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ECONOMIA

11 de marzo de 2021

La ropa de invierno llega con subas de 40%

Las altas tasas de interés, la suba del dólar y el cierre parcial de las fábricas, volvieron a impulsar los precios de la indumentaria por arriba de la inflación general.

Los productos de invierno con aumentos que rondan el 40% en las marcas nacionales. Las expectativas del sector para los próximos meses no son muy alentadoras: los costos de producción de la nueva temporada se vieron afectados por el cierre de fábricas, el incremento del tipo de cambio y las altas tasas de interés de los créditos, que se contrajeron durante el aislamiento.

Además de los aumentos de costos e insumos, los comerciantes deben incluir en sus cálculos que los potenciales clientes acumularon un tercer año consecutivo de caída de poder adquisitivo. De hecho, estiman que habrá que resignar ganancias para evitar mayores pérdidas.

Ya el año pasado se observó una tendencia clara en este sentido. El rubro indumentaria acumuló durante 2020 un incremento de precios del 47,7%.

“A mediados de febrero ya fuimos terminando con las liquidaciones porque los tiempos se marcan desde Buenos Aires, cuando los proveedores, con tal de sacar productos, empiezan a liquidar y a enviar la nueva temporada. Acá, con 35 grados en marzo, todavía nos piden productos de verano y muchas veces los tiempos de los proveedores son distintos a los de la provincia”, resumió Roberto de "Estilo Propio" , (además de las ventas online), dedicada a la indumentaria masculina y muy poco de indumentaria femenina.

“Hicimos promociones durante enero y febrero ‘a la carta’. Los clientes elegían la promoción y la adaptaban a la prenda que querían. Eso anduvo muy bien pero para la nueva temporada los costos todavía no están definidos”, agregó el comerciante.
Aun así, el referente de "Estilo Propio" señaló que una prenda que sale $2.500 debería pasar a costar $2.800 -si se cargaran todos los incrementos al producto final- pero en un contexto como el actual “eso resulta imposible”.
“Hay cosas que se liquidaron muy baratas y la nueva temporada ya está llegando con aumentos que rondan el 40%. Lo que comprabas hace un mes ya no vale lo mismo y los incrementos se dan cada 15 o 20 días, en torno al 10%”, cerró el comerciante.

“El panorama es complicado. Desde las Fiestas mejoró un poco pero en marzo mermaron las ventas porque los padres se enfocaron en el inicio de clases, dejando de lado otros gastos. Ahora trabajamos en promociones y en fidelizar a nuestros clientes”, expreso Roberto.

El empresario advirtió que hoy están comprando al mismo precio al que vendían sus productos al público el año pasado. “Todo lo que es friza (tela común en la fabricación de buzos y pantalones de jogging) y ropa de abrigo ha aumentado mucho. Estamos hablando de camperas que de costo están en $4.000, por ejemplo. La inversión que tenemos que hacer es altísima”, agregó.
La mercaderìa se recibe desde Buenos Aires y el cierre de las fábricas en esa provincia se sumó a los conflictos que la industria tiene desde hace algunos años con los vaivenes del dólar.

“ Vendo la marca Polo USA  que para el fabricante los insumos vienen a precio dólar y hemos visto aumentos de un 40% promedio. Ese incremento no se puede trasladar al producto porque los salarios no han acompañado en general a los clientes y uno trata de hacer cintura con los precios”, agregó el empresario.

A los aumentos directos en la indumentaria se le suman subas en los impuestos, “tasas con incrementos del 50%, más deudas e intereses por los préstamos que tomaron en el año”. 

Pasadas la liquidacion de verano, las tiendas de ropa de Salta comenzaron a exhibir los productos de invierno con aumentos que rondan el 40% en las marcas nacionales. Las expectativas del sector para los próximos meses no son muy alentadoras: los costos de producción de la nueva temporada se vieron afectados por el cierre de fábricas, el incremento del tipo de cambio y las altas tasas de interés de los créditos, que se contrajeron durante el aislamiento.

Además de los aumentos de costos e insumos, los comerciantes deben incluir en sus cálculos que los potenciales clientes acumularon un tercer año consecutivo de caída de poder adquisitivo. De hecho, estiman que habrá que resignar ganancias para evitar mayores pérdidas.

Ya el año pasado se observó una tendencia clara en este sentido. El rubro indumentaria acumuló durante 2020 un incremento de precios del 47,7%, según la medición del comerciante, mientras que los salarios se ajustaron solo un 33%.

 

El empresario advirtió que hoy están comprando al mismo precio al que vendían sus productos al público el año pasado. “Todo lo que es friza (tela común en la fabricación de buzos y pantalones de jogging) y ropa de abrigo ha aumentado mucho. Estamos hablando de camperas que de costo están en $4.000, por ejemplo. La inversión que tenemos que hacer es altísima”, agregó.

A los aumentos directos en la indumentaria se le suman subas en los impuestos, “tasas con incrementos del 50%, más deudas e intereses por los préstamos que tomaron en el año”. Aun así, el referente de Estilo Propio señaló que una prenda que sale $2.500 debería pasar a costar $2.800 -si se cargaran todos los incrementos al producto final- pero en un contexto como el actual “eso resulta imposible”.

“El panorama es complicado. Desde las Fiestas mejoró un poco pero en marzo mermaron las ventas porque los padres se enfocaron en el inicio de clases, dejando de lado otros gastos. Ahora trabajamos en promociones y en fidelizar a nuestros clientes”, cerró Roberto.

La venta de indumentaria para niños tampoco escapa a esta realidad. Según comentó Adriana, ellos comenzaron las liquidaciones un poco más tarde que el resto de los comercios, pero luego de las ventas para el inicio de clases, iniciaron con la media estación. “Siempre tenemos promociones y todavía estamos liquidando algo del verano (-30%), además de descuentos por pago en efectivo o débito. Para el inicio de clases vendimos remeras básicas por $250 o chombas por $350”, señaló.

“Hay cosas que se liquidaron muy baratas y la nueva temporada ya está llegando con aumentos que rondan el 40%. Lo que comprabas hace un mes ya no vale lo mismo y los incrementos se dan cada 15 o 20 días, en torno al 10%”, cerró el comerciante.


“Después de abrir, repuntaron las ventas. Trabajamos con WhatsApp y de manera online y resultó ser una buena alternativa porque tenemos clientes que preferían no exponerse a riesgos de contagio. Nuestra ropa de por sí servía para el ‘modo pandemia’, para estar en la casa, y tuvimos menos problemas que quienes, por ejemplo, venden ropa para fiestas”, explicó al respecto de esos negocios de indumentaria.

A pesar de que la empresa no cuenta con sus propias líneas de fabricación, la ropa se recibe desde Buenos Aires y el cierre de las fábricas en esa provincia se sumó a los conflictos que la industria tiene desde hace algunos años con los vaivenes del dólar.

“Los insumos vienen a precio dólar y hemos visto aumentos de un 40% promedio. Ese incremento no se puede trasladar al producto porque los salarios no han acompañado en general a los clientes y uno trata de hacer cintura con los precios”, agregó el empresario.

Aun así, Roberto indicó que, de un año a otro y con el fuerte componente inflacionario de la economía argentina, los clientes pierden referencia de qué es caro y qué está en precio. Ese desfajase constante genera un mayor malestar entre los consumidores que lo que puede suceder con productos que se compran regularmente y en los que los aumentos se dan de forma progresiva durante el año, como sucede con los alimentos.



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