INTERNACIONALES
13 de abril de 2018
Trump se deshace en insultos contra el exdirector del FBI al que despidió
El presidente estadounidense llama a James Comey “soplón”, “mentiroso”, “débil” y “despreciable embustero” tras saber que este le compara en sus memorias con un jefe de la “mafia”
El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó hoy el exdirector del FBI James Comey como “un probado soplón y mentiroso”, y señaló que debería ser “procesado” por la justicia, un día después de que éste comparase la mandatario con un jefe de la “mafia”.
“James Comey es un probado SOPLÓN y MENTIROSO. Virtualmente todo el mundo en Washington pensaba que debía ser despedido por el trabajo horrible que hizo hasta que, de hecho, fue despedido”, dijo Trump en Twitter, su red social favorita.
Twitter, su red social favorita.
“Filtró información CLASIFICADA, por lo que debería ser procesado. Mintió al Congreso bajo juramento”, remarcó el mandatario. Trump también calificó a Comey como un “débil y despreciable embustero”. “Fue un gran honor despedir a James Comey”, concluyó.
Algunos medios estadounidenses adelantaron ayer jueves extractos del libro de memorias de Comey, titulado “A higher loyalty” (“Una lealtad superior”), un guiño evidente a la “lealtad” que el exdirector del FBI asegura que Trump le exigió antes de despedirle hace casi un año después de que él eludiera responderle.
“El círculo silencioso de asentimiento. El jefe en completo control. Los juramentos de lealtad. La concepción del mundo del nosotros contra ellos. La mentira sobre todas las cosas, grandes y pequeñas, al servicio de algún código de lealtad que pone a la organización por encima de la moralidad y de la verdad”, escribe Comey sobre Trump en sus memorias.
Todo ello, asegura Comey, le trasladó al pasado, a su “carrera como fiscal contra la mafia” en Nueva York.
En “A higher loyalty”, Comey también relata una obsesión del presidente con un polémico informe no verificado de un espía británico, en el que se recogía que en 2013 Trump contrató a varias prostitutas rusas en Moscú para protagonizar una extraña escena.
Su despido, en mayo de 2017, fue muy polémico porque el ahora exdirector del FBI estaba liderando la investigación sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones a la Casa Blanca que ganó Trump y los posibles nexos entre la campaña del magnate y el Kremlin para perjudicar a su rival demócrata, Hillary Clinton.
Tras dejar el cargo, Comey dijo que había tomado notas de todas sus conversaciones con el presidente.
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