El G20 deliberó ayer en acalorados intercambios cómo afrontar la crisis intermitente de consumo y empleo, en un evento que tuvo elogios para la Argentina.

Si bien la administración de Mauricio Macri no se destaca por apuntalar el consumo y el empleo crece de la mano de la precarización (más monotributistas que asalariados privados), la mayoría de los países del G20 mira con sorpresa los “cambios” realizados". 

“Se están haciendo valiosas reformas. Son complicadas, difíciles, pero indispensables”, sentenció ayer Miguel Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

A su lado, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, no podía ocultar una mueca de alegría frente a la prensa por los elogios de Gurría. La gestión Cambiemos pretende que la Argentina sea el país número 36 en integrar la organización internacional. 

Ímpetu reformador

El funcionario de la OCDE agregó que “lamentablemente no todos los países están en este ímpetu reformador”, y señaló que los gobiernos, principalmente en América Latina, sienten una rápida fatiga la hora de impulsar las reformas de Estado, el cual no es el caso de Macri.

Para ingresar a la OCDE, Argentina debe avanzar con sus reformas. La Organización ayer señaló que el Gobierno debe garantizar la aplicación en su totalidad de las reformas ya emprendidas, entre las que destaca la tributaria.  

Para Gurría, los países del G20 “están exhibiendo una especie de fatiga en la implementación de las reformas que preocupa”, por lo que en la OCDE ven viendo “un poco de laxitud” en la aplicación de los cambios”. Instaron a acelerar e ir más a fondo.

Advertencia del FMI

Pese al elogio para Macri y su equipo, que sigue al hecho el fin de semana por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el informe de la OCDE sobre Argentina advierte que aún queda trabajo por hacer. Según la organización, “el crecimiento de la inversión en Argentina se encuentra estancado, con un atraso importante en infraestructura que es necesario atender”.

Los líderes de finanzas mundiales coincidieron que la expansión económica más fuerte y generalizada desde principios de esta década estaría en peligro si los gobiernos adoptan posturas proteccionistas. 

Estas restricciones han generado la preocupación de que las represalias puedan reducir seriamente el comercio global y sofocar el mayor crecimiento mundial desde que se formó el G-20 durante la crisis financiera de 2008.

Guerra comercial

Las preocupaciones sobre una potencial guerra comercial entre Estados Unidos y China y la frustración por los aranceles de Donald Trump al acero y aluminio dominaron los debates del G-20 en Buenos Aires. 

Ante la decisión de Trump, que entra en vigor el viernes, los gobiernos extranjeros presionan para quedar exentos y amenazan con represalias. Es el caso de Macri, quien no prometió “venganza” pero sí mandó a Dujovne a reclamarle nuevamente en una reunión de 15 minutos el titular del Departamento del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, quien respondió que cada caso se está “evaluando”. 

Más allá de los elogios, la novedad más alentadora para el Gobierno nacional fue que la reunión de ayer sirvió para agilizar las negociaciones para avanzar en una unión comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. “Se lograron avances que permitirán un rápido acuerdo”, revelaron voceros del Ministerio de Hacienda.

Aunque, los tiempos no son tan cortos. “Somos muy optimistas y estamos muy cerca de un acuerdo que podría firmarse en el segundo semestre de este año”, indicaron tras los encuentros bilaterales que Dujovne mantuvo en el primer día de la cumbre de ministros y presidentes de Bancos Centrales del G20.
Foto Portada:La directora del FMI Christine Lagarde posa junto a los titulares de Bancos Centrales. AFP