Dos meses después de la Estados Unidos dejó la UNESCO por su "sesgo anti-israelí", el estado judío también confirmó su retirada. Al comienzo de la reunión semanal del Gobierno, Benjamin Netanyahu, anunció el domingo que dio lugar a la presentación de esta solicitud antes del final del año.

La decisión del primer ministro fue anunciado después de la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución de rechazo a la decisión de la Casa Blanca para reconocer a Jerusalén como capital de Israel. "Es lo más apropiado ante la actitud tendenciosa, unilateral y absurda de esa organización respecto a nosotros, y en el contexto de la sólida posición mantenida por EEUU en las Naciones Unidas", afirmó Netanyahu para justificar la salida israelí de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, y Cultura, un foro en el que Israel sufrió sucesivos reveses diplomáticos.

No se trata de una decisión precipitada. La declaración del centro histórico de Hebrón , en Cisjordania como un sitio de patrimonio mundial en peligro, realizado por la Unesco el 7 de julio, había provocado la indignación del Gobierno más conservador de la historia de Israel, apoyado por una coalición de partidos conservadores, ultrarreligiosos y de la derecha radical nacionalista.

Para la ONU, el perímetro protegido monumental está situado en el territorio de Palestina , un estado que es un miembro de pleno derecho de la UNESCO desde 2011. En la parte patrimonial de la ciudad es la mezquita de Ibrahim (Abraham), que los Judios llaman la Tumba de los Patriarcas para alojar las sepulturas de Abraham, Isaac y Jacob, de acuerdo con la tradición del Antiguo Testamento, y consideran uno de sus principales lugares sagrados.

Al igual que el resto de la Ribera Occidental y Jerusalén Este, Israel es militarmente Hebrón desde 1967, y sus tropas a defender unos 800 colonos colonos judíos en el centro histórico, compartidos con 35.000 palestinos. En la parte de la ciudad bajo administración de la Autoridad Palestina residen otras 200.000 personas.

La misma disputa histórica y religiosa surgió en el organismo cultural de la ONU en otras dos votaciones sobre la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, que los judíos llaman el Monte del Templo. Situado en la parte oriental de la Ciudad Santa, que fue ocupada y posteriormente anexada por Israel, ese recinto sagrado tiene a sus pies el Muro de las Lamentaciones, principal lugar de culto del judaísmo.

"Contra la ocupación"
"El mundo no es contra nosotros, contra la ocupación", argumentó en el diario Yedioth Ahronoth Yariv Oppenheimer, director de la ONG israelí Paz Ahora. "La UNESCO reconoce a Israel, no que los territorios sean parte del país. Y no admite que la Tumba de los Patriarcas se encuentre en territorio israelí, de acuerdo con lo establecido en el derecho internacional y con la propia ley israelí.

Como la salida de un Estado miembro de la Unesco sólo puede realizarse al inicio de cada ejercicio anual y con al menos un año de aviso previo, Netanyahu tuvo que acelerar la aplicación de la decisión, con el fin de cerrar a finales de 2018, junto con Estados Unidos, la presencia de su país en ese organismo.

La prensa israelí afirma que el embajador israelí Carmel Shama-Hacohen también propondrá que su país pueda reservarse el derecho de continuar en la organización si se produce un cambio de actitud durante el próximo año. "La UNESCO [...] hipocresía golpeó registros, la incitación al odio y mentiras contra Israel y el pueblo judío", dijo Shama-Hacohen, citado hoy por el diario Yedioth Ahronoth , "contaminando sus nobles conceptos básicos con la politización y el terrorismo diplomático, muchos a veces bordeando el antisemitismo ".

La elección en noviembre de la ex ministra francesa de Cultura Audrey Azoulay como directora general del organismo internacional, con sede en París, puede significar un punto de inflexión para Israel. Judá de origen sefardí, Azoulay declaró poco después de su designación que es importante que la Unesco "mantenga las puertas abiertas" para Israel y Estados Unidos. "La historia nos muestra que salir de la mesa de conversación mundial puede llevar a catástrofes", advirtió.

Foto portada:El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la reunión de gobierno de este domingo en Jerusalén.  AMIR COHEN (AP)