Fabricantes de productos de consumo masivo avierten sobre las consecuencias que podría tener para la industria el agravamiento de la crisis de la cadena. Siguen de cerca las negociaciones con el Gobierno y el gremio y esperan que se encuentren alternativas que permitan destrabar el escenario

La crisis por la que atraviesa Carrefour, con caída de ventas, pérdida de market share y balances negativos -un combo que la llevó a solicitar la apertura del procedimiento de crisis ante el Ministerio de Trabajo de la Nación-, comenzó a generar preocupación entre los ejecutivos de los grandes grupos proveedores de la filial argentina del grupo francés. 

Todos siguen con atención las negociaciones abiertas desde el lunes en el ámbito de la cartera laboral que dirige Jorge Triaca y de la que también participa el sindicato de empleados de Comercio.

El objetivo del gremio -según destacan- es intentar ponerle un freno a las intenciones de Carrefour de iniciar un profundo plan de ajuste con miles de despidos y cierres de locales.

Las conversaciones continuarán durante la jornada de este miércoles. La finalidad que persigue el Gobierno es minimizar el impacto laboral del que, a esta altura, es un proceso de reestructuración inminente que el grupo francés deberá encarar en el país.

En concreto, deberán adecuar su estructura a un escenario económico en el que los hábitos de consumo han modificado el peso hasta los ingresos de los grandes jugadores del negocio.

En este contexto, para la mayoría de los grandes fabricantes de productos alimenticios, Carrefour sigue siendo el principal cliente al que proveen dentro del negocio del retail local, con ventas anuales que superan los $40.000 millones.

La cifra lo convierte en el mayor grupo supermercadista de la Argentina, lejos de Walmart, Coto, La Anónima y de los locales del Grupo Cencosud, como son Jumbo, Vea y Disco.

Por ese motivo, se muestran atentos a una eventual profundización del escenario de por sí ya complicado que presenta Carrefour en el país, tras tener que admitir ante el Gobierno que lleva tres años consecutivos de balances negativos.

Advierten que un agravamiento de la situación podría generar un efecto derrame con consecuencias también preocupantes, en especial para las empresas de consumo masivo que representan el mayor grupo de proveedores de la compañía francesa.

De hecho, grandes players de este sector, como Molinos Río de la Plata, las lácteas SanCor y Mastellone, así como la alimenticia Arcor, entre otros, vienen atravesando momentos complicados, precisamente por la caída de sus ventas, afectadas por la fuerte retracción en el nivel de gastos de los consumidores. 

Con lo cual, la crisis de Carrefour suma un condimento adicional a un escenario de deterioro constante en los balances de estos importantes productores.

Esta coyuntura se profundizó en marzo, mes que cerró con una caída de ventas en hiper y supermercados de entre el 1% y el 3% en comparación con las cifras de febrero.

Aun así, Carrefour es un actor relevante para canalizar la llegada a los consumidores de miles de productos que fabrican compañías de este sector, tanto nacionales como internacionales. 

La cadena ofrece entre 20.000 y 25.000 ítems en los 90 hipermercados que posee en el país. Una cantidad que se reduce si se buscan en las góndolas del resto de los formatos que opera. Esto es, en sus 120 Carrefour Market, los 400 Carrefour Expres o los siete Carrefour Maxi, donde la oferta de ítems varía entre los 1.000 y los 3.500.

La carta tranquilizadora
Desde Carrefour salieron a poner paños fríos a la situación con una carta enviada a todos sus proveedores.

A través de la misma, buscaron llevar tranquilizar e informar de manera directa sobre el proceso de reestructuración que pretende encarar una vez finalizada la etapa de negociaciones con el gremio de Comercio y el Gobierno.

Estimados proveedores: Me contacto con ustedes para informarlos personalmente sobre los últimos acontecimientos de nuestra empresa", se lee en el encabezado de la misiva del grupo que desde hace dos meses preside el ejecutivo francés Rami Baitieh. 

La carta continúa explicando la presentación del proceso preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo "con el objetivo de encontrar soluciones que garanticen la sustentabilidad de nuestras operaciones en Argentina". Y agrega que "la empresa está atravesando una situación económica compleja tras tres años de pérdidas".

Destaca también la apertura del diálogo con el gremio que conduce Armando Cavalieri y con el Gobierno "porque nos permitirá consensuar un plan para reimpulsar nuestro crecimiento".  

Y busca enviar un mensaje de tranquilidad al garantizar que continuará con su normal operatoria comercial, sin ningún tipo de contratiempo.

"Confiamos que, junto a las partes involucradas, encontraremos rápidamente las soluciones necesarias", agrega la carta. 

Además, apunta a lograr el respaldo de las empresas proveedoras al destacar la "la plena seguridad de contar con su apoyo para alinear los esfuerzos que nos permitirán mejorar día a día nuestra relación con los clientes".

Proveedores nerviosos
Sin embargo, ejecutivos de grandes empresas fabricantes de alimentos, productos para el hogar y electrodomésticos confiaron ante iProfesional su temor por un posible agravamiento del escenario por el que atraviesa Carrefour. 

"Ya se veía venir", admtieron desde un productor del interior, donde advierten que la preocupación supera la situación puntual de la compañía y se evidencia hacia todo el sector de consumo masivo "que no para de caer". 

Incluso anticipan que los datos de marzo sobre la evolución de las ventas en el sector de alimentos y bebidas mostrará una caída aun mayor que la de los hipermercados. 

En otra gran empresa productora de pastas, admiten haberse enterado de la crisis de Carrefour por los medios, aunque reconocen que se trata de "algo imaginable". 

En otra empresa productora de hamburguesas responsabilizan a la informalidad y al incremento de los costos salariales como algunos de los factores causantes de los problemas financieros por los que atraviesa el grupo supermercadista francés en el país y del resto del sector.

Todas las empresas aclaran que hasta ahora no hubo cambios en las negociaciones que rigen los vínculos comerciales con Carrefour y que la cadena cumple con los contratos y los acuerdos pactados. 

Esperan, además, que las negociaciones con el Gobierno y el gremio permitan minimizar las consecuencias.

"Esperamos que el negocio no se les achique porque para nosotros es un actor relevante en nuestras ventas", describen en la alimenticia que produce desde pastas a vinos.

La misma opinión ofrecen en una de las mayores fabricantes de bebidas alcohólicas, donde admiten estar expectantes sobre las soluciones que encontrará Carrefour para resolver su crisis. 

Por su parte, desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), se manifestaron preocupados por la situación, aunque la extienden al resto de las cadenas. Entienden que todas las firmas se encuentran con un escenario similar de baja rentabilidad o directamente de pérdidas.

Responsabilizan de esta caída de la facturación a una conjunción de factores, como los altos costos laborales y logísticos, la elevada presión tributaria, el creciente mercado informal y los cambios de hábitos entre los consumidores, que privilegian la búsqueda de precios por encima de la comodidad o la calidad del servicio.

En este marco, tanto productores como supermercadistas vienen analizando la situación en el marco de la mesa del sector comercial convocada por el Gobierno para viabilizar soluciones junto a diversos organismos del Estado como los ministerios de Producción y de Trabajo, Secretaría de Comercio, Banco Central y AFIP.

Incluso, ya existe una agenda concreta de trabajo que apunta a lograr la adaptación a las nuevas situaciones que plantea el mercado, con distintas propuestas que priorizan la fidelización del cliente.