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25 de febrero de 2020

El nuevo Gobierno trae cambios en la educaciòn

Nicolàs Trotta: vamos a seguir con las evaluaciones, para nosotros es fundamental.Foto: Archivo

Para las nuevas autoridades la prioridad es “reducir las desigualdades”, “hacer cumplir las leyes”, llegar a 2023 con una inversión del 6% del PBI y volver a repartir libros y computadoras.

Más de 11 millones de estudiantes volverán al aula en los próximos días. Los recibe un sistema educativo en crisis. Las largas y plácidas tardes de verano tienen los días contados para más de 11 millones de chicos y adolescentes argentinos que en los próximas días volverán a clases. Los recibirá un sistema educativo en crisis. Con sólo el 14% de los alumnos de la primaria en jornada escolar de más de 4 horas.

Con una escuela secundaria a la que le cuesta retener a sus alumnos y a la que se le “escapan” cerca de mil adolescentes por día. Con estadísticas que preocupan, como que de cada 100 estudiantes que cursan la escuela media pública hoy, 14 repiten. Con resultados educativos estancados a nivel internacional. Con un profundo déficit en la comprensión de textos y en el aprendizaje de la Matemática, disciplina clave en la actual era del conocimiento. Con una inversión por parte del Estado en caída y por debajo de lo que establece la ley. Y una sociedad a la que parece importarle poco el tema educativo, a juzgar por los últimos sondeos de opinión.

La crisis educativa no es nueva ni está vinculada exclusivamente con los últimos cuatro años. Pero el cambio de gobierno suele abrir una ventana de esperanza. Ahora, ¿cambiará realmente algo dentro de las escuelas con el cambio de figuras en el Ministerio de Educación? ¿Qué políticas seguirán adelante y cuáles serán reformuladas? ¿Habrá esta vez una acción decidida a favor de la educación? Clarín revisó los principales temas que encaró el macrismo en materia de educación para ver cómo serán tomados por el nuevo Gobierno, que a su vez viene con una nueva agenda, que apunta -dicen- a “reducir las desigualdades”, “hacer cumplir las leyes”, incrementar la inversión hasta llegar al 6% del PBI en 2023 y retomar algunos de los proyectos del kirchnerismo, como el reparto de libros y computadoras.

 Es difícil resumir cuatro años en una nota, pero podría decirse que entre los principales ejes del Gobierno anterior en educación estuvo la formulación e implementación de una política de evaluación de la calidad educativa, que se materializó en el Operativo Aprender. También se avanzó en la reforma de la Secundaria (Secundaria 2030). Y se buscó reducir desigualdades a través del programa “Escuelas Faro”, así como mejorar la enseñanza de Lengua y Matemática (lo último con el Programa Aprender Matemática), y la educación digital (Programa Aprender Conectados).
Todos estos proyectos -y otros más- fueron aprobados en estos años por el Consejo Federal de Educación, que es el ámbito en el que los ministros de educación de todas las jurisdicciones acuerdan las políticas educativas, debido a que la educación en la Argentina hoy es federal. Eso sí: una vez aprobados, quienes deben implementarlos son las provincias y luego las escuelas, y muchas veces ahí se traban. Les pasó a todas las administraciones nacionales. La Educación Sexual Integral (de 2006) es el caso más manifiesto.

El ministro de Educación Nicolás Trotta dijo que "hay que comprender la enorme profundidad de la crisis", que vive el país y que se refleja en el sistema educativo. "No existe un programa o dos que puedan resolver estos problemas estructurales. La clave es priorizar la inversión, que tuvo una fuerte caída en los últimos 4 años. No sólo cayó en relación al PBI, sino que además -por la recesión- cayó el PBI. Y también hubo una caída de la inversión de educación dentro del presupuesto nacional", dijo.

El ministro anticipó que están avanzando en la creación de un "cronograma de inversión", que establezca cómo se tiene que ir recuperando el financiamiento educativo de acá hasta 2023. Será un cronograma similar al que, en 2006, estableció la Ley de Financiamiento Educativo, con metas que iban desde el 4,7% del PBI en 2006 hasta llegar al 6% en 2010. De todos modos, esa meta sólo se cumplió en 2015.

