3 de febrero de 2020
Alimentos que sientan bien comerlos calientes
Consumir los alimentos calientes tiene numerosas ventajas, ya que nos suelen sentar mejor, facilitan la digestión.
Consumir los alimentos calientes tiene numerosas ventajas, ya que nos suelen sentar mejor, facilitan la digestión y pueden resultar menos pesados. Por no hablar de que el sabor y textura de determinados alimentos, como verduras o pescados, también suelen ser más fácil para el paladar si los cocinamos. Si a esto añadimos que si consumimos algunos alimentos excesivamente fríos pueden sentarnos mal, ya que se puede producir un contraste térmico que dé lugar a náuseas, mareos o malestar, es fácil entender que la comida caliente, pese a la incipiente moda de la raw food, suela ser la preferida de los consumidores.
“La comida caliente suele sentar mejor, aunque tampoco es recomendable calentarla en exceso, mientras que la comida fría puede dar lugar a un desajuste térmico, de manera que conviene ser cuidadosos con las temperaturas y optar siempre por tomar la comida templada”, explica la coach nutricional Susana León. Existen algunas excepciones, pues hay algunos alimentos que solemos consumir calientes que presentan numerosas ventajas si nos acostumbramos a tomarlos fríos. Estos son algunos de ellos.
Pasta
Macarrones
Muchos italianos se llevan las manos a la cabeza cuando escuchan que lo mejor para el organismo es recalentar la pasta . Y es que macarrones, espaguetis y demás pastas del mercado no solo son más saludables cuando se consumen frías, sino que además, en el caso de querer tomarlas calientes, es recomendable dejarlas enfriar para después volver a calentarlas.
Esto se debe al papel del almidón presente en este alimento, que se convierte en lo que se conoce como almidón resistente. “Cuando calentamos un alimento rico en almidón como es la pasta, su estructura se altera, y al dejarlo enfriar de nuevo vuelve a alterarse, dando lugar al almidón resistente, que actúa de forma parecida a la fibra soluble”, explica la coach nutricional Susana León. Es decir, este tipo de almidón tiene un índice glucémico más bajo, lo que significa que el organismo lo absorberá más lentamente, la sensación de saciedad será mayor y presentará una carga calórica más baja. No solo nos sentará mejor, sino que engordará menos.
Legumbres
Al ser alimentos ricos en hidratos de carbono, el almidón de legumbres como lentejas, garbanzos o alubias se comporta de la misma manera que el de la pasta, de manera que es conveniente apostar por ensaladas de legumbres o preparaciones como hummus o cremas frías. “El almidón resistente no solo reduce el índice glucémico, sino que además contribuye a moderar la carga calórica de los alimentos, ya que existe una parte de la energía que sencillamente no se absorbe”, explica León. Así pues, las legumbres frías no solo son más saludables, ya que mantienen a raya el índice glucémico en sangre, sino que además son menos calóricas.
El nutricionista de Biufood, Sergi Rovira, recomienda consumir legumbres entre tres y cuatro veces por semana, e insta a acompañarlas de otros alimentos. “Unos garbanzos con espinacas y bacalao dan lugar a una receta de legumbres muy completa, que puede funcionar como plato único”. Así pues, no es necesario apostar por los contundentes guisos de cuchara con los que a menudo asociamos las legumbres, un alimento que puede adaptarse perfectamente a un estilo de vida ligero y saludable.
Arroz
¡Según una investigación del College of Chemical Sciences de Sri Lanka, se pueden reducir las calorías del arroz hasta en un 50% añadiendo una cucharada de aceite de coco en la olla cuando está a punto de hervir, enfriándolo en la nevera durante 12 horas y posteriormente volviendo a calentarlo.
Esto se debe, una vez más, al cambio en la estructura del arroz que se produce cuando se enfría, ya que el almidón resistente no es digerible en el intestino delgado y, por tanto, aporta menos calorías. El almidón no resistente, sin embargo, es el quemetaboliza los carbohidratos en glucosa y otros azúcares simples que son absorbidos con rapidez por el torrente sanguíneo. León recuerda que el almidón resistente “es un probiótico de gran valor, un auténtico festín para las bacterias intestinales beneficiosas que nos ayudan a controlar, entre otras cosas, la obesidad y la diabetes”.
Papa o Patata en el mundo
Un estudio publicado en el Journal of the American Dietetic Association señala que las papas (patatas) hervidas y trituradas –el clásico puré de patata– tienen un mayor índice glucémico que aquellas hervidas, enfriadas y no trituradas.
La investigación recomienda optar siempre por la segunda modalidad, a modo de ensalada, para evitar los cambios bruscos en los niveles de glucosa en sangre, garantizar la saciedad y tener energía a largo plazo. En este sentido, un estudio publicado en la revista Food Chemistry recomienda la cocción de las patatas en seco –por ejemplo, al horno– para que conserven mejor el almidón resistente que pierden durante la cocción y el procesamiento.
Maíz
El almidón presente en el maíz, un alimento que se consume en grandes cantidades en Latinoamérica, se comporta igual que el de la pasta, las papas, el arroz o las legumbres. Pese a que puede consumirse de diversas maneras, es conveniente evitar ultraprocesados a base de maíz como los cereales de desayuno o los snacks, la mayoría de los cuales “llevan grandes cantidades de azúcar añadido”, señala la nutricionista Paloma Quintana, que recomienda optar por comidas alternativos “como hervidos, la tortilla, el hummus o la palta”.
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