La suba promedio de entre 27 y 42 por ciento que sufrirá el Impuesto Inmobiliario Rural en 2018 se lleva, por estas horas, el centro de las quejas entre los productores cordobeses, lo que derivó en un cruce de palabras entre la Comisión de Enlace local y el ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso.

Sin embargo, el Proyecto de Presupuesto y Ley Impositiva 2018 también incluye una novedad positiva para el campo cordobés: la reducción del Impuesto a los Sellos para algunos de los contratos que se utilizan en la actividad agropecuaria.

De todos modos, se trata de un cambio con bajo impacto económico para el agro, al menos en comparación con lo que representa el incremento del Inmobiliario. 

Detalles
Durante la presentación de los principales puntos de la pauta de ingresos y egresos para el año próximo, el ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, anunció que “los contratos de venta de la actividad lechera”, que son los que firman los tambos para proveer a la industria, estarán eximidos de pagar Sellos el próximo año.

El objetivo de esta decisión es "fomentar la formalización y acceso al crédito" de los tamberos.

Pero la novedad más importante es que para los “contratos de locación del sector agropecuario” se reducirá la alícuota “en un 25 por ciento”.

Los arrendamientos agrícolas pagan actualmente la alícuota del diez por mil o uno por ciento de Sellos que rige para “los contratos de locación y sub-locación de bienes inmuebles, incluidos los contratos con opción a compra”.

Con este cambio, el impuesto se reduciría a 7,5 por mil o 0,75 por ciento. Por ahora, es sólo una especulación ya que el Poder Ejecutivo aún no difundió el contenido completo de la Ley Impositiva 2018. 

Cálculos
Si bien es difícil realizar una estimación de cuánto representa esto como beneficio real para el productor, el economista del Ieral de Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, consideró que se puede tomar como base el último informe de arrendamientos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, que arrojó un valor promedio de 10,5 quintales de soja.

A un precio esperado de 4.300 pesos la tonelada de soja (es decir, 430 pesos el quintal), el alquiler medio rondaría los 4.500 pesos por hectárea; por lo que un campo hipotético de 300 hectáreas abonaría un arrendamiento de 1.350.000 pesos. 

A la hora de firmar el contrato correspondiente, hasta ahora pagaría 13.500 pesos de Sellos; con la reducción de la alícuota, pasaría a abonar unos 10 mil pesos; es decir, ganaría 3.500 pesos en total.