Bautizado con el nombre Wak´a, que significa lugar sagrado, el cóndor andino rescatado por integrantes de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia y la Policía, en el departamento Molinos, recibió el alta tras siete meses de tratamiento.

Los especialistas veterinarios y biólogos del Programa de Conservación de Cóndor Andino de la Fundación Bioandina Argentina, de Buenos Aires, determinaron que el ave está lista para volver a su ambiente natural.

El cóndor andino llegó en un vuelo procedente de Capital Federal ayer por la tarde. La liberación del animal se realizó camino a Hualinchay, en Cafayate, en donde existe un peñasco. Antes de esta acción, comunidades originarias de la zona, pobladores y la academia Quechua Qollasuyo Salta, realizarán una ceremonia ancestral en la que se anunciará a la Pachamama (madre tierra), el regreso de uno de sus hijos.

El cóndor andino es un ave emblemática de Sudamérica, símbolo de poder y espiritualidad para las comunidades originarias. Puede medir hasta 3 metros de envergadura alar, es el ave voladora más grande del mundo, y de gran importancia para el equilibrio de los ecosistemas, ya que al ser carroñera limpia el ambiente.

Con el fin de facilitar la llegada de quienes quieran presenciar el momento de liberación, se dispuso como punto de encuentro la plaza principal de Cafayate a las 9, desde allí partirá una caravana de vehículos.

La ceremonia es organizada por el Ministerio de Producción Trabajo y Desarrollo Sustentable, de manera conjunta con la Municipalidad de Cafayate.

Con la presencia de las ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable, Graciela Pinal de Cid; la ministra de Asuntos Indígenas, Edith Cruzy, y el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, José Cornejo Coll, se realizó ayer en Cafayate la suelta del cóndor andino bautizado Wak'a (lugar sagrado).

En una ceremonia teñida de color y emotivas palabras, la comunidad originaria de El Divisadero, acompañados por la fundación Ecos de la Patria Grande y más de 200 asistentes, encomendaron el vuelo del cóndor a la Madre Tierra, para luego realizar la suelta en lo alto de un peñasco en Mal Paso, camino a Hualinchay.