POLITICA
30 de noviembre de 2019
José Luis Vila podría asumir en inteligencia
Vila es un histórico agente de inteligencia que llegó a la ex Side en tiempos de Raúl Alfonsín.
Enrique "Coti" Nosiglia está muy cerca de conseguir con Alberto Fernández lo que no logró con Mauricio Macri, ser el segundo de la AFI.
Enrique "Coti" Nosiglia está muy cerca de conseguir con Alberto Fernández lo que no logró con Mauricio Macri: el cordobés José Luis Vila podría ser el segundo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), según confirmaron a fuentes cercanas al futuro Gobierno.
El presidente electo se reservaría la presidencia del organismo, que aún no tiene decidido si continuará tal como está o si lo dividirá. Su elegido para controlarlo es Alberto Iribarne, ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner. Esta semana quedó claro que Cristina Kirchner puede obligarlo a revisar nombres en cualquier momento.
Vila es un histórico agente de inteligencia que llegó a la ex Side en tiempos de Raúl Alfonsín y Coti creía que en 2015 era momento de tenerlo al mando, con el legendario Jaime Stiuso retirado y la UCR otra vez en la primera fila del poder.
Macri no le dio el gusto. Además de concederle la presidencia a Gustavo Arribas, cercano a Daniel "Tano" Angelici; eligió como vice a la ex diputada del PRO Silvia Majdalani, cercana a su amigo del alma Nicolás "Nicky" Caputo.
Alberto aún no definió si le quita funciones a la AFI, como le sugieren. Quiere a cargo a Iribarne y le proponen como segundo y experto a Vila, por ser enemigo de Majdalani.
Poco le importó la amistad de "la Turca" con Francisco "Paco" Larcher, ex número 2 de la ex Side en tiempos de Néstor y Cristina Kirchner. Tan cercana era que fue capaz de pedirle a los jefes de Gabinete aumentar el presupuesto de los agentes.
Para evitar represalias, Arribas corrió a Vila de la ex Side y fue nombrado subsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa, donde aún permanece bajo las órdenes del radical Oscar Aguad y abandonó el perfil bajo para brindar entrevistas.
Vio entrar en desgracia a Aguad con el hundimiento del submarino Ara San Juan, que según sugirió ex personal de las fuerzas armadas ante el Congreso pudo haber tenido como responsables a ex almirantes con fuertes vínculos en el exterior.
Coti vivió como una traición personal el ninguneo a Vila, después de haber motorizado junto a Ernesto Sanz el apoyo de la UCR a Macri y la creación de Cambiemos que le garantizó el triunfo presidencial. Mantenían una vieja relación de cuando el ahora presidente escoltaba a su padre en la empresa Socma y el radical era un joven Ministerio del Interior de Alfonsín.
El diputado José Cano, la 2 de la AFI Silvia Majdalani y el senador radical Juan Carlos Marino, cercano a "Coti" Nosiglia.
Su primera reacción fue presionar al Congreso para ratificar a su senador de confianza Juan Carlos Marino como presidente de la bicameral de fiscalización de inteligencia y correr a último minuto al sanjuanino Roberto Basualdo, aliado del PRO en la Cámara alta.
La guerra nunca terminó y el pampeano cree que detrás de la denuncia por presunto acoso sexual en su contra, de la que fue sobreseído en un fallo de Cámara, estuvo Majdalani y su pelea con el agente cordobés. Por eso no dudó en exponerla junto a Arribas cuando la oposición presionó para que expusiera sobre la causa por espionaje ilegal a cargo del juez de Dolores Alejo Ramos Padilla.
Uno de los kirchneristas de esa comisión es el diputado Leopoldo Moreau, viejo conocido de Vila de cuando ocupaba la primera fila del alfonsimo y quien estaría interesado en proclamarlo "Señor 8", como se conoce a los segundos de la ex Side por el piso del edificio que ocupan. Los jefes están en el quinto.
Alberto estudia una propuesta para disolver la AFI y darle al Congreso mayor control del espionaje
Vila podría contribuir al acercamiento con el radicalismo que busca Alberto para controlar el Congreso, pero sobre todo ayudarlo a enfrentar a Majdalani, a quien el kirchnerimo acusa de haber diseñado las causas judiciales contra Cristina y sus ex funcionarios.
Hasta Elisa Carrió le pidió a Macri que la echara por haber sido víctima de espionaje permanente con escuchas telefónicas y hasta persecuciones. Consciente de que no la tiene fácil, la "turca" habría gestionado un lugar en el gabinete porteño sin éxito.
Desde el 10 de diciembre a la Turca le espera una larga lista de cuentas pendientes que le preparan en la bicameral del Congreso, donde habrá mayoría del peronismo para dictaminar a gusto y requerir explicaciones a los jefes de inteligencia nombrados por Alberto y Cristina.
En un comunicado, el diputado kirchnerista Rodolfo Taihade, recordó las consultas que Arribas y Majdalani dejaron sin responder, entre ellas la visita que le hicieron al juez Luis Carzoglio, quien dijo que le exigieron detener Hugo y Pablo Moyano.
Tampoco precisaron cuántos fondos se gastaron en las agencias de espionaje abiertas en el conurbano, donde habrían realizado un seguimiento a la gobernadora María Eugenia Vidal, según la investigación de Ramos Padilla. Ni mucho menos aportaron información relacionada con el agente Dalmau Pereyra, que según el detenido Ibar Pérez Corradi lo visitó para pedirle involucrar a Aníbal Fernández en el crimen de General Rodríguez.
Taihade reclamó copia de los legajos personales de los agentes Eduardo Miragaya y Carlos Cidras, "motivos de su desvinculación e información sobre sumarios internos, luego de que se conociera un informe periodístico que los vinculó con la manipulación de causas judiciales en curso".
Además, recordó que junto al radical Marino le pidieron en tres ocasiones el juez Claudio Bonadío entregar copia certificada de la Causa N° 1374/19 "NN s/Averiguación de Delito", que usó como excusa para solicitar la versión taquigráfica de la exposición de su colega Alejo Ramos Padilla.
Arribas y Majdalani tampoco informaron nunca el organigrama de la AFI y ni el uso de tecnología para interceptar conversaciones de Whatsapp y Telegram. Sus sucesores tal vez lo hagan. Sobre todo si los conocen.
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