En un movimiento inesperado de último momento, la Presidenta y jefa del kirchnerismo, Cristina Kirchner, impidió que el precandidato del sciolismo en la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Marangoni, se anotara para competir en las elecciones primarias para Jefe de Gobierno porteño.

Marangoni es actualmente presidente del Banco Provincia de Buenos Aires y era el alfil de Daniel Scioli para competir en la Ciudad. De hecho, en las últimas semanas había comenzado su campaña electoral y difundía sus propuestas hasta por su cuenta de Twitter.

Tras la salida de un histórico operador del PJ Nacional de la Casa Rosada, Cristina Kirchner dio un lugar de privilegio en la carrera electoral porteña a La Cámpora, que postula a Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas, como su candidato. En danza también están Gabriela Cerruti, Gustavo López, Aníbal Ibarra y Carlos Heller.

Los porteños irán a las urnas el próximo 26 de abril para definir candidatos. La elección general será el 5 de julio y, en caso de requerirse, la segunda vuelta se celebrará el 19 de julio.

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Apenas unos minutos duró el desafío electoral del gobernador. Bastó un llamado para que baje la lista.
Daniel Scioli sufrió esta noche una nueva derrota frente a la Casa Rosada y volvió a confirmar la intuición de los que imaginan que en el cierre de listas para las elecciones nacionales de Octubre difícilmente se resista a los deseos y los candidatos que elija Cristina Kirchner.
Luego que un sector del kirchnerismo encabezado por Aníbal Ibarra, Carlos Heller y Jorge Taiana desafiaran a la Casa Rosada presentando listas para todas las categorías -Cristina quería una única boleta de legisladores armada a su gusto-, el sciolismo eufórico anunció que se sumaba a la Intifada presentando lista con Gustavo Marangoni como candidato a jefe de Gobierno y Alicia Pierini como primera legisladora.

La nómina de legisladores incluía al histórico dirigente del PJ porteño, Ricardo Morato y la funcionaria bonaerense y ex legisladora albertista, Silvia La Ruffa. Marangoni hace meses que está en campaña para jefe de Gobierno y de hecho la Ciudad está empapelada con afiches naranjas en los que posa junto a Scioli.

Pero poco duró el espíritu rebelde. Bastó un llamado de la Casa Rosada ordenándole que baje la lista y apoye en las primarias al camporista Mariano Recalde, para que el candidato presidencial retrocediera sobre sus pasos y dejara a sus candidatos protagonizando uno de los papelones del cierre porteño.

La decisión, si bien registra pocos antecedentes, no deja de ser consistente con lo que había ocurrido unas horas antes en Mendoza, donde un llamado similar de la Casa Rosada le prohibió que se sumara a una foto con Massa y Macri que había trabajador el despedido operador Juan Carlos Mazzón.

En el sciolismo se excusaron afirmando que la Casa Rosada le prometió que en el cierre de las candidaturas para diputados nacionales que se definirán en las primarias de agosto, le permitirán algún tipo de incidencia. Una promesa pueril que no alcanza para tapar el notable retroceso del sciolismo, que como le pasó en las elecciones parlamentarias de Octubre, recibió nada a cambio de su disciplina.

Es un misterio de la política contemporánea porque Scioli una y otra vez -incluso sobre el final del ciclo kirchnerista- se somete a los dictados de Cristina y el kirchnerismo duro que claramente hace todo lo posible por destruir su futuro electoral.

Por otro lado las desembozadas presiones de la Casa Rosada para eliminarle competidores a Recalde revela lo poco que confían en la potencia electoral del presidente de Aerolíneas Argentinas.

Marangoni-Pierini era una opción interesante y con grandes posibilidaddes de crecimiento -sobre todo si Scioli se metía en la campaña- para un electorado peronista que no comulga con el camporismo. No pudo ser.

Fuente:Agencias Buenos Aires