Los londinenses, que dominaron el encuentro de principio a fin, van cogiendo sensaciones a medida que pasan los partidos, y esta victoria se antoja clave de cara a la clasificación a octavos de final.

Frank Lampard apostó, de nuevo, por Mendy en portería, dejando a Kepa sin convocar. Hasta cinco fichajes de este verano fueron titulares, lo que habla a las claras de la reconstrucción a la que está haciendo frente el equipo londinense. Pese a ello, y eso que de los nuevos nombres tres son atacantes, el juego blue fue rápido y quirúrgico desde el primer minuto.

El Chelsea mueve la pelota lo más rápido posible en busca de espacios, y aunque el Krasnodar estuvo muy disciplinado, a la espalda de la defensa rusa y los giros de Ziyech no hubo respuesta posible.

El interior marroquí, que debutaba como titular en el Chelsea, firmó uno de los mejores encuentros de la temporada para un jugador del equipo inglés.

Desde la banda derecha, a pie cambiado, puso en jaque a la defensa del Krasnodar y habilitó a Azpilicueta de forma continua para que profundizase en banda. Werner y Havertz, los otros dos grandes fichajes en el ataque, estuvieron igual de brillantes.

De hecho, el propio Werner fue el protagonista de un penalti a los 15 minutos de juego que falla Jorginho tras su clásico saltito. El italiano marró así su segunda pena máxima consecutiva, algo muy extraño para un jugador con su frialdad desde los 11 metros.

Precisamente en el mejor momento para el Krasnodar llegó el gol visitante. Havertz encontró a Hudson-Odoi para que el joven extremo probara suerte desde fuera del área... y encontrase petróleo.

Safonov no fue quién de atajar la pelota y dejó que el esférico traspasase lentamente la línea de gol. Un error clave que desequilibraba el encuentro y dejaba al Krasnodar con la obligación de ir hacia arriba, sabiendo del peligro del Chelsea con metros que correr.

Ya en los segundos 45 minutos, los de Lampard demostraron por qué son uno de los proyectos más interesantes de Inglaterra.

Tres goles con firmas diferentes que dejan claro que no será por opciones ofensivas y que, además, están bien engrasadas. Ziyech y Pulisic convirtieron tras dos jugadas colectivas y el gol de Werner, de penalti, viene también de una larga combinación visitante. Aunque todavía tiene trabajo por delante, Lampard va tocando las teclas correctas y no sólo marca mucho, sino que está consiguiendo aprobar una de las asignaturas pendientes de la temporada pasada: no recibir.

Ya son tres partidos consecutivos sin gol en contra, los dos de Champions League incluidos. De seguir así, este Chelsea es un peligro para cualquiera que se ponga delante.