¿Cómo recuperan la silueta en tiempo exprés? Aquí, algunos casos.

 
Megan Fox y la “dieta del vinagre”. Ella es famosa por su belleza pero también por la “dieta del vinagre”.

¿En qué consiste? Es bastante sencilla y se basa en tomar un trago pequeño de vinagre de manzana antes de cada comida.

Supuestamente el vinagre limpia el organismo aunque algunos expertos en nutrición aseguran que sólo sirve para quitar las ganas de comer. 
 

Jennifer Aniston y la “dieta del bebé”. La alimentación de esta estrella se basa en una suerte de viaje a la infancia.

Ella se nutre con 14 preparados de comida de bebé por día. Tienen pocas calorías por lo que al día suman sólo mil.  
 

Kylie Minogue y “la dieta del pomelo”. Un régimen poco variado y que puede ser bastante cuestionado. Se pueden perder 8 kilos en 10 días si se comen solamente pomelos.

Pero esta suerte de “dieta” resulta tan aburrida y poco variada que muchos la abandonan. Jennifer López la hizo pero cambió el procedimiento. Ella le coloca a todo aceite de pomelo. 

Este aceite ayuda a depurar el organismo. Es fundamental que cuando se compre se compruebe que se puede consumir por vía oral. 
 

Beyoncé y la “dieta del jugo”. Otra manera saludable de depurarse. Antes del verano ella consume durante un par de días diez vasos de jugo de limón con agua. Intenta además evitar los alimentos sólidos. 

Madonna y “la dieta de la luna”. No es nada nueva. La organización de las comidas se realiza sobre la base de las fases lunares. Cuando la luna está en fase creciente se come lo que se quiera pero cuando está en menguante se consumen sólo agua y jugos naturales.

Los científicos son muy críticos con este tipo de alimentación. Aseguran que las “dietas milagro” sólo sirven para engordar. 

¿Lo mejor para la ciencia?: régimen y ejercicio

Un caso que vale la pena recordar es el de Chris Pratt que perdió 30 kilos a base de esfuerzo y trabajo.

Para hacerlo fue al gimnasio todos los días, dejó los hidratos de carbono y el alcohol y se alimentó de forma saludable durante 8 meses. Sí: no hay magia.