ECONOMIA
6 de mayo de 2019
Ser inquilino en tiempo de crisis económica
La demanda de alquileres no variará en lo que resta del año,consecuencia del parate que registran los préstamos hipotecarios.
Algunos propietarios ya piden una actualización de hasta el 18%. Muchos inquilinos optan por inmuebles más chicos y zonas más económicas.
El propietario, al frente de la inmobiliaria que lleva su nombre, da cuenta de la situación, producto de las dificultades económicas y laborales por las que muchos deben atravesar.
"Por lo general, quienes se enfrentan a este tipo se problemas deciden irse de la propiedad una vez que ya recortaron por otros lados. Este paso es el último que se da en busca de recuperar capacidad monetaria", explica.
El especialista señala que el alquiler no es el único factor que desencadena esta situación, sino que se trata de un combo. Expensas, servicios y hasta televisión por cable son algunos de los ítems que aumentaron con fuerza en los últimos tiempos.
"De alguno, como la TV paga, se puede prescindir sin mayores inconvenientes más que el que representa quedarse sin ese servicio. Pero la luz, el gas o el agua se deben pagar", subraya el empresario.
La pared contra la que chocan los inquilinos es muy dura. En las inmobiliarias admiten que los propietarios –sobre todo en los barrios de mejor poder adquisitivo– se ponen firmes al momento de sostener sus pretensiones.
Como ocurre cada vez que los créditos hipotecarios se vuelven inaccesibles, los alquileres pasan a ser la única vía para quienes precisan un techo. Y ante el crecimiento de la demanda, los precios comienzan a subir y las posiciones de los dueños se endurecen.
De acuerdo con los últimos datos que dio a conocer el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Salta, en marzo se firmaron 2.738 escrituras de compra-venta. De este total, apenas 197 tuvieron de por medio un crédito hipotecario, lo que deja muy en claro la dura realidad que le toca afrontar a quienes no cuentan con los medios necesarios para comprar.
"En el segmento de los alquileres hay mucho movimiento porque desaparecieron los préstamos. Esto complica todavía más la posición de los inquilinos", precisa López Fleming
Y, como si fuera poco el incremento anual que ya se aplica, desde hace ya un tiempo que los dueños –con el aval de las inmobiliarias– impusieron retoques semestrales en los valores. Actualmente, se mueven entre el 12% y el 15%, pero los agentes inmobiliarios advierten que ya muchos comienzan a hablar de un 18%.
"No es lo más recomendable para este momento. Intentamos que algunos propietarios lo entiendan, pero saben que tienen un activo muy buscado y creen que pueden tirar de la cuerda todo lo que quieran", sostiene Cornejo y Asociados, al frente de la inmobiliaria que lleva su nombre.
El otro argumento que lleva a los dueños de los inmuebles a aferrarse a esta postura es la rentabilidad. Hoy se encuentra en uno de los puntos más bajos de la última década.
Ambos profesionales, también hace referencia al incremento que muestran desde hace tiempo todos los ítems que contemplan el mantenimiento de una vivienda.
"Los alquileres se incrementaron y es cierto, pero los servicios no se quedaron atrás. Todo el combo pesa, no se trata solo del valor del alquiler. Las expensas, por ejemplo, vienen teniendo un retoque importante y a muchos se les complica afrontarlas", afirma el especialista.
En este sentido, el inmobiliario resalta el fuerte nivel de demora que se registra en el pago de las expensas. Actualmente, cerca de un 30% de quienes deberían afrontar este gasto no tienen las cuentas en orden, toda una muestra de la complejidad del momento.
El único camino para todos
El escenario no es el mejor, está claro, pero hay ciertos segmentos en los que la situación aparece un poco más dura que en el resto.
Los especialistas explican que esto es lo que ocurre con los departamentos mejor ubicados y de mayor tamaño. Sobre todo, en aquellos equipados con amenities o cocheras, lo que los encarece.
Para un público de cierto poder adquisitivo, los precios que se manejan en este tipo de inmuebles pueden hasta algún punto llegar a ser admisibles. Pero para quienes habían llegado hasta allí tal vez con una cuestión más "aspiracional", el sueño se derrumba con velocidad.
Hoy –sobre todo en ciertos segmentos de la sociedad– los departamentos que más rápidamente se ubican son aquellos más chicos y sin amenities. Además, se tiene muy en cuenta el costo de las expensas, un punto cada vez más sensible.
Para las inmobiliarias el negocio de los alquileres volvió a ser casi el único medio de subsistencia. Como las ventas no mejoran, la renta de inmuebles se convierte, cada vez con mayor frecuencia, en la fuente de ingresos más importante para los agentes.
A esta situación se suma el hecho que se deben enfrentar a los propietarios, que muchas veces no aceptan una baja en sus pretensiones económicas.
¿Cuál es el argumento para sostener esa postura? La pobre rentabilidad que ofrece este negocio.
De acuerdo con el último trabajo que llevó adelante una consultora especializada Reporte Inmobiliario, hoy se encuentra en el nivel más bajo desde 2015, y el cuarto peor en los últimos 17 años. Alcanza el 1,78%; solo se registraron peores marcas en 2015 (1,49%), 2004 (1,40%) y 2003 (1%).
Los especialistas sostienen que la realidad de los alquileres no variará en lo que resta del año. La demanda se mantendrá en niveles altos como consecuencia del parate que registran los préstamos hipotecarios (según analistas, sin perspectivas de recuperación inmediata), y muchos dueños ven a esta situación como una buena posibilidad para incrementar sus ganancias.
En el medio, los inquilinos comienzan a mirar hacia zonas más baratas, arman sus valijas y hacen cuentas para intentar que el costo del alquiler sea un dolor de cabeza menos fuerte de lo que es hoy.
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