ECONOMIA
11 de enero de 2021
Se compra 20% menos de carne que hace un año con el salario promedio
En el mercado interno el consumo se ha reducido a su mínima expresión
El consumo de carne bovina se habría ubicado en 49,7 kilos per cápita, el registro más bajo desde hace al menos 50 años. El consumo aviar es la cifra más alta de la historia.
El salario promedio del sector privado registrado alcanza para comprar 20% menos de de kilos de carne vacuna que hace un año. Permite llevarse 133 kilos. Con esta pérdida de poder adquisitivo, el consumo per capita retrocede y al mismo tiempo gana relevancia tanto la producción como las exportaciones, que llegan a niveles récord.
Un informe de los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre para el IERAL detalla cómo evolucionó la producción, el consumo y la exportación de carne.
De acuerdo a datos oficiales y estimaciones propias, la producción de carne vacuna, aviar y porcina habría llegado a 6,04 millones de toneladas, unos 133,6 kilos promedio por habitante. Por el lado de las exportaciones se alcanzó un nivel de 1,19 millones de toneladas, equivalente a 26,4 kilos per cápita. "Desde mediados de la década de los ’70 hasta el presente nunca habíamos producido ni exportado tanta proteína animal", indican los economistas.
El consumo de carne bovina se habría ubicado en 49,7 kilos per cápita, el registro más bajo desde hace al menos 50 años. Por el contrario, el consumo de carne aviar se habría aproximado a 44,1 kilos per cápita, la cifra más alta de la historia.
"El 2020 se caracterizó por subas generalizadas de precios, tanto de animales como de productos finales, en términos reales particularmente concentradas hacia finales del año", apuntan Garzón y Torre. Todos los tipos de carne subieron mucho más que la inflación, que llegó a 36% en el año que terminó. Los cortes de carne bovina se ubicaron en diciembre 2020 un 74% arriba de los valores del mismo mes del 2019 ; la carne aviar subió un 58% y la carne porcina aumentó un 59%.
Los salarios tampoco pudieron seguirles el ritmo a los precios de las carnes. El sueldo promedio del sector privado formal -$ 61.600- hacia finales de 2020 permitió comprar 133 kilos de carne bovina, un 20% menos que en diciembre del 2019.
¿Qué pasará de ahora en más con los precios?
Desde el IERAL indican que "no quedaría mucho más margen para que los valores sigan escalando, más en un contexto donde nuestro sector exportador paga más impuestos que sus pares (9% de retenciones) y nuestro principal cliente (China) viene estabilizando compras y mostrando menor predisposición de pago".
En el mercado interno el consumo se ha reducido a su mínima expresión: los segmentos de clases media y baja que permanecen activos en el mercado se encuentran al límite de su capacidad. "Tampoco parece haber aquí mucho margen para absorber otra ronda de subas importantes de precios", mencionan.
Sin embargo, advierten que "que no quede mucho hilo en el carretel no significa que los precios de las carnes tendrán un 2021 'tranquilo', y menos aún que vayan a iniciar el camino del descenso".
Son varios los factores que definirán lo que ocurra con los precios. Entre ellos, mencionan el incipiente proceso de retención de vientres observado en los últimos meses que podría profundizarse de la mano de los mayores precios de hacienda, reduciendo la oferta de animales para faena y la producción de carne.
También influirá una mayor demanda externa, particularmente de aquellos mercados que más sufrieron la pandemia y que deberían recuperarse en un año en el que se espera una expansión económica global.
La demanda interna debería mejorar en la medida que "el Gobierno logre cierta estabilidad en la macro y la superación definitiva de la pandemia. Además, estará la presión de los eslabones de transporte, distribución y comercio, que pugnarán por mejorar su participación".
Pero hay otra variable que será clave: la política pública. En este plano, anticipan que en el año electoral habrá "una interferencia creciente" por parte del Gobierno que apunte a "contener o restringir volúmenes de exportación. De efectivizarse, esta intervención no sería una buena noticia".
Para los analistas restringir las exportaciones podría jugar en contra. "Si bien podría tener efecto y ayudar a estabilizar y hasta reducir precios en el corto plazo (vía re-direccionamiento de volúmenes hacia el mercado interno), sus efectos de mediano y largo plazos serían justamente los contrarios: precios más altos por caída de inversión y producción".
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