A la fecha suman más de 3.500 las personas que fueron examinadas e inmunizadas por los equipos médicos que dispuso el Gobierno para asistir los lugares críticos que fueron afectados por las inundaciones. Las acciones continúan en parajes alejados y de muy difícil acceso, donde comunidades criollas y originarias están siendo atendidas por un grupo de médicos y enfermeros del Sistema de Emergencias y Catástrofes SAMEC, encabezado por el doctor Enrique Heredia.

El Gobierno de la Provincia inició los operativos de asistencia sanitaria a principios de febrero, cuando las inundaciones recrudecieron luego de que a las intensas lluvias registradas en la zona norte se sumara la crecida de los ríos Pilcomayo y Bermejo, que dejaron anegadas a cientos de familias de comunidades vulnerables, en los Departamentos San Martin y Rivadavia.

Los distintos frentes de asistencia para atender a evacuados y personas que se encontraban aisladas se pusieron en marcha junto con otras medidas que dispuso Salud Pública para dar respuesta a la importante demanda de atenciones médicas y cuidados que requerían las familias afectadas.

Desde el inicio de los operativos, las tareas se distribuyeron estratégicamente entre agentes sanitarios, enfermeros y médicos de las áreas operativas involucradas, a fin asegurar la cobertura de la totalidad de la población.  Asimismo, se organizaron puestos de atención sanitaria con movilidad disponible para casos de urgencia, que contaban con apoyo permanente del puente aéreo de Aviación Civil de la Provincia. Los traslados aéreos se concretaron cuando se necesitó transportar a pacientes a centros asistenciales de mayor complejidad.

Sumado a esto se instaló un puesto médico de avanzada, con shock room y sala de internación abreviada que -comandado por el secretario de Salud de la provincia, Francisco Marinaro Rodó y personal del Samec- dio las primeras respuestas sanitarias a las personas que eran trasladadas a los Centros de Evacuados, dispuestos en Santa Victoria Este, Aguaray y Tartagal.

Marinaro Rodó remarcó que el éxito de la estrategia implementada para asistir a las personas, radicó en la multiplicidad de frentes de trabajo. “El personal se dividió tareas y lugares de ejecución: algunos atendían en puestos sanitarios y en campos de evacuados, mientras otros equipos se trasladaban directamente a las comunidades más vulnerables, para efectuar controles médicos a las familias que no querían abandonar sus hogares”.

El fortalecimiento de insumos y recurso humano fueron otras de las operaciones adoptadas por la cartera para cumplir con los objetivos propuestos. “En Santa Victoria Este, por ejemplo –uno de los puntos neurálgicos luego de la situación de emergencia- se duplicó la entrega de medicamentos y la disponibilidad de profesionales de la salud para atender en hospitales, puestos y centros de evacuados”, dijo el funcionario. Contó que además, se trasladaron al lugar equipos técnicos y varios de los funcionarios del gabinete de salud, para colaborar con las tareas de asistencia.

En la atención se priorizó el control de niños, mujeres embarazadas y ancianos, los más afectados por la situación climática y el anegamiento de las comunidades. Se extremaron las medidas de vigilancia epidemiológica puesto que las precipitaciones no cesaron y se incrementaron los insectos y otras alimañas.

Con respecto a las patologías de mayor incidencia, Marinaro indicó que se encontraron muchos casos de infecciones respiratorias en menores, cuadros de deshidratación severa y erupciones en la piel.

El funcionario adelantó que si bien las acciones de Salud Pública no mermaron en la zona, el próximo mes se intensificará la vigilancia de todos aquellos pacientes que ya fueron controlados, pero que presentan patologías o signos de riesgo y que necesitan asistencia especializada. “En abril, los médicos de Fundación Garrahan y Enrique Heredia irán a la zona para verificar el estado de los embarazos de alto riesgo, adultos con tuberculosis o niños que presentan malnutrición”, concluyó.