Aprovechando el último rincón
Utilizando rieles similares a los que disponen los cajones de la cocina, bajo estas escaleras se ha sacado partido de todas las alturas posibles dotando al armario que reposa bajo este hueco con tres puertas de tres tamaños diferentes. Uno grande para los abrigos, uno mediano como zapatero principal, y otro pequeño para más zapatos. Una vez cerrado, este armario es discreto, y quedan visibles solo sus agarraderas metálicas que parecen embellecedores, lo que hace que pasen completamente desapercibidas. 

Escondite secreto para los zapatos
¿Quién iba a imaginar que una escalera con un diseño tan atractivo podría esconder un secreto tan útil bajo sus escalones? La madera de toda su construcción y el artesonado de metal de la barandilla no hacen presagiar que los escalones son pequeñas puertas correderas que pueden utilizarse como zapatero. Incluso abierto de para en par, sigue resultando bonito.
Vinoteca bajo la escalera

El amor por el buen vino puede ser motivo de orgullo, e incluso toda una declaración de intenciones que impregne la casa y la cultura de la familia. Utilizar esos vinos como parte de la decoración, haciéndolos presentes, puede ser una buena forma de encuadrar el espacio de la escalera y rellenar el hueco con una estructura moderna, sencilla y funcional sobre la que reposen las botellas de nuestra colección.
El juego de los escalones

Está claro que una de las formas más populares para convertir unas escaleras en un elemento de utilidad y diseño es aplicar una estantería de obra a cada escalón. Esto, aunque parezca visto, puede adquirir una personalidad mayor si logramos generar una sensación de bloque tan contundente como el de esta foto, donde al no integrar una barandilla y adquirir una perspectiva tan lateral, parece que la escalera es una pieza única.

Escalones de madera

De la misma forma que en el ejemplo anterior, estas escaleras se convierten en estantería. La gran diferencia de este diseño es que los libros están de cara a nuestros pies, y caminamos subiendo peldaños en los que los volúmenes nos enseñan el lomo. Esto genera una sensación divertida y muy estilosa, porque de frente es una estantería “clásica” pero empinada. No podemos dejar de referirnos a la barandilla, también extraordinariamente original, discreta y funcional.

Una cocina debajo de la escalera

A la hora de aprovechar los huecos libres, las cocinas americanas son capaces de rellenar el espacio como si fueran un líquido arrojado sobre un molde. Esta es la sensación a la que nos conduce esta encimera y mueble de cocina, que se cortan junto al llegar a la barandilla de unas escaleras. Resulta realmente original este marco de madera y cómo zanja el mueble superior de la cocina. El secreto para generar armonía es el tono blanco nuclear e impoluto de la cocina, pues utilizar otros materiales y colores habría sumado confusión al resultado.

Cajones polivalentes llenos de estilo

Los escalones de esta escalera son cajas de madera maciza, con alturas muy diferentes; unas llegan hasta el suelo y otras quedan “levitando”. Dentro de las cajas podemos utilizar el espacio a nuestra conveniencia: una flor, libros o simplemente dejándola vacía. La escalera adquiere mucha personalidad con una barandilla de cristal que pretende hacerse invisible y, sin embargo, acaba de dotar al conjunto del equilibrio exacto entre sencillez y contundencia.

Una casa dentro de el hueco de la escalera

Aprovechando que el resultado de este tipo de espacios siempre es triangular, el espacio que deja la escalera bien podría asemejarse al de un tejado para nuestra mascota. Podemos construir debajo una casita para el perro, donde poner su cama y que le sirva de espacio de descanso cuando quiera dormir y no ser molestado.
El colmo de la utilidad

Ni un escalón sin aprovechar. Esta solución para el hueco de la escalera es 100% funcional para sacar partido a todos los rincones, y especialmente pensada para dúplex de casas con una base no demasiado grande, donde cada metro es oro y convertir la escalera en un gran armario empotrado puede aligerar la necesidad de disponer de más armarios en el resto de la casa.