A pocos días de que Lionel Messi cumpla 32 años, parece utópico pensar que el mejor futbolista del planeta, para algunos el mejor de la historia del deporte, no haya conseguido consumar un título en la Selección argentina de mayores, siendo parte de una potencia mundial, más allá de los mejores o peores momentos de los últimos lustros.

Puede que no llame la atención este tipo de cuestiones en futbolistas de super elite que, en selecciones menores, se les volvió muy complicado competir en certámenes significativos. De estos casos podríamos nombrar varios, como Eusébio en Portugal o Shevchenko en Ucrania, por ejemplo; pero no es el caso del capitán del seleccionado argentino.

Messi, más allá de las cuatro Copas del Mundo disputadas, está encarando su quinta Copa América y los números llaman poderosamente la atención cuando notamos que de las cuatro ediciones pasadas, en tres pudo acceder al partido decisivo, aunque siempre sin éxito.

La historia comenzaba en la Copa América de Venezuela en 2007, un extraordinario equipo, con Riquelme y Crespo como estandartes, que alcanzó la final de la mano del Coco Basile y que tendría un desenlace funesto con derrota ante un muleto equipo de Brasil por 3 a 0. Siempre en el marco del torneo continental, surgía una nueva chance para Leo, ya más maduro y con el Checho Batista en el banco, de ser protagonista en nuestro país en 2011. Pero fue justamente la selección más ganadora de la historia del certamen, Uruguay, quien en cuartos de final le daría una cachetada a la Albiceleste en Santa Fe. Y llegarían las más recordadas, las finales perdidas ante Chile, ambas por penales; la primera en Santiago y la última en Nueva Jersey por la Copa Centenario.

“Me van a tener que aguantar un poco más”, expresaba Messi hace un tiempo respecto a su continuidad en la Selección argentina y en consonancia para quienes son críticos con el máximo goleador del seleccionado. “Antepenúltima bala”, tratando de vislumbrar el futuro y con el calendario en la mano. Podremos pensar nuevamente a Messi con la 10 de la Selección argentina el próximo año en una nueva edición de la Copa América, en casa, y seguramente en la Copa del Mundo en Qatar 2022. Pero el paso del tiempo es irreversible y los casilleros, para que Leo escriba su historia grande con la celeste y blanca, cada vez son menos. La chance de levantar el trofeo más antiguo del mundo a nivel selecciones vuelve a estar en la cabeza de él, nada más y nada menos que en el Maracaná de Río de Janeiro.