Tras la noticia difundida sobre el caso del niño wichi Marcos Solis y las reiteradas muertes por desnutrición, la dirigente por el MST Nueva Izquierda Cecilia Gómez disparó contra el gobierno provincial: “Este gobierno caradura se jacta de su trabajo contra la desnutrición infantil, creando el ministerio de la Primer Infancia, que al igual que la Ley contra la violencia de genero son solamente medidas de propaganda que no atacan el problema de fondo.

Es indignante que mientras sucede esto Urtubey pasea en sus vacaciones y manda a sus funcionarios a negarlo y después a justificarlo, aludiendo problemas culturales, o con dichos aberrantes como el de  Abeleira, ministro de Primera Infancia que dijo que “los chiquitos a veces mueren”.

Gómez agregó “Se roban la plata del Fondo de reparación histórica, gastan millones en publicidad, cuando a esa plata que se la podría invertir en salud, vivienda, trabajo genuino y obras sanitarias. Cuántos más tienen que morir para que se implementen políticas públicas reales y serias.

Hacen falta políticas reales, es necesario promover acciones penales ante el incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos que deben intervenir, garantizando las necesidades más elementales. Si no resolvemos los problemas de fondo vamos a seguir asistiendo a este tipo de barbaridades”.

Fuente:Celicia Gómez

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Muere un niño wichi por desnutrición en Salta

En el día de la fecha, el diario El Tribuno de salta, dio a conocer el trágico fallecimiento de Marcos Solís de 23 meses de edad a causa de una desnutrición severa, ocurrido el martes pasado. El niño pertenecía al pueblo Wichi y era oriundo de la localidad de Estación Morillo, en el departamento Rivadavia de la provincia de Salta. Marcos pesaba 8kg y media 83cm, y según las fuentes informativas, su madre refirió el antecedente patológico de un probable cuadro de gastroenteritis que lo descompensó en poco tiempo y por este motivo fue derivado a la guardia del hospital San Vicente de Paul, donde falleció luego de sufrir un paro cardiorespiratorio.
Este no es un caso aislado, ya que hace menos de un mes fallecía Nestor Femenia, un niño Qom de 7 años en la provincia del Chaco como consecuencia de un proceso infeccioso asociado a desnutrición severa. No es casualidad que en los sectores más empobrecidos de la sociedad, como es el caso de las comunidades originarias, prevalezca esta expresión de hambre crónica, por lo cual los gobiernos han ocultado y ocultan, a través de la hipocresía estadista, a los miles de niños en estados de desnutrición.

Esto pone en evidencia la firme presencia del Estado burgués funcional a los terratenientes, a los empresarios agrarios e industriales que durante décadas intentó disfrazar aberrantemente sus miserias con un falso progresismo de políticas sociales hacia las comunidades originarias. Durante el kirchnerismo estas políticas sólo sirvieron para fortalecer y profundizar el aparato territorial de punteros políticos y burócratas asistencialistas en las comunidades originarias y así ejercer un mayor control por parte del gobierno.

No existe una base de datos de conocimiento público sobre la situación sanitaria de las comunidades originarias, a pesar de que desde el año 2005 se hayan consolidado los agentes sanitarios indígenas. Esto no es porque los mismos no realizan su trabajo, sino porque el gobierno tiene conveniencia en mantener ocultas las cifras de desnutrición infantil y materna. Según los datos de UNICEF, en el noroeste de la Argentina ocho de cada diez niños y adolescentes son pobres, y la mitad vive en hogares que no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.

El Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI, que colabora con la Organización Mundial de la Salud), en base a investigaciones propias, asegura que el 35% de la población no puede acceder a los alimentos básicos aunque destine a ellos el 66% de sus ingresos. A pesar de que no hay cifras oficiales, asegura que el 50% de los chicos de todo el país de entre 6 meses y dos años padecen anemia por falta de hierro como producto de la mala alimentación. En el NEA y en el NOA la anemia alcanza el 66%, y asegura que más de dos millones de chicos no tienen cubiertas sus necesidades básicas.

El capitalismo es profundamente criminal para la humanidad. Estas muertes por desnutrición, y la de miles de niños en el mundo son sólo una pequeña muestra de cuan asesino es el sistema. Estudios de organismos como la FAO, e incluso el de la organización de alimentos y agricultura de la ONU han mostrado que hay capacidad para alimentar eficazmente de 2 a 3 veces la población mundial. En la actualidad y luego de miles de años de evolución de la humanidad, el capitalismo perpetúa la irracionalidad de la comida como mercancía. Es por esto que el intento de disminuir la pobreza y la mortalidad infantil por causas evitables por los gobiernos capitalistas es una quimera.

La desnutrición infantil es un flagelo mundial que sólo tenderá a desaparecer por la planificación democrática y racionalizada de la economía en manos de los trabajadores. Única clase que organizada políticamente será capaz de transformar la sociedad, aniquilar las miserias del capitalismo y satisfacer las necesidades más elementales de la humanidad.

Fuente:FMF