Hoy será uno de los días clave en su visita: se reunirá allí con George Soros, que le presentará un plan para salir del default frente al bloqueo de pagos por el fallo del juez Thomas Griesa. El financista húngaro no sólo es tenedor del 3,5% de los ADR de YPF, sino que también se presentó con su fondo Quantum Partners ante la Justicia de Nueva York para demandar al Bank of New York por bloquear el pago a bonistas que ingresaron al canje.

Soros, millonario número 19 en el ranking mundial y de larga experiencia en la Argentina como controlante de IRSA, de la que se retiró hace tiempo, fue un contacto constante de los Kirchner en Estados Unidos. El encuentro será por la tarde en el hotel Mandarín Oriental, donde se alojan Cristina de Kirchner y su núcleo de asistentes más cercano.

Luego habrá también una reunión con el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y finalmente, el encuentro con representantes de la Confederación Sindical Internacional, Sharan Burrow; de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, Richard Trumka; de la CLC de Canadá, Hassan Husseoff;de la Confederación Sindical de las Américas, Víctor Báez, y de la Confederación Sindical Internacional, Joao Felicio. Para guiarla en esos temas el Gobierno eligió como sherpa a Gerardo Martínez.

En paralelo a esas reuniones arrancarán las sesiones del Council of the Americas donde empresarios argentinos, encabezados por Eduardo Eurnekian y algunos de sus sobrinos que viajan desde Buenos Aires, se cruzarán con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, o con la brasileña Dilma Rousseff, que también se presentará en la CGI. 

A dos cuadras y media del alojamiento de Cristina de Kirchner, en el hotel Park Lane frente a Central Park, hervía ayer la delegación de argentinos que acompañó a la Presidente a Nueva York. Como ayer fue día libre, hubo encuentros y cruces en el lobby bar entre Julián Domínguez, Aníbal Fernández, "Wado" de Pedro, Andrés "Cuervo" Larroque y José Ottavis. 

A los tres camporistas se les sumaron el radical K Leopoldo Moreau que, como nuevo adelantado de la pata UCR en este último año de Gobierno de Cristina, ya había enviado a Roma a su yerno, Leandro Santoro, del grupo Los Irrompibles, a participar del besamanos previo al almuerzo con Francisco y Eduardo Santín, diputado de la UCR cercano a Moreau. Hubo armado de grupos para salir a almorzar y cenar. Moreau tiene la suerte de haber superado algunos problemas que le complicaban sus viajes. En los 90 no era un enamorado de tomar aviones, fobia que entre otros políticos sufrió también, por ejemplo, el riojano Jorge Yoma. Gracias a haberla superado, el radical ahora pudo participar de la delegación de Cristina.

Ese lobby neoyorquino es ampliamente conocido por casi todos los funcionarios que llegaron a la ciudad de la mano de los Kirchner. En ese hotel se alojaron siempre las delegaciones argentinas mientras que Cristina de Kirchner lo hacía primero en el Four Seasons y, tras el fallecimiento de su esposo, en el más privado Mandarín Oriental. Ayer, circularon por allí Eduardo Valdez, exjefe de gabinete de la Cancillería, y Ezequiel Barrenechea,director de Corporación América para América Latina, que coincidió en ese hotel junto con otros empresarios.

Nueva York tuvo ayer un domingo más complicado que de costumbre. Con un día cálido pero nublado, unas 300 mil personas marcharon por todas las avenidas centrales en una manifestación por el cambio climático que incluyó protestas contra la industria petroquímica y el uso del fracking (sistema de extracción de petróleo en yacimientos no convencionales, como Vaca Muerta).

Esta vez la columna principal estuvo encabezada por Ban Ki-moon que marchó del brazo con el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, el exvicepresidente Al Gore, el canciller francés, Laurent Fabius, la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, y el italiano Gian Luca Galletti. Leonardo Di Caprio, estrella que también animará la Clinton Global Initiative, el foro de la familia Clinton que cada año reúne estrellas de la política, presidentes, reyes, deportistas y ONG en paralelo a las deliberaciones de la ONU, marchó ayer, pero encabezando una delegación de indígenas canadienses, todo muy a tono con el aire que se respira esta semana en Nueva York.

En el Park Lane los integrantes de La Cámpora prefirieron no participar de la protesta. Algunos se limitaron a mirar desde la vereda cómo pasaba una columna de unos 20 mil manifestantes que había llegado bajando por la Avenida de las Américas.