AGROPECUARIA
13 de febrero de 2015
Con costos crecientes y sin inversión la lechería volvería a perder el año
Si se considera la cotización del dólar libre, el informe asegura que el productor lechero argentino recibe casi 50 por ciento menos que un tambero uruguayo o brasileño.
La marcha de la producción de leche se asemeja a la del cangrejo. Cuando los productores esperaban que en el comienzo del año los precios de la materia prima siguieran aumentado a un ritmo de dos centavos por litro, como durante el último semestre del año pasado, la inercia se paró. Lo que habían ganado en seis meses, muchos lo perdieron en enero, con la baja de 10 centavos por litro que aplicaron algunas industrias.
A los productores les cuesta entender cómo en un contexto de costos crecientes, debido a la inflación, la industria aplica una reducción en el valor de su insumo básico. Un cóctel que en los primeros días de enero se vio agravado por la caída en la producción, debido al estrés calórico que debieron soportar los rodeos en producción.
Tormenta perfecta
Las condiciones estivales determinaron una tormenta perfecta: caída en la producción, costos crecientes y, encima, una baja en el precio.
Con esta espada de Damocles sobre sus espaldas, alrededor de 200 productores de diferentes cuencas de la provincia se reunieron esta semana en la Sociedad Rural de Villa María. La principal preocupación es el anuncio de varias empresas de recortar el valor de la materia prima con la liquidación de enero. Un grupo de productores de Canals comunicó que la empresa Saputo los había notificado de una rebaja de 10 centavos por litro. El ejemplo se multiplicó con otros productores y empresas.
En un intento por ponerse al frente del reclamo de los productores, la Provincia se comprometió a interceder antes las usinas que habían anunciado el recorte. En los próximos días, el Ministerio de Agricultura y la Secretaría de Industria convocarán a las empresas a una reunión para que revean esa decisión, según prometió ante la asamblea el titular de la cartera agropecuaria, Julián López.
En el brete
Mientras la coyuntura se sigue encargando de encender las alarmas sobre la actividad, los productores redoblan sus esfuerzos para mantener las explotaciones.
Juan Carlos Arietti es productor lechero en la zona de Alicia (departamento San Justo). Con una producción de entre 1.200 y 1.300 litros diarios, asegura que su explotación hoy no es rentable. “Estoy tratando de cumplir con los compromisos que me insume la confección de las reservas de maíz”, admite el productor, que se mantiene en actividad gracias a un modelo de producción mixto que incluye a la agricultura.
Mientras los maíces para picado ya esperan por el ingreso de las máquinas, los productores buscan cerrar los acuerdos con los contratistas. Por lo pronto, estas labores se encarecieron 40 por ciento. De los 2.800 pesos la hectárea pagados en la campaña pasada, el servicio trepó a 4.000 pesos.
Para Arietti, la etapa de protesta de los productores con cortes de rutas o bloqueo de plantas debe ser dejada de lado. “Lo que debemos hacer es declararnos en cesación de pagos, como ya hicimos en 1982 en nuestra zona durante la vigencia de la resolución 1.050. Hoy, con el precio que se nos paga, nos estamos en condiciones de poder pagar nuestras obligaciones, ni comerciales ni impositivas”.
Menos producción
Si bien está preocupado porque en los últimos 25 días la producción de su rodeo lechero cayó 25 por ciento, debido al calor, a Abel Marinelli también lo alarma la perspectiva. Recuerda que en 1999, cuando integraba la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec), la producción nacional de leche era de 10.800 millones de litros. “Luego de 16 años, estamos en el mismo volumen, mientras Uruguay duplicó su producción y Brasil, que antes nos compraba, hoy es exportador. Algo estamos haciendo mal”, dice el productor de la zona de Ballesteros (departamento Unión).
Aunque se beneficia con una agricultura que subsidia con sus precios la conversión de grano en leche (vía retenciones e intervención oficial), Marinelli asegura que ese sistema no es sustentable a largo plazo. “El trigo que coseché me lo querían pagar 525 pesos la tonelada; decidí picarlo y meterlo en una bolsa. No se puede construir la lechería sobre el cadáver de la agricultura”, razona.
