El Barça se encontró en el Nuevo Zorrilla con un Valladolid bien plantado, muy intenso y por momentos valiente, pero su rival más incómodo fue un césped en malas condiciones que alteró el habitual juego asociativo de los azulgranas. Tras una primera parte de clara superioridad, Ousmane Dembélé abrió la lata y los pucelanos la cerraron de inmediato, llegando a soñar con el empate en unos minutos finales con varias llegadas a las inmediaciones de Ter Stegen, al que lograron batir en la última jugada del encuentro pero el VAR les torció la sonrisa. Los de Valverde, a tenor de las condiciones del verde, se conformaron y casi lo pagan.

El cuadro culé no pisaba el césped vallisoletano desde hace cinco años, cuando, con el ‘Tata’ Martino en el banquillo, protagonizaron una temporada para el olvido, la peor de la última década. La visita a tierras vallisoletanas se saldó con derrota por la mínima (1-0) ante un conjunto que acabaría descendiendo. De aquel equipo titular, únicamente sobreviven Busquets, Piqué y, como no, Messi. Desde entonces la entidad catalana ha añadido a su palmarés, entre otros trofeos, tres Ligas, cuatro Copas del Rey y una Champions League.

Casi un lustro después, el conjunto catalán se presentó en Valladolid con una alineación muy ofensiva, asumiendo Coutinho el vacío dejado por Iniesta y volviendo al 4-3-3, tan abandonado por las circunstancias el curso pasado. Por tercer partido consecutivo, Dembélé volvió a ser titular junto a los intocables Luis Suárez y Messi, pero el protagonista del encuentro fue el recién estrenado césped de los pucelanos. Plantado hace apenas cuatro días, el terreno de juego empezó a levantarse muy pronto.

En Estados Unidos debieron ver como la pelota se movía entre los múltiples baches, con movimientos impredecibles, llegando a preguntarse los telespectadores del otro lado del océano si el partido se jugaba con un balón de fútbol americano. Una imagen lamentable para un partido de de LaLiga, que no deja de ser la misma que quiere cruzar el charco para hacer negocio. Mala presentación dirían los expertos en marketing.

Como casi siempre en estos casos, las malas condiciones del verde afectaron al juego de posesión de los azulgranas, que lidiaron, además, con un buen planteamiento de los de Sergio González. Los locales salieron intensos desde el inicio y amenazaban con velocidad en las contras. Sin embargo, los espacios aparecieron en el entramado vallisoletano a partir de la media hora y los zagueros miraban esperanzados al suelo en busca de ayuda cuando sus piernas les fallaban.

Uno de los muchos baches en el césped de Zorrilla. (EFE)

Rakitic antes de un pase decisivo, Coutinho en un disparo muy claro dentro del área o Dembélé en prácticamente cada recorte, sufrieron el mal estado del tapete, que creó mucha inseguridad en el juego asociativo de los de Valverde, con muchos fallos en el pase. Pese a ello, el Barça insistió sobre la portería de Masip, sumando ocasiones en los últimos diez minutos de la primera parte. Suárez, con un mano a mano fallido, y Dembélé, con todo a favor para asistir al charrúa en boca de gol, aplazaron el gol visitante hasta la segunda parte.

Tras la reanudación, el Valladolid cogió aire. Volvió a mostrarse peligroso gracias a la conexión entre Toni Villa y Enes Unal, los dos jugadores más inspirados de los pucelanos en tareas ofensivas, y fuerte atrás gracias al trabajo de desgaste de Anuar, Alcaraz y Borja. Pero todo su trabajo se vino abajo en una jugada sin aparente amenaza. Lanzó un centro muy pasado Luis Suárez y únicamente Sergi Roberto tuvo fe para rescatar un esférico que se perdía por la línea de fondo. El de Reus salvó el balón en el límite del terreno para cedérselo en el área a Dembélé, que de primeras batió a Masip por bajo.

Con los cambios, el Valladolid logró encerrar durante algunos minutos al Barça, que buscó sin acierto conectar una contra. El terreno hacía prácticamente una conducción con velocidad, incluso para Messi. Mientras, el Valladolid, tras mostrar sus intenciones en varias jugadas, logró acercarse al gol gracias a una combinación entre los dos ingresados en el campo, Duje Cop y Keko. Fue la más peligrosa de los vallisoletanos hasta el giro de guión final del VAR. El remate de cabeza del español a centro del croata lo atrapó el meta alemán.

La acción de Keko fue una señal evidente de los desajustes que estaba sufriendo en el campo el cuadro catalán. El Valladolid, con muchas menos armas y ante un Barça atenazado por el lamentable terreno de juego, logró llevar la dinámica del encuentro a su terreno. De entre los pupilos de Valverde, ninguno, mediada la segunda parte, consiguió enderezar el rumbo del juego culé. Ni siquiera Messi, muy gris todo el encuentro. Al Barça le tocó sufrir.

Con el Valladolid volcado, Malcom, que suplió a Coutinho, tuvo un mano a mano con Masip para sentenciar, pero el exbarcelonista le amargo el estreno goleador al brasileño. Se cumplían los noventa minutos con los locales acumulando efectivos sobre el área barcelonista y en la última jugada del partido todo pudo cambiar. De nuevo Keko remató solo dentro del área de cabeza y esta vez batió a Ter Stegen. El árbitro señaló posición irregular del rematador pero aún faltaba que el VAR confirmara el tanto. Tras unos segundos de suspense, De Burgos Bengoetxea acató las órdenes de la tecnología para decretar fuera de juego. La alegría y la tristeza cambiaron de bando en apenas un momento y con mucho sufrimiento, con un césped deplorable, el Barça sumó su segunda victoria consecutiva en este inicio de Liga.

Ficha técnica