Hay personas que por una cosa u otra nacen con suerte. El caso de Lila Moss es un buen ejemplo de ello. Hija de la supermodelo de los 90 que marcó un cambio en la industria de la moda, la gran Kate Moss, lo tenía todo para triunfar en este mundo.

El pasado 29 de septiembre cumplió 16 años y los expertos en el sector hacían apuestas sobre cuánto tardarían las firmas de moda en ficharla. La respuesta no ha tardado ni una semana en salir a la luz. Marc Jacobs Beauty, la línea de belleza de la firma estadounidense, ha sido la más rápida y se ha hecho con el privilegio de hacer debutar a la joven promesa.

Aunque pueda parecer que tener a Kate Moss como madre le abre un sinfín de puertas, y así es, también tiene que lidiar con las continuas comparaciones que inevitablemente las agencias y medios hacen. “Fue un poco surrealista tener a Kate en el estudio con Lila, ya que me trajo recuerdos de la primera vez que la conocí cuando tenía 18 años y desfiló para la colección primaver-verano para Perry Ellis en 1993”, escribió Jacobs tras presentar a su nuevo fichaje.
Esta misma presión la sufren las ‘hijas de’ como Kaia Gerber de Cindy Crawford, Lily-Rose Depp de Johnny Depp y Vanessa Paradis, o Hailey Baldwin del actor Stephen Baldwin. El caso de Gerber es muy similar al de Lila Moss, debutó a los 16 años para Calvin Klein, en la quera la segunda colección de Raf Simons a cargo de la firma estadounidense.

Cindy Crawford y su hija que modela para las principales marcas

Sin quererlo se convirtió en la protagonista de la colección y todas las miradas se centraron en ella. El público aseguró sentir un ‘dejà-vú’ al ver a la joven desfilar, pues su madre era una de las supermodelos habituales en los desfiles de Calvin Klein. Pasado y futuro, sea como fuere, no todo es un camino de rosas.