Cuando a finales del año pasado Reino Unido anunció la presencia de una variación del SARS-CoV-2 entre su población, el país comenzó a limitar el tránsito de personas e intensificó las medidas de confinamiento; además, las alertas se encendieron alrededor del mundo. A la fecha, la mutación identificada como Variant of Concern (VOC) o Variante en Investigación (VUI) 202012/01 se ha encontrado en Estados Unidos, Australia, Dinamarca e Italia, entre otros países.

Los científicos ingleses han advertido que la nueva variante de coronavirus afecta más a los menores de 20 años y es 50 por ciento más infecciosa, por lo que representa “importantes desafíos para el control continuo de COVID-19 en el Reino Unido y en otros lugares en los próximos meses. Las medidas de distanciamiento social deberán ser más estrictas”, recomiendan.

De acuerdo con la investigación del Imperial College London (ICL), la VOC 202012/01 presenta una transmisibilidad de 0.4 a 0.7 puntos más alta en el número de reproducción (R0) en comparación con el coronavirus original, lo que representa un “aumento multiplicativo que osciló entre un 50 y un 75 por ciento de ventaja”.

La Organización Mundial de la Salud reconoce informes preliminares que suponen un aumento estimado de entre el 40 y el 70 por ciento en la transmisibilidad, aunque “no hay suficiente información para determinar si esta variante va asociada a algún cambio en la gravedad de la enfermedad a nivel clínico, en la respuesta de anticuerpos o en la eficacia de la vacuna”.

Los investigadores del ICL también señalan “un cambio pequeño pero estadísticamente significativo hacia los menores de 20 años que se ven más afectados por esta variante”, en quienes encontraron un aumento de susceptibilidad y síntomas más aparentes.

Los expertos aseguran que sus hallazgos han sido comunicados al gobierno británico y a otros países, y que la investigación continúa con un enfoque particular en cualquier cambio relacionado con la severidad de la enfermedad y con su transmisibilidad.