- ¿Saldrá en forma de ley, como una forma de obligar a que se cumpla?

- Es una alternativa que estamos estudiando, puede ser. Presentaremos dentro de dos semanas un análisis del sistema educativo de los últimos 40 años, desde que volvió la democracia. Es para desenterrar los mitos que existen. 

Con respecto a los programas ya iniciados en la administración anterior, Trotta dijo que “todos están siendo revisados y analizados por especialistas”. "Se está evaluando el impacto que tuvieron en cada región. Estamos institucionalizando los consejos regionales educativos, con objetivos de infraestructura, cobertura y terminalidad. Ya empezamos con el consejo del NOA, en marzo será el del NEA y luego Centro, Patagonia y Cuyo. Las reuniones serán mensuales, en forma virtual". 

En el Ministerio ya están terminando de armar el nuevo Plan Nacional de Ciencias, que será presentado próximamente, y que integra aspectos de la enseñanza de la Matemática, programación, robótica y otros temas que se venían instrumentando, hasta ahora, desde los planes "Aprender Matemática" y "Aprender Conectados".

También se anunciará un nuevo Plan Nacional de Conectividad, que buscará llegar con Internet a la mayor cantidad de escuelas del país (hoy son el 40%). Incluirá la nueva edición de "Conectar Igualdad" (aún no se definió el nombre que tendrá), que entregará computadoras a estudiantes de los sectores más vulnerables.  

Lo que sigue es un repaso por los ejes educativos principales del anterior gobierno y lo que está diseñando el poder para los próximos cuatro años. 

Abandono escolar y desigualdades
El gobierno de Cambiemos arrancó su gestión con algunos programas que apuntaban a reducir la deserción, ampliar la jornada escolar y fortalecer la trayectoria educativa de los chicos con más dificultades. Entre ellos, el programa “Asistiré” (que detecta con un software a los chicos que faltan a la escuela para salir a buscarlo a la casa), un plan para ampliar la jornada escolar en clubes de barrio y centros comunitarios, y el programa “Escuelas Faro”, que tienen como objetivo mejorar los aprendizajes en Lengua y Matemática en las escuelas de sectores vulnerables que mostraran peores resultados en la prueba Aprender.

Con el correr de los años, estas y otras iniciativas oficiales parecieron haber chocado con las restricciones presupuestarias, que se profundizaron tras la crisis de 2018. Asistiré llegó a poco más de 3.000 estudiantes en 6 provincias que lo implementaron; el programa de jornada extendida en clubes no se implementó -aunque sí las provincias fueron ampliando de a poco la cantidad de alumnos que van a la escuela más de 4 horas-; y el programa “Escuelas Faro” logró dar formación a más de 8.000 docentes y distribuir recursos en las escuelas con mayores problemas. De acuerdo a un documento del anterior gobierno, en esas escuelas lograron reducir en 8,5 puntos porcentuales el porcentaje de estudiantes con desempeños bajos en Lengua; y en Matemática lo redujeron en 10,9 puntos porcentuales.

El macrismo también se había planteado la construcción de 3.000 nuevos jardines de infantes, con la finalidad de darles más acceso a la escolaridad a los sectores más postergados. En medio de la gestión, hubo “una reconversión” del plan y se pasó de la meta de los 3.000 jardines a la de crear 10.000 salas en escuelas y jardines existentes. A mediados de 2019 se había llegado 1.479 salas de jardín y había 1.365 salas ya licitadas, según fuentes de la gestión anterior del Ministerio de Educación.

Desde el nuevo gobierno dicen que “si bien la crisis financiera dificulta los objetivos respecto de esta materia, tenemos que avanzar en un plan que permita en los próximos años cumplir con la universalización de la obligatoriedad de la sala de 4 y de 5 años. También trazar un horizonte para avanzar en las salas de 3 y 2 años”. Aún no hay metas concretas ni cifras estimadas de inversión por parte de las nuevas autoridades.

