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17 de abril de 2019

Por qué no cayó la catedral de Notre Dame

Esta construcción de madera, como la situada en el interior de la aguja.

Por: Por:Redacciòn FM Fleming con informaciòn de Agencias

La estructura de madera bajo techo ardió sin remedio, pero la robustez de la estructura pétrea preservó el templo.


Quienes siguieron el lunes el incendio de Notre Dame temieron acabar viendo algo parecido al hundimiento de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001, también retransmitido en directo por televisión.


La caída de la aguja de 96 metros que coronaba la cubierta de Notre Dame abonó el temor a que, acto seguido, se desplomara la bóveda sobre la nave central, las llamas se propagaran por el interior y la devastación fuera total. No hubo, en lo que va de siglo, dos retransmisiones televisivas de catástrofes urbanas más espectaculares.
Ayer los bomberos declararon que el incendio estaba controlado, y se hizo pública una primera relación de daños: las llamas habían devorado el techo a dos aguas y la estructura de madera de más de mil metros cuadrados de superficie que lo sostenía; también derribaron la aguja y provocaron indirectamente tres agujeros en la bóveda pétrea, el mayor a la altura del crucero. Pero los muros perimetrales, los contrafuertes, los arbotantes y las dos torres de la característica fachada de Notre Dame seguían en pie. Así lo confirmaron fuentes oficiales, según las cuales la estructura de piedra calcárea resistía. Es pues posible, pero improbable, que los daños estructurales del templo excedan lo ya sabido.

¿Por qué algunos edificios sometidos a incendios pavorosos, terremotos o atentados terroristas se hunden? ¿Por qué otros no?

Cada caso presenta sus particularidades. En el libro Por qué se caen los edificios (Turner Noema), de Matthys Levy y Mario Salvadori, se relacionan algunos factores de seguridad de una estructura, desde su teoría y su cálculo hasta el presupuesto, pasando por los materiales y su ensamblaje, o por los agentes externos.

Notre Dame, no hubo impacto de elementos ajenos a la catedral, pero sí una enorme reserva de combustible que también ardió pavorosamente: la estructura de madera de diez metros de altura, cien de longitud y trece de anchura en la nave (cuarenta en el crucero), conocida familiarmente como el bosque por los 1.200 troncos de roble que la componían. Esta estructura, situada por encima de las bóvedas, sostenía el techo de la catedral, revestido a su vez con láminas de plomo. Eran troncos en muchos casos ya integrantes de la estructura original del siglo XIII, algunos procedentes de árboles talados con cuatrocientos años de vida. Dado que la edad de Notre Dame ronda los 850 años, cabe afirmar que algunos robles de su estructura tenían 1.200 años.

Esta construcción de madera, como la situada en el interior de la aguja –de quinientas toneladas de peso– se quemó prácticamente por completo. La estructura pétrea de la bóveda, por el contrario, resistió. Salvo en su tramo del crucero, en el punto central de la planta en cruz latina del edificio. Probablemente, debido a que la caída de la aguja a través de el bosque en llamas impactó sobre la bóveda en ese punto y causó su derrumbe parcial.

 

Las fotos disponibles del interior del templo tras el accidente muestran allí un gran boquete en la bóveda, además de otros dos menores. Obviamente, el fuego puede acabar en poco más de una hora, como en París, con una estructura de madera intrincada y secular. Pero la robustez de la construcción gótica hecha con grandes bloques de piedra, muros de notable grosor y una bóveda que trabaja a compresión dificultan su colapso.

El ministro de Cultura, Franck Riester, declaró ayer que “la estructura principal del templo [la pétrea] se ha salvado, pero la situación sigue siendo precaria”. Acaso porque, como señala el ingeniero Javier Fernández, “esta estructura ya ha hecho mucho resistiendo casi mil años. Sin olvidar que los sistemas de cálculo medievales eran aproximativos y generaban estructuras isostáticas, en la que las cargas apoyan en un punto, y no en otros, y donde un percance como el sufrido puede desestabilizar el conjunto”.



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