El Gobierno aspira hoy a enviar un fuerte mensaje al Poder Judicial obteniendo la cabeza del camarista Eduardo Freiler a través del veredicto del juicio político al que lo sometió.

Si alcanza los cinco votos necesarios, configurará la primera expulsión de uno de los magistrados a quienes considera indeseables por medio de un tribunal de enjuiciamiento y no ya solo por la presión para obtener una renuncia. Este objetivo es considerado clave para medir fuerzas con la justicia federal. A su vez, mantiene el lazo firme sobre otro de los principales jueces de Comodoro Py, Ariel Lijo, sobre quien la Casa Rosada desconfía por su ascendencia en los tribunales de Retiro y por la articulación de la "Superliga" en la que se asociaron los federales. 

El pronóstico más optimista para el oficialismo es que la votación que se dará a conocer hoy desde las 9- obtenga 6 votos favorables a la destitución y uno solo en contra, de la diputada kirchnerista Diana Conti. De ser así, la propuesta para expulsar a Freiler definitivamente de la Cámara Federal tendría incluso un voto más del necesario. La duda es qué decidirá el representante abogado del tribunal, Raúl Piaggio, cuyo antecedente a favor del bloque mayoritario fue el de rechazar en general la nulidad del juicio político planteada por la defensa de Freiler. El bloque más firme lo constituye la jueza nacional porteña Inés Cantisani y el camarista del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de General Roca, Armando Márquez por el lado de los magistrados. A ellos se les sumarían los senadores Silvia Giacoppo (radical que asumió su banca en lugar del actual gobernador de Jujuy Gerardo Morales) y Walter Basilio Barrionuevo (PJ), cuyo recambio lo ocasionó Mario Pais al saltar al Consejo de la Magistratura en lugar del kirchnerista Ruperto Godoy, a quien un fallo judicial dejó afuera por no ser abogado. Nadie duda tampoco que por la destitución abogará Hugo Marucci, diputado radical por Santa Fe. Más allá de la posición independiente del letrado, el resultado podría cambiar solo si se le sumara un juez o el propio Barrionuevo. "No hay indicios de un cambio de actitud", señalaron desde el bloque mayoritario del Consejo. El Tribunal decidirá si lee todo el veredicto y sus argumentos, o solo la parte resolutiva. 

El mensaje a enviar a partir del caso Freiler fue explícitamente una misión presidencial encargada inicialmente a Daniel "Tano" Angelici (para forzar una renuncia) y luego al representante del Ejecutivo en el Consejo, Juan Bautista Mahíques. Sin el fallo del fuero contencioso administrativo federal que dio de baja a Godoy, el escenario de destitución se había vuelto inalcanzable y será, de hecho, el primer resultado que el Consejo podrá ofrecer a Mauricio Macri.

Hasta ahora, todos los demás jueces apuntados habían optado por la renuncia. Si Freiler debe salir de la Cámara Federal solo podrá apelar la resolución mediante un recurso extraordinario ante la Corte Suprema. Deberá ser el máximo Tribunal el que analice la inconstitucionalidad del juicio político o le cierre definitivamente la puerta aduciendo que no es una instancia revisora de procesos de destitución. 

En el medio, otros mensajes fueron disparados en simultáneo con un destinatario puntual: Lijo. El diputado y espada judicial del PRO, Pablo Tonelli decidió suspender la citación a Alfredo Lijo, el hermano del magistrado, apuntado por Elisa Carrió como uno de los operadores en la Justicia federal y cuya cuenta en el exterior se ventiló en el marco de un tumultuoso proceso de divorcio. Si Freiler es destituido, se extinguirá el proceso disciplinario por el cual se buscaba citar al hermano del magistrado factótum de la Asociación de Jueces Federales. Sin embargo, el propio Tonelli resultó sorteado para instruir la denuncia que en su contra y de su par Daniel Rafecas presentó el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires por demoras en la instrucción de causas de corrupción.

En el Consejo buscaron ser cautos con el avance de la auditoría cuyos resultados parciales apuntalaron la denuncia. Hay un sector del Gobierno tentado de abrir un frente hasta ahora inédito contra uno de los más poderosos jueces, cuyo timming para la detención de Amado Boudou tuvo una lectura que de forma inédita, lo dejó expuesto.