde principios de año. El blue avanza 1% en el mes y 42% en el año. El contado con liquidación, el que usan los grandes jugadores para fugar divisas, les gana a todos ellos: avanza 3,7% en lo que va de septiembre y 49,6% en lo que va del año. La brecha entre el oficial y el blue vuelve a coquetear con el 70%.
La semana pasada Fábrega reeditó su movida de febrero pasado, cuando reinstauró un tope a las posiciones en dólares de los bancos y lo estableció en el 30% de sus patrimonios. La versión bajas calorías de esa medida consistió en bajar esa cifra al 20%, pero no rindió. Mientras que en febrero consiguió que las entidades financieras volcaran unos u$s 4.000 millones al mercado, en septiembre la cifra no llegó a arañar los u$s 1.000 millones.
El “contado con liqui” sintió el efecto del tope un solo día, cayó 24 centavos, y el viernes pasado recuperó lo perdido con creces. Ayer alcanzó su máximo histórico. Los bancos se deshicieron de bonos en dólares para cumplir con la normativa del BCRA, pero ya no tenían tantos en cartera y otros jugadores compraron con gusto todo lo que soltaban.
El domingo, Fábrega cerró en Suiza la activación del swap con el banco central de China, una línea de crédito que le otorgará entre u$s 500 y u$s 1.000 millones a las reservas internacionales de acá a fin de año. Ayer partió a China, como parte de una comitiva que negocia destrabar créditos de infraestructura.
“Los inversores se sacan los pesos de encima, pero acá hay más que inversores. También hay empresas, importadores y gente que fuga dólares”, dijo un operador bursátil.
Las aseguradoras, las cerealeras, las automotrices con importaciones trabadas (en las mesas las calculan en más de u$s 2.000 millones) y otras empresas libres de los topes a tenencias en divisas pueden cubrirse frente a una eventual devaluación con bonos y contratos a futuro y así lo hacen. Los únicos que no pueden son los bancos.
“La vemos pasar. Nuestros clientes compran, los importadores también y hay mucho de especulación con una devaluación o desdoblamiento, pero nosotros estamos al límite permitido”, dijeron en un banco.
En la plaza mayorista, el dólar oficial bajó 1,4 centavos ante las férreas trabas a compradores que impone el BCRA y la fuerte caída en la oferta de divisas de la exportación.
Durante la semana pasada los exportadores agropecuarios nucleados en la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) ingresaron al país u$s 285 millones, unos u$s 57 millones por día. La cifra refleja que ante la incertidumbre cambiaria los productores prefieren quedarse con sus granos. En julio se llegó a liquidar hasta u$s 150 millones al día.

por MATÍAS BARBERÍA Buenos Aires