El verano no ha sido benévolo con Marinelli. Todo lo contrario. Las condiciones climáticas lo castigaron duro. Primero fue el viento del 5 de enero, que le llevó la estructura de media sombra que brinda techo a su modelo confinado de producción. Luego, la combinación entre lluvia y altas temperaturas terminaron por estresar a las vacas en producción.
“Hubo noches en que la temperatura mínima no bajó de los 25 grados; en esas condiciones, la producción se vino abajo”, graficó el productor. En consecuencia, los 12 mil litros diarios recolectados en diciembre cayeron a 9.000 litros en los últimos días.
“Ese volumen sólo nos permite mantenernos a flote con los costos. El buen segundo semestre que tuvimos durante 2014 se va a perder por la caída en la producción y la posibilidad de que los precios se reduzcan. Que no aumente el valor de la materia prima es preocupante. Bajo estas condiciones, no habrá inversión posible”, resume Marinelli.
Sobre su rodeo de 400 vacas en producción, el tambero tenía previsto incorporar tecnología de detección de celo y control ruminal sobre 200 vientres. La inversión, de alrededor de 60 mil dólares, quedará para mejor momento.
“Hoy estamos trabajando para los costos. No podemos realizar ninguna mejora en infraestructura ni reemplazar cada tres años, como deberíamos, el tractor y el mixer, si no tenemos crédito. No tenemos capacidad genuina de inversión”, observó Marcelo Barbero, productor lechero de San Antonio de Litín (departamento Unión).
Barbero produce leche en un sistema semiestabulado. “Con 342 vacas en ordeño producimos 9.200 litros diarios. Estamos en el paso previo al estabulado total. Dependerá de quién venga detrás de mí para llegar a ese objetivo”, afirma el productor, a quien también le gustan las vacas de cría, en una zona donde la agricultura no ofrece garantías y la conversión de granos en proteína es una salida en los años en los que el clima no acompaña.
¿Otro año perdido?
Según un informe difundido por Confederaciones Rurales Argentina (CRA), la producción de leche de Argentina está cada vez más lejos del potencial de mediano plazo que podría darse en un marco de políticas modernas y eficientes que fomenten la inversión.
Bajo esas condiciones de previsibilidad, el país podría incrementar en el mediano plazo su producción más de un 50 por ciento: pasar de procesar 11 mil millones de litros a cerca de 17 mil millones de litros.
Lejos de todo esto, la proyección es que la producción nacional de leche volverá a caer durante 2015, para así acumular tres años consecutivos en baja. Entre 2011 y el año pasado, el volumen de leche a nivel país cayó cuatro por ciento, según precisa el reporte.
“La contracción en la producción de 2015 se debería a una caída en el precio real que recibe el tambero, por la combinación de la política del Gobierno nacional que genera precios al productor artificialmente bajos y una inflación por encima del 30 por ciento”, precisa el informe. Además, incidirán en la retracción la elevada presión impositiva, condiciones climáticas no óptimas durante el verano y el deterioro en la relación entre insumos y precio de la leche.
Si se considera la cotización del dólar libre, el informe asegura que el productor lechero argentino recibe casi 50 por ciento menos que un tambero uruguayo o brasileño.
Diagnóstico
Juan Arietti, Alicia. Cesación de pagos. “Debido a que no estamos en condiciones de pagar nuestras deudas, porque la industria reduce el precio de la leche, un camino es declararnos en cesación de pagos. No pagar el IVA también podría ser una solución. Los más de 50 centavos por litro (en góndola) que se lleva el impuesto ayudaría a mantener nuestros números”.
Abel Marinelli, Ballesteros. Menos producción. “La baja en la producción afecta más los costos. El buen segundo semestre que tuvimos durante 2014 se va a perder por la caída en la producción y la posibilidad de que los precios se reduzcan. Que no aumente el valor de la materia prima es preocupante. Bajo estas condiciones, no habrá inversión posible”.
Marcelo Barber, San Antonio de Litín. Sin capacidad de ahorro. “Hoy estamos trabajando para los costos. No podemos realizar ninguna mejora en infraestructura ni reemplazar cada tres años, como deberíamos, el tractor y el mixer, si no tenemos crédito. No tenemos capacidad genuina de inversión. Bajo estas condiciones, la lechería sólo es rentable dentro de un modelo mixto”.
Fuente:panorama del agro
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