INTERNACIONALES
1 de marzo de 2015
El socialista Tabaré Vázquez asume hoy la presidencia de Uruguay
Transición. Un cambio de mando que será más que continuidad
Representa al ala más conservadora del Frente Amplio, el partido saliente del saliente José "Pepe" Mujica.
Con los mismos dos protagonistas de hace cinco años, aunque en roles opuestos, Uruguay vivirá hoy una nueva ceremonia de transmisión del principal cargo de gobierno. El momento de mayor simbolismo se vivirá a las 12 (11 de Argentina) cuando el hasta hoy presidente José Mujicacoloque la banda presidencial a su sucesor, Tabaré Vázquez, quien con 56,62% de los votos se impuso al candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, en la segunda vuelta electoral en noviembre de 2014.
De esta manera, Tabaré encabezará el tercer gobierno consecutivo del conglomerado de izquierda Frente Amplio (FA). Repite así lo ocurrido con los colorados José Batlle y Ordóñez y Julio María Sanguinetti, quienes se desempeñaron en dos oportunidades como presidentes constitucionales.
En tanto Mujica, el mandatario uruguayo con mayor fama mundial en la historia, deja con 79 años la primera magistratura para pasar al senado liderando al Movimiento de Participación Popular (MPP), el sector más votado dentro del Frente Amplio.
A pesar de terminar su mandato con muy buen nivel de popularidad, Mujica aseguró en una entrevista al semanario Búsqueda haber hecho “unas cuantas cosas”, y admitió a la vez que le quedaron varios “asuntos pendientes”, entre ellos la reforma educativa y la del Estado, y la recuperación del ferrocarril. “Uno llega a la presidencia con una cuota de idealización y después la realidad lo golpea en el hocico”, dijo con el estilo que le valió reconocimiento y algún que otro desencuentro, como cuando calificó a la presidente argentina, Cristina Fernández, como “una vieja terca peor que el tuerto”, en referencia a su esposo y ex mandatario Néstor Kirchner.
En lo que hace a ese estilo Tabaré es el polo opuesto y representa al sector más conservador del Frente. Si bien ambos provienen de familias de clase trabajadora, Tabaré pudo llegar a la universidad y recibirse de médico a fines de los sesenta, tres años antes de que Mujica, líder de la guerrilla Tupamaros, fuera privado de libertad y purgara en prisión casi 13 años, varios de ellos en las peores condiciones humanas imaginables. En el segundo lustro de los ochenta, ya como prestigioso oncólogo, Tabaré se acercó a la política de la mano del Partido Socialista, del que hoy está desafiliado.
Estas diferencias entre ambos se ven reflejadas en temas muy importantes de la agenda política de los últimos años como por ejemplo la ley de comercialización de la marihuana, con la que Tabaré siempre discrepó, o la del aborto, que tras ser aprobada por el Parlamento Vázquez vetó –por principios filosófico y católicos– en 2008, cosa que Mujica no hizo cuando ambas cámaras volvieron a aprobarla en 2012. Estas discrepancias no hacen más que descartar la pluralidad dentro del FA, donde mediante diálogo y consenso se da abrigo a pensamientos muy diversos.
En la relación con Argentina también se distinguieron uno de otro. Mientras Vázquez se mostró inflexible cuando el conflicto por la instalación de procesadoras de pasta de celulosa que desembocó en un corte ininterrumpido de un puente internacional durante cuatro años, Mujica se mostró de entrada mucho más conciliador y logró, a los pocos meses de asunción, destrabar el bloqueo. Todo hacía pensar, por entonces, que la relación entre Montevideo y Buenos Aires, volvería a la normalidad pero, varios gestos y decisiones políticas de la presidenta argentina, desestimularon las buenas intenciones de Mujica, quien al final advirtió que, inclusive tomando un camino contrapuesto al de su antecesor, nada bueno iría a conseguir.
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