ECONOMIA Y POLITICA
5 de enero de 2018
La confianza de los mercados internacionales volvió a abrir la puerta al crédito
El presidente Mauricio Macri hizo uso de ella. Los bonos de la deuda argentina son ahora más deseados. La deuda externa argentina sube 35%.
Los datos oficiales llegan hasta junio pasado y anotan un aumento de 20 puntos en la deuda, que alcanza los 307.295 millones de dólares (alrededor de un billón de reales), equivalentes al 56% del PIB. Es necesario recurrir a las consultorías privadas para obtener la cifra de diciembre: 342 mil millones de dólares (1,13 billones de reales), un 35% más que hace dos años.
El Observatorio Fiscal de la Federación estima que la relación deuda / PIB ya es del 60%. La deuda sube, pero el consenso general es que sigue siendo sostenible. Las discrepancias surgen con respecto a largo plazo, sobre todo porque la verdadera batalla es contra el déficit fiscal, el origen de las necesidades de dinero fresco.
En la última semana de 2017, el equipo económico anunció un aumento de cinco puntos en las metas de inflación para 2020. Este año que comienza, el alza de los precios será del 15%, según los planes oficiales. Al mismo tiempo, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , confirmó que se llevará a cabo proyecciones de reducir el déficit fiscal.
El año pasado cerró con una diferencia equivalente al 4,2% del PIB. El objetivo es que disminuya en 2018 hasta el 3,2%, alcanzando el 1,2% del PIB en 2020. La lucha contra el déficit es parte de un acuerdo fiscal que la Casa Rosada selló con las provincias, cuyos gobernadores se comprometieron a cumplir con su parte en los cortes. Mientras tanto, el gobierno tuvo que tomar prestado de los inversores extranjeros después de años de los mercados cerrados a las políticas kirchneristas.
La llegada de Macri fue un verdadero "choque de confianza", y los bonos de la deuda argentina son ahora más deseados. Para conseguir financiamiento, Macri escaló a Luis Caputo. El ministro de Finanzas negó que la relación deuda / PIB actual sea peligrosa para la economía argentina, situándola en torno al 28,5% si no se consideran los intereses. "Es un índice bajo en comparación con el de países desarrollados y de la región. Como hemos dicho muchas veces, este endeudamiento es transitorio y perfectamente sostenible. [La relación] se estabilizará en niveles próximos al 37% y disminuirá a partir de 2021 ", dijo Caputo.
Además de la oferta de recursos externos, Argentina cuenta con intereses más bajos que nunca. "Reduimos en un 80% la diferencia de la tasa con respecto a los vecinos y otros países de la región. Hoy en día sólo 200 puntos nos separan de países como Perú y Colombia , donde en los últimos diez años fueron más de 1.000 puntos. Estamos financiando con las tasas más bajas de la historia, incluso más bajas que las de los años noventa, cuando había niveles de 12 y 12,5 puntos. El promedio de 2017 fue ligeramente inferior a 4,5 puntos. Esto nos permite elegir ese camino ", explicó Caputo.
El dinero fluye, y la deuda crece. Argentina viene de un incumplimiento unilateral en 2001, y sólo en el año 2016 podría poner fin a una disputa con houldouts , fondos de inversión que no aceptaron la reestructuración de la deuda acordado por el 92% de los acreedores y el gobierno de Néstor Kirchner. Para pagar los así - llamados "fondos buitres" Macri pidió en el mercado de 9,3 mil millones de dólares (30,7 mil millones de reales)pero pudo obtener 16.500 millones (54.500 millones), prueba de que los aires ya habían cambiado. El viento de cola todavía sopla hacia Argentina, y existe consenso sobre la sostenibilidad actual del modelo de endeudamiento. "Si consideramos las condiciones que prevalecen en este momento y continuamos con la estrategia de gobernabilidad y dirección en materia económica, la situación de la deuda es manejable", afirma Daniel Marx, ex director del Banco Central, ex secretario de Finanzas y negociador jefe de la empresa, deuda externa argentina entre 1989 y 1993.
El problema es a largo plazo. Para Marx, "no hay un momento en que se puede decir que esté habiendo un marco" de sustentabilidad. "Todo depende de las condiciones", afirma, pero admite que, con el tiempo, el grado de vulnerabilidad aumenta. "Hay un crecimiento de la deuda por el desequilibrio fiscal y la falta de competitividad. Y, como la vulnerabilidad aumenta, es importante mantener la dirección de la economía y los parámetros que marcaban el rumbo inicial.
Para Juan Carlos Latrichano, profesor de Historia de la Universidad de La Matanza (ULAM), la gran batalla es contra el déficit, pues "volvieron los déficits gemelos: el fiscal y el externo". "La balanza comercial está muy mal y podría alcanzar un récord en Argentina, con un déficit de ocho mil millones de dólares (26.600 millones de reales). El Gobierno no pudo dominar el déficit fiscal, y las letras del Banco Central ya superan la base monetaria ", afirma. El escenario es complicado, dice Latrichano, recordando que es fundamental mantener la oferta de fondos externos. "El Gobierno todavía tiene aire", explica, "pero todo depende del acreedor. Los aplausos externos son buenos para la opinión pública, pero la realidad es otra. Nosotros éramos los niños mimados del Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de 2001 y acabamos de esa manera. El dinero no tiene corazón.
Fuente:Federico Rivas Molina
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