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2 de febrero de 2015

Faltan obras para asegurar el agua

MENDOZA.-Especialistas advierten que es necesario ampliar la capacidad de producción del recurso vital en la provincia. Formular protecciones aluvionales, ampliar las plantas potabilizadoras, construir nuevas y aprovechar el agua subterránea, algunas de las propuestas.

Desde hace años, los expertos de distintas especialidades relacionadas con el aprovechamiento y la planificación del recurso hídrico han advertido respecto de la situación.

Aseguran que, para que el agua potable no escasee en ningún hogar ni llegue turbia a los surtidores cada vez que hay una tormenta en la montaña, es necesario concretar nuevas obras aguas arriba como así también sumar  más plantas potabilizadoras y mejorar las ya existentes.


Cada vez que el calendario marca la llegada de la época estival la problemática se agudiza: a medida que el calor hace incrementar la necesidad de consumo, la oferta del recurso vital disponible escasea. A la baja presión y los cortes en diferentes zonas se suma la necesidad de un mayor compromiso por parte de la población para evitar derroches. 


La emergencia hídrica persiste y se han planteado varias restricciones para la población, de manera que el consumo por habitante se minimice a 250 litros diarios, tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la actualidad, se estima que cada mendocino utiliza entre 500 y 700 litros de agua potable diarios. 


Pero lo cierto es que la falta de agua disponible para consumo se complejiza aún más cada vez que se produce un aluvión; fenómeno que provoca el arrastre de barro y sedimentos que se entremezclan con el agua que llega hacia las plantas potabilizadoras, tal como sucedió el miércoles pasado, cuando la tormenta se hizo sentir en Agua de las Avispas. 


Ese día, como consecuencia de la paralización de la producción del líquido vital (debido a la turbiedad) se quedaron sin agua cientos de mendocinos del Gran Mendoza: Capital (Quinta y Sexta sección), Godoy Cruz (Las Tortugas y San Francisco del Monte), Guaymallén (principalmente en Dorrego), Las Heras (centro y oeste), Luján (zona oeste de la ciudad y Mayor Drummond) y Maipú. En ese último departamento, el mayor inconveniente fue la baja presión.


Así, en una provincia de clima semiárido y donde tan sólo el 2,5 por ciento del territorio está irrigado, se vuelve prioritario tomar medidas urgentes, aseguran los especialistas y recalcan que el crecimiento poblacional del Gran Mendoza plantea nuevos desafíos para satisfacer la demanda de este recurso que además se ve amenazado por el retroceso de los glaciares y el calentamiento global, según vienen advirtiendo investigadores locales.

    

Problemática compleja
En ese contexto, el ingeniero Ángel Berra -quien hasta hace poco integró el Subcomité Científico y Técnico del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS)- detalla que  en realidad, el problema en relación con el aprovechamiento del agua  en Mendoza es más profundo y radica en la escasez de inversiones importantes para realizar obras de mejora y mantenimiento en las plantas potabilizadoras. 


El técnico dice que en la actualidad el agua que toman los mendocinos es de buena calidad. Pero los inconvenientes, radican en la escasez de controles y de hecho, asegura, es necesario ampliar las plantas potabilizadoras Luján 1 y Alto Godoy. “Además, sería importante que se construya una planta más en Las Heras”, plantea el ingeniero.


Para Jorge Chambuleirón, ingeniero especializado en temas de agua, Mendoza tiene aún una deuda pendiente. Dice que para normalizar las aguas que llegan al dique Potrerillos es imprescindible contar diques aluvionales en la cuenca alta del río Mendoza, de manera que el líquido vital sea depurado al bajar desde aguas arriba. De ese modo, aclara, se evitaría la contaminación de las plantas potabilizadoras. 


“La ciudad ha crecido y por lo tanto requiere de nuevas planificaciones en materia de aprovechamiento hídrico”, advierte el experto y detalla que también es necesario “replanificar el canal Cacique Guaymallén para proteger las zonas cultivadas”.


Desde el punto de vista jurídico, en materia de agua también se plantean irregularidades. Carlos Marziali, abogado e investigador del Instituto Nacional del Agua (INA), detalla que en el contrato de concesión por el cual Aguas y Saneamiento Mendoza SA (Aysam) tomó a cargo la prestación del servicio de agua potable, se establece que la prestadora debe ampliar o crear nuevas plantas de producción de agua a medida que lo demande la población, conforme de su crecimiento.


“El plan de operación y expansión debería incorporar nuevas propuestas para atender la demanda”, expone Marziali y propone que “Mendoza discuta hacia dónde crecerá y de acuerdo a eso será dónde ubicará sus plantas potabilizadoras futuras”.  


Contemplar la emergencia
Julio Salvarredi es geólogo y docente de la cátedra de Geología aplicada de la Universidad Tecnológica Nacional (Regional Mendoza). 


Desde su experiencia, el especialista describe que la provincia no está preparada para afrontar eventualidades que no están siendo contempladas y que podrían representar un riesgo mayor de contaminación del recurso vital.

Explica que si bien con la construcción del dique Potrerillos entre 1999 y 2001 los mendocinos lograron optimizar mejor el agua para consumo en comparación con los años anteriores, “aún dependemos de que el agua llegue clara” y si se presentan otras situaciones, como una actividad volcánica que haga llegar la ceniza al embalse o bien una rotura en éste, el impacto para la población sería exponencialmente negativo.


Por eso, el experto aclara que en realidad Mendoza no está preparada para otras situaciones adversas que pudieran presentarse. Para lograr un mejor aprovechamiento él propone la construcción de una batería de pozos que se alimenten de agua subterránea en las zonas de Vistalba y Chacras de Coria (Luján de Cuyo) según aclara, los sectores donde existe mayor concentración de fluido vital.


“Sería como una segunda oportunidad en el caso que el dique tenga algún inconveniente”, dice Salvarredi y agrega que en las zonas Agua de las Avispas y el cerro Cacheuta podrían construirse defensas aluvionales. “La provincia, cada usuario como así también las empresas deberían aprender a gestionar cada gota de agua”, afirma el geólogo.

 

Uso responsable y anuncios

El último parte dado a conocer el viernes por Aguas y Saneamiento Mendoza (Aysam) detalló que las tres principales plantas potabilizadoras del Gran Mendoza (Benegas, Alto Godoy y Potrerillos) se encuentran con sus valores de producción normalizados.

Asimismo, continúa la prohibición para lavar veredas y automóviles con manguera o hidrolavadora, regar calles pavimentadas y efectuar cualquier uso abusivo de agua potable extraído de conexiones clandestinas. El alerta para evitar el derroche está vigente las 24 horas a lo largo de todo el año.


El viernes pasado el presidente de Aysam, Guillermo Amstutz, presentó un anteproyecto para reforzar el abastecimiento en las plantas potabilizadoras. El objetivo es crear una nueva toma de agua en la boca de salida de las turbinas de la central hidroeléctrica de Cacheuta.



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