Evo Morales tiene sobrados motivos para sonreír. El actual presidente de Bolivia acaba de obtener su tercer mandato con una aplastante victoria electoral y neutraliza los temores a que esté planeando otra reelección en 2020, si bien seguramente podría hacerlo si así quisiera.
Sentado en el palacio presidencial, un Morales relajado confía en que el recuento final de los votos del domingo mostrarán que ganó con el 64% de los sufragios, más de una supermayoría en el Congreso –suficiente para impulsar cualquier cambio a la constitución que le plazca.
"Como partido, no estamos proponiendo una reforma constitucional para el mandato presidencial que finaliza en 2020," aclaró. "Evidentemente, la gente a veces tienen razones para pedir un cambio a la Constitución. Pero personalmente no he pensado en eso."
Tal modestia quizás sea inverosímil. Los acérrimos seguidores del presidente indígena recibieron la última arrolladora victoria –los datos preliminares indican que obtuvo 60% de los votos– cantando "Evo hasta 2025" y "Evo por siempre". Esos cánticos generaron inquietud sobre la posibilidad de que Morales busque modificar nuevamente la constitución, como sucedió en 2009 para estar habilitado como candidato a un tercer mandato.
Pero el ex sindicalista asegura que eso no está previsto. Explica su popularidad diciendo que "en nueve años de gobierno hemos hecho lo que otros no hicieron en 180 años", cuando Bolivia se independizó. "Pero en este momento están en la agenda ni una reforma constitucional ni planes para quedarme hasta 2025 ".
Morales bien puede ser el presidente socialista más exitoso que ha tenido Latinoamérica en la historia.Sus políticas redistribucionistas mejoraron drásticamente los estándares de vida de uno de los países más pobres de la región, y también brindaron estabilidad política. Por la puerta giratoria del palacio presidencial habían pasado cinco presidentes en cinco años cuando Morales en 2005 obtuvo su primer mandato. "Los últimos gobiernos neoliberales no repitieron sus mandatos", afirmó quien abiertamente critica a Estados Unidos. "Pero nosotros, los denominados gobiernos progresistas –algunos hasta nos llaman populistas, pero en realidad somos antiimperialistas fuimos ratificados una y otra vez".
Pese a esa retórica anticapitalista, las políticas macroeconómicas y fiscales prudentes –y las mejores relaciones con el sector privado del país– fueron clave para el éxito de Morales. Las exportaciones mineras, más el creciente abastecimiento de gas a Argentina y Brasil, también ayudaron a sostener la expansión económica promedio de 5% anual.
Pero los críticos aseguran que Morales tuvo sólo suerte y que con el fin del boom de los precios de los commodities, se verá obligado a disminuir la generosidad del gobierno que tanto ayudó a bajar las tasas de ppobreza Problemas similares están arruinando a Venezuela y Argentina, y también colocó en un impasse a la economía brasileña
Sin embargo, Morales se muestra a gusto. "La minería no conduce la economía nacional, por lo que los precios más altos o más bajos no nos afectarán tanto," aseguró. "En cuanto al gas, el precio puede bajar un poco pero eso no influirá en la economía. Podría estancarse, pero es por eso que empezamos con la industrialización".
Morales parece no tomarse en serio la necesidad de inversores extranjeros que ayuden a financiar sus planes de iindustrialización que incluyen ppetroquímicos plantas pprocesadorasde alimentos y fábricas de medicamentos.
Sin embargo, sostiene que si "algún socio extranjero está dispuesto a invertir, son bienvenidos. Sus inversiones están protegidas". La declaración es un reconocimiento frente a la serie de nacionalizaciones que realizó en los sectores de materias primas y servicios públicos. Ahora el ex líder de los campesinos sostiene que ya no hay planes para expropiaciones, en parte porque "casi todo ya está nacionalizado acá".
Cuando se le preguntó que hará cuando finalmente se retire después de su tercer mandato, señaló: "Un deseo es volver al interior en Chapare (en el centro de Bolivia), trabajar en mi campo y construir unas pocas cabañas para recibir a mis ex autoridades ".por ANDRES SCHIPANI Buenos Aires