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POLITICA

26 de diciembre de 2014

El lunes jura Abal Medina en el Senado

La llegada del ex jefe de Gabinete le garantiza la mayoría al bloque kirchnerista, afectado por varias ausencias; asume la banca el lunes, antes del voto sobre el Parlasur

La del próximo lunes será la última sesión del año para el Senado y tendrá el aditamento especial de que ese día jurará Juan Manuel Abal Medina como senador por Buenos Aires en reemplazo de Aníbal Fernández, flamante secretario general de la Presidencia desde la semana pasada.

Más allá de su nombre y los cargos que ocupará en la Cámara alta, todavía sin definir, la llegada del ex jefe de Gabinete será una bocanada de aire fresco para un bloque oficialista que si bien tiene asegurado el número para responder a las demandas de la Casa Rosada, necesita de manera vital la presencia incondicional de cada uno de sus senadores.

Esto es así porque en los últimos tiempos el kirchnerismo viene sufriendo para juntar a su tropa ante cada exigencia que plantea la presidenta Cristina Kirchner.

Esto se ha traducido en la prevención adoptada por el jefe de la bancada, Miguel Pichetto (Río Negro), de pedirle a Carlos Menem que concurra al Senado para asegurarse, como mínimo, el quórum necesario. Es lo que ocurrió en las últimas dos sesiones.

Al contrario de lo que se pueda creer, estos problemas no han tenido que ver con senadores díscolos con el Gobierno ni con deserciones relacionadas con la irrupción de nuevas fuerzas políticas, como ocurrió con Sergio Massa en Diputados en los últimos dos años, sino más bien con factores extrapolíticos.

Algunos están ampliamente justificados. Es el caso de la baja de Marcelo Guinle, quien debió someterse a una intervención quirúrgica por una grave dolencia y permanece con licencia médica desde mediados de noviembre.

Sin embargo, algunas "bajas" responden a causas de índoles tan domésticas que cuesta entender que se esté hablando de quienes tienen a su cargo la responsabilidad del proceso sancionatorio de leyes.

"Lo de Cabral es un caso. Una sesión está y a la otra no, o no sabés si va a aparecer hasta último momento", confiesa un colaborador del bloque oficialista ante la consulta sobre la inconstancia del legislador por Misiones Salvador Cabral.

A eso se suma la renuencia de varios senadores oficialistas a permanecer en Buenos Aires más allá del jueves por la mañana, cuando quieren emprender el regreso a sus provincias en el primer vuelo disponible.

Esto se ha traducido en un amontonamiento de comisiones en los días martes y miércoles (y cuando hay sesión, apenas hasta el mediodía), en el que se citan reuniones con apenas media hora de diferencia, en el mismo salón, lo que provoca un alocado ir y venir de senadores.

Cabe destacar que no han sido pocos los problemas para calcular el quórum de las comisiones que esta mecánica ha provocado, como ocurrió cuando se discutió el proyecto de estatización de la universidad de Madres de Plaza de Mayo.

UN VOTO NECESARIO

En este contexto, la llegada de Abal Medina es casi una bendición para Pichetto, que sabe que tendrá en el ex jefe de Gabinete a un soldado ante cada desafío legislativo que plantee el Gobierno.

Y el del próximo lunes será una prueba de peso. Es que al tratarse de una reforma electoral, el oficialismo necesitará contar con 37 votos afirmativos para poder sancionar la reglamentación de la elección de los legisladores para el Parlamento del Mercosur (Parlasur).

Todo indica que con 34 senadores propios, más tres aliados y el aporte de la neuquina Lucila Crexel, el kirchnerismo no tendrá problemas para sancionar la ley y descansar hasta febrero próximo, cuando el desafío para el oficialismo será mantener la tropa unida en el final de mandato de Cristina Kirchner.

 

Fuente: FMF- La Nación

 

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