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POLITICA

19 de octubre de 2014

Gas importado: YPF señala irregularidades

Se desató un escándalo entre los protagonistas del millonario negocio de la importación de gas.

Nadie esperaba que alguien hablara. Pero uno lo hizo y Tal fue el sacudón que YPF, encargada desde 2012 de licitar la contratación de un centenar de barcos que proveen de gas natural licuado (GNL), se vio forzada ayer a decir, aunque de modo elíptico, que transparentó las compras del combustible para "poner fin a un proceso de intermediación y al pago de comisiones" que se hacían hasta entonces.

¿Quién era el responsable de esas millonarias compras? El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y la petrolera estatal Enarsa.

La revelación llegó luego de que LA NACION publicara ayer una entrevista con el ex ministro de Obras y Servicios Públicos Roberto Dromi, en la que cuestionó el actual sistema de contratación de barcos transportadores de gas.

"[A los barcos] los trae YPF, paga Enarsa, pero contrata YPF. Ese contrato se ha hecho en inglés, con cláusulas secretas, con claves blindadas y nadie conoce el pliego, ni el precio, ni nada. No se sabe. Si lo encontrás, me avisás", dijo Dromi.

Dromi admitió que durante cinco años asesoró a Gas Natural Fenosa (uno de los principales proveedores de GNL de la Argentina) mediante un contrato de agencia. "Yo nunca le cobré al Gobierno. Jamás. Gas Natural Fenosa me pagaba un honorario", dijo, y agregó que ahora se abstiene de participar por las complicaciones y la falta de transparencia en los contratos actuales que maneja la petrolera que dirige Miguel Galuccio.

La acusada no tardó en responder, siempre mediante un comunicado oficial. "YPF no va a permitir que los beneficiarios del sistema anterior pongan en duda las reglas vigentes y el actual procedimiento de compra, con la única finalidad de volver a instaurar un sistema que le rindió sus réditos personales en perjuicio del país".

En YPF se cuidan como en pocos lugares de medir las palabras. En sus oficinas de Puerto Madero critican a gritos la contratación de barcos que hacía Enarsa por mandato de De Vido y del virtual número dos del ministro, Roberto Baratta. Pero claro, no hay oficialista que acuse a un colega.

De Vido, el otro actor en esta novela de denuncias, dijo mediante un comunicado que "YPF adquiere el GNL en el marco jurídico que corresponde dentro de los valores vigentes en el mercado". Luego aclaró cómo es el actual sistema de compra que implementó.

Un vocero de Gas Natural Fenosa, principal proveedora del país, dijo desde España que "los contratos son correctos, transparentes y competitivos de acuerdo a los estándares internacionales". Además, aclaró que "actualmente están vigentes y se desarrollan con normalidad".

El millonario negocio del gas importado se inició en 2008, cuando el Gobierno contrató a YPF para que construyera un muelle en el Puerto de Bahía Blanca en el que pudiera amarrar un buque regasificador capaz de inyectar gas natural en la red troncal. Así se montó en tiempo récord el tramo que se pensó para una emergencia y que ya se ha convertido en una necesidad por la falta de gas en las cuencas locales. El regasificador es un enorme buque que contiene tanques donde otro barco de gran porte le entrega gas en estado líquido. Aquel lo somete a un proceso químico a bordo y lo convierte en estado gaseoso para poder ser inyectado en la red troncal de gasoductos.

La importación de gas se ha convertido en un fascinante negocio en el que se mueven cerca de 10.000 millones de dólares por año. En 2011, la Argentina sumó otro puerto de similares características sobre el río Paraná, en Escobar.

En aquel 2008 de emergencia, el Gobierno compró, siempre a través de Enarsa, siete barcos en los meses de mayo (1), junio (3), julio (2) y agosto (1). El año siguiente fueron 13 los buques que descargaron gas en Bahía Blanca, 11 procedentes de Trinidad y Tobago y dos de Egipto.

En 2010 la demanda de gas creció y fueron 25 los buques que se necesitaron ya no sólo para pasar el invierno, sino que, menos en enero, para pasar todos los meses. En 2011 amarraron 78 y en 2012, 80 embarcaciones.

Hace dos años la compra quedó en manos de YPF que, a cambio de un honorario cuyo monto la empresa no quiso revelar, empezó a licitar la operación por cuenta y orden de Enarsa. Cada barco tiene un costo de alrededor de US$ 50 millones, a lo que hay que sumar los gastos portuarios, que varían entre 420.000 y 550.000 dólares. Además, hay que calcular que cada regasificador genera una factura diaria por el alquiler de alrededor de US$ 85.000 cada uno. Millones de importación que están muy lejos del "modelo de acumulación de matriz diversificada con inclusión social".

En la petrolera que maneja Galuccio se golpean el pecho. Dicen que el proceso es más transparente y que hay más empresas que compiten. El nuevo sistema establece que las ofertas se deben enviar por correo electrónico. Luego son encriptadas con una clave que sólo conoce el oferente. "Después de un análisis técnico y económico, se decide la compra", dicen en YPF.

Las quejas que se escuchan sobre este proceso no son menores. Desde que YPF tomó el control de la compra no se sabe exactamente cuántos barcos y a qué precios se adjudicaron. Todo es secreto ya que apenas el ganador sabe a qué precio licitó; ninguno de los que compitieron se entera por cuánto perdió.

Las razones del secreto no sólo pueden obedecer a intereses oscuros, sino también a razones políticas. Galuccio recorre el mundo en busca de inversores a los que les promete una renta de entre 7,5 y 8 dólares por millón de BTU de gas que saquen de las cuencas argentinas. No le resultará muy fácil seducirlos si los inversores se enteran de que YPF convalida precios de importación de alrededor de US$ 17 por la misma cantidad. Y menos si supieran que Enarsa le paga a Bolivia alrededor de 10 dólares por ese mismo volumen de fluido. ¿Para qué invertir en la Argentina si es mejor venderle desde afuera? Mientras el negocio de la importación florece, los productores locales se conforman con modestos cuatro dólares. Distorsiones de la Argentina de la crisis energética.

LICITACIONES Y POLÉMICA

Desde 2008 a 2012, Enarsa fue la encargada de licitar la compra de gas importado. El 71% de los contratos de provisión los ganaron Gas Natural Fenosa y Morgan Stanley
En 2012 el proceso lo tomó YPF a cambio de un honorario que se paga en pesos. Si bien ingresaron otras empresas hay dos que son las qué más barcos venden: Gas Natural Fenosa y BP (ex British Petroleum)
Desde 2012 no hay datos ciertos de cuántos y a qué precios se licitan los barcos



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