ECONOMIA Y POLITICA
10 de enero de 2018
La leve baja de la tasa de interés está impulsando una política activa para morigerar los efectos nocivos de la suba de tarifas que reaviva la inflación
El BCRA la redujo de 28,75% a 28%, sólo 75 puntos básicos (pb), menos de lo que esperaban el mercado y la Casa Rosada.
El Banco Central recortó ayer sólo 75 puntos básicos (pb) la tasa de interés de referencia hasta dejarla en el 28%, cuatro veces menos de lo que pretendía el Gobierno, y volvió a dar así una señal de que no hay motivos para ablandar más la política monetaria porque la inflación sigue brava.
La suba de tarifas para este verano, principalmente de la electricidad y el gas, continúa impulsando a los precios de la economía y reaviva la inflación.
Al dar a conocer su decisión, el BCRA agregó que la leve baja de la tasa (primera en 13 meses) se dio por el cambio de metas de inflación del 28 de diciembre. “Ese sendero es ahora el objetivo de la política monetaria”, indicó.
Reconoció que casi no había otro motivo, dado que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) aumentó sus expectativas de inflación de 16,6% a 17,4% para este año por los recientes aumentos de tarifas. Incluso subieron las expectativas para 2019, del 11,3% al 11,6%.
Pero para ambos años, la previsión de inflación núcleo (que no tiene en cuenta subas extraordinarias) es más baja: 14,9% para 2018 y 10% para el próximo. Esta última proyección mostró incluso un descenso. Para 2020, el mercado prevé 8%.
En el Central explican que si no fuera por los “fuertes aumentos” de la luz y el gas, que de alguna manera van a “contagiar” a otros sectores, se podría haber relajado un poco más la tasa, como quería el Gobierno.
El directorio del BCRA respalda a su presidente, Federico Sturzenegger, y defiende la estrategia: dicen que el proceso de desinflación se ha encarrilado a lo largo del último semestre.
Advierten que es la Casa Rosada la que quiere buscar “una menor velocidad de desinflación” a la planeada originalmente, por lo que corresponde un sendero de política monetaria “menos contractivo”. Eso explica el recorte de sólo 75 pb.
¿Qué dice el mercado?
Operadores de la city porteña explicaron que el dólar bajó ayer 5 centavos (a los $ 19,28) porque el ajuste ya se había realizado en línea con el recorte de tasa que se venía. “El mercado siempre se adelanta”, se ufanó el jefe de mesa de dinero de un conocido banco privado.
El recorte de la tasa fue de la mitad del esperado por el mercado, por lo que los analistas prevén que no habrá una fuga masiva al dólar, lo que permitirá que el tipo de cambio baje unos centavos hoy.
¿Por qué el mercado no esperaba un recorte agresivo de la tasa de interés? Más allá de la cuestión política por la necesidad del Central de cuidar su credibilidad, hay razones netamente matemáticas.
Los últimos datos de inflación (2,5% en diciembre con arrastre para enero) y las recalentadas expectativas inflacionarias tras el cambio de metas, indican que no había margen “lógico” para bajar la tasa.
El negocio de los bancos
Incluso, algunos bancos internacionales que administran el 80% de los dólares que ingresan al país para ir a la bicicleta financiera vía Lebac recomendaban mantener y hasta subir 100 puntos básicos la tasa, para “lesionar de una vez a la inflación”. O para que continúe el pedaleo.
El “súper martes” fue un día particular, pero sin sobresaltos en el Central. Los integrantes del Comité de Política Monetaria llegaron minutos antes las 10, más temprano de lo habitual, y no salieron hasta pasadas las 19.
Al promediar la jornada, celebraron la “confianza” que mostró el mercado con la baja del dólar. Igual que el lunes, el BCRA ofició de espectador: no realizó intervenciones para evitar alteraciones en un mercado nervioso.
Por lo bajo, en la city se habló ayer de una “baja testimonial o simbólica”, acorde al mandato político del jefe, Mauricio Macri. Una lectura que para nada disgustó en el Central, donde no desconocen la interna con el ala política del Gabinete.
Ahora, el mercado aguarda observar si esta moderación también se reflejará el martes que viene en el vencimiento de Lebac, cuando el Central tendrá que fijar la tasa a la que desea renovar esos títulos de deuda de corto plazo.
Sturzenegger tensó la cuerda
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, tensó ayer la cuerda que lo tiene en un extremo a él y en el otro a Mario Quintana, coordinador del gabinete económico de Mauricio Macri.
Tras el revés que le significó el impuesto cambio de metas de inflación, Sturzenegger emparejó la balanza. Hizo un recorte simbólico de la tasa de interés y hasta se dio el gusto de avisar que la responsabilidad de la menor desaceleración inflacionaria es exclusividad de la Casa Rosada.
El banquero dejó expuesto que el gradualismo del que Cambiemos hace bandera no está siendo aplicado a los precios regulados, que de hecho venían muy retrasados por un congelamiento casi total de ocho años durante el kirchnerismo.
El leve recorte de la tasa no cayó bien en el Palacio de Hacienda. Desde la cartera que conduce Nicolás Dujovne dejaron trascender que la baja “no fue ni mucho ni poco” y devolvieron gentilezas al BCRA: “Nosotros pusimos la meta de inflación, ahora depende de Sturzenegger cómo se llega a ese objetivo”.
En el Central se ríen y responden que en esto “no hay magia”. Si el déficit fiscal no baja a una mayor velocidad, no habrá desaceleración fuerte de la inflación. El rojo financiero para este año aún está previsto en un 6,2% del PBI, yendo al 3,2% recién en 2020.
Así, esta vertiginosa interna entre el Central y el Gabinete tuvo un nuevo round en el que Sturzenegger empató el marcador. Lejos se está aún de saber para quién será la pelea. Mientras, Macri observa y ratifica a todos y la inflación no deja de ser un problema central para la Argentina.
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