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22 de marzo de 2015

Un socio de Máximo, enlace clave entre Cristina y Cristóbal López

El dueño de todos los secretos inmobiliarios de la familia presidencial Kirchner, Osvaldo Sanfelice, fue el enlace clave para concretar los millonarios contratos de alquiler que unen a la familia Kirchner con el empresario patagónico Cristóbal López, confirmaron a fuentes del Grupo Indalo al tanto de la operatoria.

Conocido como "Bochi", Sanfelice es un agente de bienes raíces de 65 años, de Río Gallegos, donde conoció y se convirtió en íntimo amigo del ex presidente Néstor Kirchner. Ya con él en la Casa Rosada, en 2005, se convirtió en socio de Máximo Kirchner en la firma Negocios Inmobiliarios, y en 2008 apareció como socio de López en la firma Talares de Posadas.

 

López siempre negó ser socio de Sanfelice, aun cuando los documentos así lo consignan. Sostiene que nunca prosperó el proyecto hotelero que evaluaron juntos. Pero el vínculo -Sanfelice también aparece como empleado suyo en la empresa Alcalis de la Patagonia SA- terminó por fructificar en los alquileres de un departamento, una oficina y cinco cocheras que los Kirchner poseen en el complejo Madero Center, de la ciudad de Buenos Aires.

Sólo entre junio de 2014 y enero de este año, López pagó $ 2,8 millones por esos alquileres en Puerto Madero a través de dos de sus empresas, Inversora M&S SA y, otra vez, Alcalis de la Patagonia SA, según reveló el domingo pasado. Molesto, el empresario salió al ruedo con una solicitada en la que destacó que la operatoria es legal, y que la nacion y Clarín intentan una "extorsión pública".

Junto al llamado "zar del juego" indicaron a , además, que la operatoria comenzó hace dos años "por lo menos". Y que esos contratos con valores pactados en dólares los firmó Máximo Kirchner, por lo que la familia presidencial embolsó varios millones de pesos más por esa operatoria comercial.

Colaboradores de López también confirmaron que Sanfelice -un hombre bajo, de pelo canoso y corto, férreos bigotes más oscuros y andar presuroso- se encargó de ajustar los detalles de esos contratos, así como también de concretar otro alquiler, en Zárate, para la familia del número dos de López en el Grupo Indalo, Fabián de Souza.

Al igual que los Kirchner y López, Sanfelice mostró un notable crecimiento patrimonial durante la última década. Se convirtió, incluso, en el dueño del hotel Waldorf de la calle Paraguay al 400, a sólo nueve cuadras de la Casa Rosada, según consta en registros societarios cuyas copias obtuvo LA NACION.

Antes, y durante casi seis años, figuró como miembro del directorio de Hotesur SA, la sociedad con que los Kirchner controlan el Alto Calafate, hasta su salida, en marzo del año pasado, tras la apertura de dos investigaciones penales sobre esa firma.

Los nombres de quienes lo reemplazaron en Hotesur dan cuenta de su peso junto a los Kirchner. Lo sustituyeron los dos hijos, la hermana y una sobrina de la Presidenta -Máximo y Florencia Kirchner, Gisele Fernández y Romina Mercado- y Carlos Sancho, ex gobernador de Santa Cruz.

"Bochi", sin embargo, no se alejó demasiado. Sigue como socio de Máximo Kirchner en Negocios Inmobiliarios y se le adjudica un rol ejecutivo en la gerenciadora de los hoteles de los Kirchner, Idea SA, aunque no figura en los registros disponibles.

Lo opuesto ocurre en Talares de Posadas, en la que Sanfelice aparece como socio de López, quien no disimula su fastidio cuando la prensa lo recuerda. "Con «Bochi» armamos una sociedad porque me vino con una propuesta inmobiliaria para Posadas, así que armamos la sociedad porque los números cerraban, pero al otro día estábamos escrachados en algún medio diciendo que yo era socio de Sanfelice, que a su vez era socio del hijo de Kirchner", explicó López en la entrevista que concedió  en marzo de 2011. "Toda una fábula, una gran mentira. Así que lo llamé y le dije que no íbamos a hacer nada, que el negocio no ameritaba semejante castigo", añadió.

López también considera injusta la repercusión social por la revelación  de que le alquila los inmuebles en Madero Center a la familia Kirchner, más un piso en la esquina de las calles Juncal y Uruguay, en Recoleta.

Mediante una solicitada que publicó en su nuevo medio de comunicación, el diario Ámbito Financiero, López expresó: "El Grupo Indalo para realizar sus actividades alquila éstas y muchas otras propiedades tanto en la ciudad de Buenos Aires como en varias provincias del interior del país. Dichos alquileres son necesarios para el desarrollo habitual de su actividad económica, son realizados en condiciones y valores de mercado, y se encuentran debidamente registrados en sus estados contables".

En la solicitada, sin embargo, López jamás identificó a la familia Kirchner o a la Presidenta como los dueños de algunas de las propiedades que alquila en la ciudad de Buenos Aires, ni precisó las fechas ni el total del dinero que hasta ahora desembolsó en rentas. Tampoco aludió a la relación comercial que su hostería El Retorno, en las afueras de Bariloche, mantiene con el Alto Calafate.

Fuente:Por Hugo Alconada Mon |  Para LA NACION

NOTA  RELACIONADA

Osvaldo San Felice, el hombre de la bolsa
13/09 – 17:30 - Recientemente se supo, a través de una denuncia publicada por la revista Noticias, que Osvaldo “el bochi” Sanfelice, ha tenido gran participación en la distribución del dinero que movían Néstor Kirchner y Lázaro Báez, de hecho el ex gerente de Epsur-Misahar, Horacio Quiroga, así lo reconoció.

