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1 de marzo de 2020

Joe Biden gana las primarias de Carolina del Sur

Tras decepcionantes resultados en Iowa, New Hampshire y Nevada, el exvicepresidente de Barack Obama conquista el voto negro


Joe Biden necesitaba desesperadamente una victoria en Carolina del Sur y la obtuvo. No había pasado un minuto desde que cerraran los colegios electorales a las siete de la tarde, cuando se anunciaba el triunfo rotundo del exvicepresidente de Barack Obama, el primer mandatario negro de la historia de Estados Unidos. El chaleco salvavidas le llegaba a Biden de la mano del voto afroamericano.

La noche era muy importante para la nominación demócrata y Carolina del Sur acababa de alterar su trayectoria. Si hasta ahora había sido Buttigieg, Sanders, y de vuelta Sanders, acaba de llegar el esperado turno de Biden. En su tercer asalto para el nombramiento del Partido Demócrata a la Casa Blanca, en un periodo total de 32 años, sin haber ganado nunca antes un solo Estado, el exvicepresidente cumplía con lo que había prometido: ganar las primarias de Carolina del Sur.

Biden, de 77 años, no es el joven Bill Clinton de 46 años al que se apodó the comeback kid tras recuperar la casa del Gobernador de Arkansas en 1992. Y sin embargo, la hazaña es parecida. Tras decepcionantes resultados en Iowa, New Hampshire y Nevada, Biden apostó por conquistar un  Estado que ha sido históricamente su bastión político y donde la minoría negra compone un 56% del electorado demócrata.

Si el próximo 3 de noviembre Joe Biden fuera el que ganara las elecciones, su salida al escenario sería muy parecida a la de esta noche en Columbia, la capital de Carolina del Sur. Al ritmo de la contagiosa Move on up de Curtis Mayfield, Joe y Jill Biden saludaban con la mayor de las sinceras sonrisas de felicidad a los seguidores que les esperaban desde hacía horas. “¡Gracias, Carolina del Sur!”, reconocía el veterano político, quien por primera vez en su historia por la carrera presidencial daba un discurso de victoria.
Decía Joe Biden henchido de orgullo que tan solo hace unos días la prensa y los analistas daban por muerta su campaña. “Pero después de esta noche, está claro que estamos muy vivos”, exclamaba desde el escenario construido para la ocasión en la cancha de voleyball de la Universidad de Carolina del Sur. “Hemos ganado y hemos ganado a lo grande”, proseguía el exsenador. En su opinión, solo hay una persona que puede parar a Donald Trump y esa persona es él. Emocionado hasta prácticamente atragantársele el habla, el exvicepresidente de Estados Unidos exponía las muchas razones por las que hay que sacar de la Casa Blanca a su actual inquilino, Donald Trump. “Carece de la mínima empatía”, argumentaba, “ridiculiza e insulta a la gente”. “Hagamos que sus días estén contados”, pidió a sus entusiasmados seguidores.

El voto negro es fundamental dentro del electorado demócrata y el resultado de Carolina del Sur acababa de poner a prueba si los candidatos pueden apelar a ese sector de la población. El siguiente paso está a poco más de 48 horas, cuando se abran las urnas de 14 Estados y la Samoa americana en el Super Tuesday. De ese puñado de Estados, que representan un tercio del total de delegados necesarios para hacerse con la nominación, seis de ellos están en el sur. En esos, Biden tendrá que probar si puede repetir lo sucedido este sábado en Carolina del Sur.

El ex Gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, anunció su apoyo a Biden y recomendó que Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Tom Steyer se retiraran de la carrera antes del famoso súper martes. Steyer lo hizo antes de acabar la noche. En un comunicado, McAuliffe aseguró que el exvicepresidente era el candidato que podía construir una coalición amplia, incluyendo a los afroamericanos, capaz de derrotar a Trump.

“Tras los resultados de Carolina del Sur queda claro que Joe Biden es el líder que necesitamos”. McAuliffe citaba la experiencia y el carácter de Biden como las cualidades necesarias para reparar “el daño que la incompetencia de Trump ha causado a nuestro mundo” tanto en peligros globales como en su retórica interna de odio.

Algunos de los seis candidatos que peleaban por los 54 delegados que otorga porcentualmente Carolina del Sur pasaron parte del día en el Estado. Biden fue el que más se entregó a sus seguidores. Desde una visita a un centro de votación en Greenville hasta la preparación de un recinto de la Universidad de Carolina de Sur para celebrar en la noche su prometido triunfo.

Pete Buttigieg, el antiguo alcalde de South Bend (Indiana), se mostraba optimista y decía que notaba el viento a favor de su candidatura. Ese viento solo le proporcionó un cuarto lugar en el recuento porcentual de votos. El resto de los candidatos no permanecieron en Carolina del Sur. La senadora Elizabeth Warren estuvo en Arkansas. Sanders se focalizó en Warren, Massachusetts. Todos ya volcados en la siguiente y crucial cita del martes 3 de marzo.

Biden ganó y lo hizo por más de 30 puntos. El veterano político obtuvo un 50,1% de los votos con el 60% de los sufragios escrutados. Le seguía Sanders con un 19%; a Steyer los 22 millones de dólares que se dejó en la campaña le valieron para conseguir un decepcionante 11,7%. El resto de los contendientes tenían resultados de un solo dígito. Buttigieg, un 7,7%; Warren, 6,6%; Klobuchar, 3,1%. Tulsi Gabbard rebasaba en una décima el 1%. No ha competido en estas primarias, como tampoco lo hizo en Iowa y en New Hampshire, el multimillonario y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que tiene puestas todas sus esperanzas en el supermartes de la próxima semana.

Las encuestan no se equivocaron y otorgaron la razón al antiguo senador de Delaware, que le daban como ganador de las primarias en Carolina del Sur. El gran momento de Bernie Sanders, el hombre convertido en la fuerza arrolladora capaz de situar su nombre para luchar por el título a la Casa Blanca frente a Donald Trump, sufrió un revés. 

Cerca del 30% de la población del llamado Palmetto State es afroamericana. Y con ese sector de la población Joe Biden tiene lazos que hay quien considera condescendientes, pero que juegan a su favor: haber sido el vicepresidente del primer presidente negro. Consciente de esa afinidad, Biden saca elegantemente réditos de ella. En cada mitin, en cada reunión en un centro de mayores o en una iglesia, recuerda que él estuvo allí, al lado de “un gran hombre, con coraje y una visión para América”. “Un hombre extraordinario cuyo legado pienso defender, proteger y ampliar cuando sea presidente”, proclamaba Biden levantando vítores de sus seguidores.



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