La última prueba de misiles balísticos por parte de Corea del Norte tenía una respuesta contundente. El Consejo de Seguridad de la ONU reforzó el número de sanciones impuestas al régimen de Pyongyang para aprobar el viernes una resolución que restringe drásticamente las importaciones de productos petrolíferos refinados por la Corea del Norte y le da un período de dos años para los norcoreanos que trabajan en el extranjero regresan al país.

Corea del Norte llevó a cabo este año, alrededor de 20 lanzamientos de misiles, los más poderosos el 29 de noviembre . Los Estados Unidos querían una prohibición total de las importaciones de petróleo y la congelación de los activos del Gobierno de Corea del Norte y su líder supremo, Kim Jong-un . Era una opción extrema que habría sido vetada por China y Rusia.

La resolución reduce el suministro de petróleo a 4 millones de barriles anuales y limita las importaciones de productos refinados, como diesel y queroseno, a medio millón de barriles. Esto representa una reducción del 90% del suministro que alimenta su economía. Paralelamente, se impusieron restricciones a sus exportaciones de productos alimenticios, máquinas, equipos eléctricos, madera y buques.

El texto - redactado por los Estados Unidos y negociado con China, Corea del Norte 's principal proveedor de energía - también pide a todos los países de la ONU que se abstengan de exportación de equipos industriales, maquinaria, vehículos de transporte y los metales industriales a China. El objetivo es cortar los flujos de ingresos del régimen. Estas restricciones se suman a las que ya se adoptan unilateralmente.

La adopción de la resolución se produce al final del período de Japón en la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad. El último misil intercontinental probado por Corea del Norte, con el que Pyongyang declaró en una potencia nuclear, sería capaz de llegar a cualquier punto de Estados Unidos . Pekín, al no vetar la resolución, está aceptando la intensificación de la presión ante las continuas provocaciones, aunque insista en que la solución a la crisis tiene que ser diplomática.

Tercera resolución
Este año se impusieron tres baterías de sanciones. La anterior fue aprobada el 11 de septiembre, ocho días después de que Corea del Norte realizó su sexta prueba nuclear, y fue la más dura. En aquella ocasión, el Consejo de Seguridad prohibió las importaciones de gas natural líquido y condensado, así como las exportaciones de productos textiles, y rechazó la concesión de nuevos permisos de trabajo.

Estados Unidos, Francia y el Reino Unido insisten en que las sanciones deben ser adoptadas por todos los miembros de la ONU para que sean eficaces. La resolución afirma que Corea del Norte sigue exportando productos prohibidos y abastecéndose de petróleo con transferencias de buques a buque. Para evitar esto, se autorizaron inspecciones de buques sospechosos de realizar actividades ilícitas.

La embajadora de EEUU en la ONU, Nikki Haley, dijo que estas sanciones fueron diseñadas para enfrentar un desafío sin precedentes. "Cuanto más continúen desafiando, más castigo y aislamiento sufrirán", advirtió. El representante francés en las Naciones Unidas, François Delattre, subrayó que "aplicar la presión máxima es el mejor antídoto para el riesgo de guerra", añadiendo: "Estamos ofreciendo un camino diferente [a Pyongyang]".

La resolución pide que se reanuden las conversaciones a seis partes (entre Corea del Norte, Corea del Sur, EEUU, China, Japón y Rusia) y reitera la importancia de obtener una solución "pacífica, diplomática y política" de la crisis para preservar la estabilidad en la región. Se incluyeron en una lista de violadores de sanciones más 19 personas relacionadas con el desarrollo del programa nuclear y armamentístico norcoreano. Pyongyang argumenta que tiene el derecho de defenderse.