La evaluación de los aprendizajes
En lo que sí se enfocó el macrismo, en forma decidida y sostenida, fue en generar una política de evaluación educativa que permitiese contar con información confiable sobre los avances en los aprendizajes en todas las escuelas del país, con devolución de los resultados a los directores para que cada institución pudiera implementar procesos de mejora.

El Operativo Aprender primero fue resistido por algunos gremios y padres, pero terminó siendo aceptado por la mayoría de la comunidad educativa. Comenzó siendo anual y terminó bianual (alternando la escuela primaria con la secundaria entre un año y otro).

También se buscó evaluar a los futuros docentes con el Operativo Enseñar, tomado en 2017 a los estudiantes del último año de los profesorados. Pero como no lo contestó la suficiente cantidad de estudiantes, los resultados que arrojó no fueron representativos.

Nicolàs Trotta, respecto a las evaluaciones dijo: Por supuesto que  vamos a seguir con las evaluaciones, para nosotros es fundamental". “Tenemos que mejorar las instancias de evaluación nacional y realizarla todos los años para tener un seguimiento de nuestra escuela y de nuestros niños y niñas. No solo para saber cómo estamos sino para generar consensos y políticas públicas para mejorar la respuesta. Aunque los resultados de lo que hagamos no los vamos a ver en los próximos años, son cambios que debemos mantener a lo largo del tiempo más allá de los cambios de gobierno”, dicen desde el Gobierno.
“Creemos que Argentina debe participar de las instancias de evaluación internacionales porque es importante tener una mirada de cómo está nuestra educación comparativamente con el mundo. Lo fundamental es planificar cómo modificamos eso que sabemos que está mal”, agregaron.

La Argentina no mejora en la evaluación PISA desde 2006 y, de acuerdo a los últimos resultados de 2018, siguen siendo más de la mitad de los alumnos de 15 años que no entienden lo que leen. Siete de cada diez no pueden resolver un cálculo matemático básico.

Con el objetivo de reducir los flojos resultados en Matemática, el macrismo diseñó un programa orientado a transformar la forma en que los docentes enseñan esa disciplina.

El programa se llama “Aprender Matemática” y toma los conceptos más importantes de los métodos utilizados en otros países, como Singapur –con muy buenos resultados en las pruebas internacionales- o Francia, con una tradición educativa similar a la Argentina. Hasta el momento, este programa ya capacitó a 500 profesores de Matemática de todo el país que, a su vez, formaron a otros 72.000 docentes de 10.000 escuelas, según informó la gestión de Cambiemos en el Ministerio de Educación.
Como ya se dijo, desde el Gobierno afirman que lo revisarán junto a las provincias y que ahora pasará a formar parte del nuevo Plan Nacional de Ciencias.

La enseñanza de la lengua y la comprensión de texto también había sido encarada por el macrismo desde la formación docente. Según el gobierno anterior, esto se reflejó en los resultados de las pruebas Aprender de 2018, donde creció en 8 puntos porcentuales la cantidad de chicos de sexto grado de todo el país que alcanzaron un nivel satisfactorio en Lengua. Algunos expertos cuestionan la solidez de estos resultados.

Educación digital
En uno de los temas que quizás más se diferencian el macrismo del kirchnerismo es en la forma de encarar la educación digital. Desde ambos lados de la “grieta” coinciden en la importancia que tiene este tema para el futuro de los estudiantes argentinos, en el contexto de una revolución digital que no se detiene. Pero luego la receta es diferente.

El gobierno de Cambiemos recibió del kirchnerismo el programa “Conectar Igualdad”, que venía de repartir más de 5 millones de netbooks a los estudiantes secundarios. También había planes similares en los distritos, que incluían la entrega de computadoras a los alumnos de la primaria.

El diagnóstico que se hizo desde el macrismo fue que esos programas no tenían un enfoque pedagógico y, por eso, centraron todos sus esfuerzos en desarrollar un plan de contenidos para llevar la “alfabetización digital” a todos los estudiantes –de todos los niveles- del país.

