El empresario kirchnerista Lázaro Báez rompió el silencio tras el triunfo de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales del 27 de octubre pasado. Báez llamó ayer a la radio AM 530 desde el penal de Ezeiza y dijo que fue víctima de un plan de persecución impulsado por el gobierno de Mauricio Macri para "destruir" al peronismo.

Consultado sobre sus expectativas por el futuro cambio de gobierno, el dueño del Grupo Austral remarcó: "Ojalá este viento nuevo nos permita acceder a una justicia verdadera".

¿Piensa que podría recuperar la libertad con la llegada de Fernández al poder? "Si tuviéramos una Justicia que no esté tan ciega, tan vendada, tengo mucha esperanza", respondió.

A Báez y sus hijos se los investiga por el lavado de 60 millones de dólares en el juicio por la ruta de dinero K.

"Queremos que se vuelvan a recuperar las instituciones, pero con la seriedad que debían funcionar y la opción de ser escuchados. Hemos sido impedidos de explicar una cantidad de situaciones que no tienen sentido", agregó.

Según Báez, la administración de Cambiemos aplicó un "plan sistemático" en las causas de corrupción para perjudicar la imagen del kirchnerismo y "destruir un proyecto nacional y popular".

Y criticó con dureza a la Justicia: "Esto fue un plan elaborado y lo aplicaron sistemáticamente y hay que reconocer que fueron muy inteligentes porque de esa manera nos quitaron todo tipo de defensa".

El empresario santacruceño denunció que recibió presiones para involucrar a Cristina Kirchner en los casos de corrupción."Los verdaderos ladrones son estos", afirmó sobre el gobierno de Macri.

Desde el penal de Ezeiza, Báez se definió como peronista y recordó su relación con Néstor Kirchner. "Era mi amigo", dijo. "Néstor era el ideólogo político y Cristina era la vocera de la ideología de la política definida", opinó.

Y se defendió de las acusaciones: "Yo no soy un ladrón, trabajé toda mi vida".