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DEPORTE

9 de octubre de 2020

Ferrari de Fórmula 1 en venta

Buen estado y pocos kilómetros

Ferrari El mercado de segunda mano también incluye increíbles monoplazas del 'cavallino. Los coches a la venta están bien conservados y listos para rodar.

Antes o después, seguro que los multimillonarios con pasión por el volante han oído hablar en algún corrillo de amigos del programa F1 Clienti.

Se trataba de un servicio por el cual Ferrari no sólo te vendía un Fórmula 1 auténtico, sino que disponía un programa de servicios para que, quien lo deseara, no tuviera que preocuparse por ningún aspecto logístico al disfrutarlo.

El 312 T5 entregaba 515 CV.

Había millonarios que compraban el coche para añadirlo sencillamente a su colección, pero sobre todo era común que el comprador se acogiera a un servicio por el cual la marca custodiaba y llevaba el coche al circuito que el cliente eligiera, en cualquier país del mundo y cuando lo deseara (salvo que la pista ya estuviera comprometida en esas fechas). El desembarco del coche se producía junto con una pléyade de ingenieros y mecánicos para cuidar del monoplaza y el millonario propietario sólo tenía que preocuparse de llegar a la pista, disfrutar conduciéndolo y volverse a su avión privado como haría una leyenda del volante en activo. Incluso hay carreras organizadas para que los pilotos con estos coches que lo deseen se enfrenten entre sí...

Esta unidad fue conducida por René Arnoux en 1983.

Pero el programa de venta, que siempre ponía en manos de los clientes coches de hace al menos cinco años, para no dar a conocer lo último de su tecnología, terminó en 2018. La razón fue la incorporación desde 2014 del ERS, que tenía ya una potencia de considerable y exigía que pilotos y mecánicos estuvieran muy pendientes de no tocar lo que no debía ser tocado, ya que podían sufrir una descarga eléctrica de consecuencias fatales. Así, los F138 de 2013 que pilotaron Fernando Alonso y Felipe Massa fueron las últimas unidades puestas a la venta. Y la tarifa básica por cada uno de los coches vendidos (sin sevicios extra) varió entre los 700.000 y los 2,8 millones de euros.

Hacerse con uno de estos coches no era fácil, ya que Ferrari seleccionaba minuciosamente a sus clientes. Pero ahora que el programa de venta ya no existe, cualquiera que tenga el capricho y el dinero suficiente puede hacerse con una unidad, porque en efecto hemos encontrado varios ejemplares a la venta.

Este 126 C3 venció en el Gran Premio de Holanda de 1983.

La unidad que tal vez más haga sonreír a los gentleman drivers nostálgicos es un 312 T5 conducido por Gilles Villeneuve en la temporada 1980 que vende Kessel en Suiza. Aquél no fue en realidad un buen año para la marca del Cavallino, que completaba su escuadra con el sudafricano Jody Scheckter. Éste acabaría la temporada en el puesto 19 y Villeneuve lo haría en el 14, relegando a Ferrari a la décima posición en el Campeonato de Constructores. Pero eso no quita que Villeneuve siga siendo uno de los grandes nombres de la F1 y que el modelo en cuestión, con el número de chasis 47 y un motor que ha rodado sólo unos 1.000 km, sea una joya muy apetecible, con 515 CV producidos por su V12 de 3,0 litros y una relación peso potencia de 1,2 kg/CV.

Para encontrar la siguiente unidad tenemos que viajar hasta Dubai (lo apropiado sería hacerlo en avión privado...), donde Tomini Classics tiene a la venta un 126 C3-068 que participó en la temporada 1983. Se trata del primer Ferrari de F1 en emplear un chasis completo de fibra de carbono y el modelo pertenece a la era de los F1 turboalimentados, lo que en este Ferrari elevaba la potencia del V6 de 1,5 litros hasta los 600 CV y lo hacía extremadamente difíciles de conducir. Y si no que se lo pregunten a René Arnoux, el encargado de conducir este coche con chasis nº 68, que pese a todo fue el primero en cruzar la línea de meta en el Gran Premio de Holanda y aseguró el campeonato de constructores para la marca del Cavallino.

A final de 1995, Schumacher probó esta misma unidad.

Para encontrar el siguiente Ferrari de Fórmula 1 siguiendo las temporadas por orden cronológico debemos volver a Suiza, en concreto a Lugano, donde el vendedor de coches de lujo Fabrizio Graziani custodia un precioso 126 C4 de 1984. El C4 era una evolución del C3, con la posición de conducción muy adelantada, una aerodinámica mejorada, depósito de combustible más grande (llegaba a los 220 litros) y la misma cilindrada y carrera del motor anterior, pero con una nueva inyección electrónica. Michelle Alboreto y René Arnoux se encargaron de exprimir sus 661 CV por las pistas del Gran Circo, y aunque no se trata de una unidad con victorias en su historial (Alboreto venció aquel año en Bélgica, pero no con este coche) su vendedor tiene con él tanto cuidado que hasta lo guarda en invierno en un garaje calefactado.

La última unidad quizá sería la más apetecible para muchos aficionados, ya que nos recuerda en gran medida a la Fórmula 1 moderna. De hecho, Jean Alesi tuvo el privilegio de conducirlo hasta el primer puesto final en el Gran Premio de San Marino, y a final de temporada estuvo a los mandos de Michael Schumacher en los circuitos de Fiorano y Estoril, después de que Ferrari pusiera al alemán un cheque con una cantidad mareante por dos temporadas. El 412 T2 lleva el que fuera el último motor Ferrari V12 de Fórmula 1, con 3,0 litros de cilindrada y una caja de cambios semi-automática de seis velocidades. ¿Te imaginas disfrutando de esta 'bestia' con 730 CV? Todo es una cuestión de dinero, que por cierto los cuatro vendedores no quieren airear, comunicándoselo exclusivamente a quienes de verdad tengan interés (y posibilidades) en comprarlo.



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