Así nació el programa “Aprender Conectados”. En el marco del Consejo Federal de Educación, se aprobaron los contenidos mínimos de “pensamiento computacional”, que incluye programación y robótica, y que se deben enseñar obligatoriamente en todas las escuelas del país.

El programa contempla que, en lugar de la entrega de computadoras –una por estudiante-, se pasa a la de kits de robótica para las escuelas. Y se avanzó en la integración de los contenidos de pensamiento computacional en la formación inicial de los docentes.

Pero ahora vuelve la entrega de computadoras a los alumnos, dentro del Plan Nacional de Conectividad que será presentado en los próximos días, con el inicio de las clases. Desde el Gobierno dice que no es solo la distribución de equipos y mayor conectividad sino también la generación de contenidos pedagógicos.

En el gobierno de Alberto Fernández está muy presente la “compleja realidad fiscal”. Por eso, ya se deslizó que, esta vez la entrega de computadoras no será para todos los estudiantes argentinos, sino solamente para aquellos de los sectores más vulnerables que, de otro modo, no podrían tener acceso a la cultura digital.

La secundaria en crisis
Una de las políticas más firmes del gobierno anterior fue avanzar en la reforma de la escuela secundaria, un nivel educativo que atraviesa una crisis profunda, con altos niveles de abandono y un modelo que no logra atraer a los adolescentes.

Nivel Secundario


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Fuente: MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Infografía: Clarín
En el marco del Consejo Federal de Educación, se logró acordar una reforma de la escuela media, a la que llamaron “Secundaria 2030”. La reforma ya está en marcha, la tienen que ir implementando las provincias y, por resolución, deben completarla en el año 2025.

Se busca, entre otras cosas, que ya no haya más “materias sueltas” sino que estén integradas dentro de “áreas de conocimiento”, que se trabaje con proyectos educativos de aplicación práctica, que no haya más “profesores taxi” que trabajan pocas horas en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. Y cambiar la forma de acreditar los conocimientos: se piensa en flexibilizar la clásica repitencia, un sistema que demostró no tener éxito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores más vulnerables, terminen abandonado el colegio.

Para el nuevo gobierno, lo primordial de la secundaria es que haya más escuelas con jornada extendida. “Queremos implementar la extensión de la jornada en el secundario poniendo como prioridad aquellos sectores con mayor vulnerabilidad. Vamos a articular con entidades deportivas y centros culturales para que a mediano plazo nuestros adolescentes estén más horas en la escuela. Una vez superada la crisis -para lo que nosotros vamos a acompañar el Plan de Lucha Contra el Hambre- creemos que hay que apuntar a recuperar la centralidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje”, dicen desde el Gobierno.

Producción de contenidos y entrega de libros
Si hay algo en lo que se diferencia claramente este gobierno con respecto al anterior es en el énfasis que le ponen a la producción de contenidos educativos y la entrega de libros. Se vio ya desde el primer discurso de Alberto Fernández como presidente en la Asamblea Legislativa, cuando anunció que se va a usar la pauta oficial para esta finalidad. “Queremos que los avisos, en lugar de hacer propaganda, contribuyan al proceso de aprendizaje de nuestros jóvenes", dijo Fernández en esa ocasión.

Consultado por Clarín sobre esta iniciativa, Trotta dijo que “lo que queremos es material complementario, que permita la generación de interés por parte de la familia, de ciertos aspectos educativos. Desde distintas áreas del saber, la historia, la matemática, la física. Generar insumos. En vez de decir hemos inaugurado 3 hospitales, poder plantear distintos ejercicios, material didáctico, pastillas, cápsulas que le llaman en términos educativos. Que puedan ser utilizados en la escuela, en el trabajo, tener una sobrevida en lo que pueden ser las nuevas plataformas tecnológicas, para una convivencia en términos educativos”.

Desde el Gobierno agregaron que están trabajando con la Secretaría de Medios. Y que ese material está pensado para televisión, diarios, radio o “los medios que han surgido a partir de las nuevas tecnologías”. Según trascendió, estarían listos para el inicio de clases.

El nuevo gobierno también relanzó la entrega de libros, desde el Plan Nacional de Lecturas. “Queremos llegar a los 10 millones de niños, niñas y adolescentes, y también a sus familias. En esta etapa comenzaremos por los sectores que más han estado sufriendo las desigualdades de nuestra sociedad. Estamos conversando con la industria editorial y las editoriales universitarias para que acompañen esta iniciativa con el máximo esfuerzo posible”, dicen en el Gobierno.

Y afirman que armaron un “Consejo Asesor de Lecturas” de especialistas que definirán las colecciones a comprar y distribuir. Y que van a garantizar 180 posibles lecturas para los 180 días de clase en las escuelas secundarias y de adultos con la reedición de la colección “Leer por leer”. Y van a ampliarlo a una serie de antologías para cada año de la escuela primaria.

Educación Sexual Integral
Es una de las grandes deudas del sistema educativo. La ley de Educación Sexual Integral (ESI) se aprobó en 2006 y estableció que todos los estudiantes argentinos -de todos los niveles- tienen derecho a recibir esta formación. La integralidad hace referencia a que los contenidos no deben centrarse sólo en los aspectos biomédicos de la educación sexual, sino también en los psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Es decir, debe incluir contenidos como equidad y violencia de género, prevención de enfermedades de transmisión sexual, respeto por nuevas identidades de género, entre otros.

Sin embargo, hasta el debate por la interrupción legal del embarazo, en 2017, este programa casi no tenía avances. Fuentes oficiales dijeron, en su momento, que desde la Nación se ofreció capacitación docente y se produjeron y repartieron cuadernillos para las aulas, pero que muchas provincias no los repartían o le ponían trabas al programa.

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Tras el debate por el aborto, el tema estuvo en “el radar” de la opinión pública y por eso desde el Estado nacional volvieron a impulsarlo. En 2018, en el Consejo Federal de Educación se acordó una resolución que fijó los contenidos mínimos de ESI e impulsó un programa de formación docente. Luego se incrementó notablemente la inversión para ESI. De $ 38 millones en 2018 se pasó a 100 millones en 2019, según informaron las autoridades educativas de Cambiemos.

Desde el actual gobierno le dijeron a Clarín que “es una decisión el cumplimiento de la ESI”. “Hemos creado una dirección que asume la responsabilidad de aplicación de la ESI. Nuestra responsabilidad primaria es cumplir la ley, en diálogo con todos los actores del sistema. Vamos a trabajar algunas cuestiones vinculadas a contenidos y políticas culturales que cruzan tanto educación como género, y políticas de igualdad en ámbitos educativos”.

¿El fin del conflicto?
Si a la gente se le preguntara a qué asocia la educación durante el macrismo, seguramente la mayoría diría que al conflicto. Es que fueron innumerables los paros docentes que se vivieron en los últimos 4 años y que afectaron el normal dictado de las clases. Aunque, en rigor, el conflicto docente estuvo presente casi todos los años desde el retorno de la democracia, incluso durante el anterior kirchnerismo.

Quizás por esto, y porque en la campaña lo habían prometido, una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Alberto Fernández fue restablecer la paritaria nacional docente, el ámbito de negociación entre el Ministerio de Educación nacional, las 24 jurisdicciones y los cinco sindicatos docentes con representación en todo el país. Cuenta a su favor, claro, que Ctera -el sindicato más grande- juega para el mismo equipo.

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La ley establece que en la paritaria nacional se debe fijar el salario mínimo docente, que luego funciona como “un piso” para las negociaciones en cada una de las provincias. Este miércoles, y ya al filo del inicio de las clases, el Gobierno nacional hará la primera oferta a los sindicatos. Fuentes oficiales dijeron a este diario que es solo un paso formal, dado que la negociación y el acuerdo viene bien encaminado y ya está bastante avanzado. Desde el Gobierno dicen que este miércoles los gremios se llevarán la propuesta a sus bases, para que las puedan aprobar para así empezar, esta vez, un año con menos conflicto en las escuelas del país. 



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