El edificio Permaco l en Río Gallegos - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

 

Este activo administrador del patrimonio presidencial conforma el círculo más estrecho de la familia Kirchner y en diez años acumuló tantas propiedades, ha realizado tantas inversiones y constituido tantas empresas que podría decirse es, sin duda, uno de los hombres del poder que díariamente aplaude la década ganada. Vea la galería de imágenes

Quienes recuerdan a Osvaldo San Felice en Puerto Deseado, no pueden menos que sorprenderse de la forma vertiginosa que trepó en la escala social, después de haber cultivado un perfil bajo, procedente de un hogar humilde como muestra la modesta casa de material ligero donde nació, propiedad de su papá allí en la ciudad portuaria, donde en un local contiguo poseía un pequeño comercio de venta de artículos eléctricos. Osvaldo se encargó de acondicionar la “casita de los viejos”, tal como luce hoy el frente de aquella vivienda que dejó por finales de los 70 y que mostramos en la foto que ilustra esta nota.

Mucho antes de conocer a quien luego sería el gestor de su gran futuro, San Felice deambuló por algunos rincones de Santa Cruz y recaló en las oficinas de Rentas de la provincia en Caleta Olivia. A través de su esposa Mirta Alicia Leiva, quien se convirtió en asesora de la entonces diputada provincial Cristina Fernández, supo grangearse la confianza de Néstor Kirchner y permaneció a su lado para cuestiones menores que requería el hombre fuerte de Santa Cruz.

Localmente, “el bochi” San Felice jugó fuertemente con su sobrino a quien apoyó y mediante conexiones y apoyos de comerciantes y amigos, llevó a que ganara la intendencia de Puerto Deseado. Nos referimos a Arturo Rodríguez, que fue reelecto por tres periodos consecutivos. En ese momento Kirchner propiciaba a la tercera minoría del PJ, por entonces encolumnada detrás de quien era gobernador de la provincia: Arturo Puricelli.

 

Con Néstor ya en el gobierno de Santa Cruz, San Felice comenzó a caminar con él un largo derrotero, que ni por asomo, se le pintaba tan promisorio. Son muchos los que recuerdan que en ese momento no tenía donde vivir y ya nombrado al frente de la Subsecretaría de Trabajo, Kirchner le procuró una vivienda sin costo, propiedad de Liliana Korenfeld (hoy funcionaria nacional) y los memoriosos recuerdan que el primer auto fue un viejo R-4, testigo de aquellos días de lucha.

Posteriormente, San Felice pasó por cargos en varios sectores de la administración pública provincial y recaló en Rentas de la provincia, donde se jubiló y fue allí donde quienes confiesan su pasado, dan testimonios de un problema que tuvo con Néstor, cuando, por fuera de la debida autorización, hizo algunos arreglos con comerciantes de la ciudad, a los cuales les condonaba las deudas sin darle aviso “al jefe”. Quienes recuerdan los retos de aquel entonces que le propinaba el gobernador, añaden que por algún tiempo “el bochi” estuvo “congelado”, por expresa orden del temido “Lupín”.

Pero los años en que San Felice estuvo al frente de Rentas, le sirvieron para conocer bien un negocio que luego lo sacaría de las urgencias económicas: el inmobiliario. Quien lo inició en este apasionante metier fue el que en ese momento administraba las propiedades de la familia Kirchner, el “Yiye” Saldivia.

Con Kirchner ya lanzado al 2003, San Felice fue a besarle al anillo al hombre que haría historia en Santa Cruz y magnánimo, Kirchner le dio a su custodia y administración, todas las propiedades que tenía en la provincia y posteriormente, aquellas que sumó con tanto esmero, desde que llegó a nivel nacional.

Es en ese marco cuando “el bochi” se asoció con Carlos Sancho y conformaron la sociedad inmobiliaria “Sancho y Asociados”. En ese momento Néstor, le puso como condición que su hijo Máximo, que tenía muchísimas horas de ocio, trabajara en la parte administrativa de la empresa y es así que con el correr del tiempo, el heredero de Néstor, junto a Sancho, su esposa María José Fernández Clarck y San Felice, conformaron la firma “Negocios Inmobiliarios SA”, la que actualmente mutó a “Sancho San Felice y Asociados”, que cumple las mismas funciones en un local céntrico de calle Roca en esta capital.

A San Felice también le cayó la bendición de comprar tierra barata en El Calafate y no se quedó atrás cuando Néstor Méndez, entonces Intendente de la villa, le ofreció adquirir por monedas, tierras que hoy valen cientos de miles de pesos. Ese festival de tierras lo sumó a la lista de compradores de terrenos fiscales a precio de remate.

Ingresó al negocio de los Medios de comunicación, adquiriendo, al Grupo Gualtieri, de Ángela y Hugo Gualtieri, que representaban a la sociedad Comunicaciones Siglo XXI SRL, la Fm 96,9 de Río Gallegos que retransmite Radio 10, hoy en manos de otro amigo suyo: Cristóbal López.

En el año 2008, San Felice formó parte de dos sociedades anónimas, una con su esposa, Invernepa SA, con sede en la oficina B del 4º piso de O´Hinggis 2224, en CABA y la otra en Misiones, llamada Talares de Posadas SA, con sede en 25 de Mayor 1840 PB1 y PB 2. Su flamante socio, en este caso, fue Cristóbal López, el zar del juego.

Néstor Kirchner junto a Osvaldo Sanfelice - Foto: OPI Santa Cruz

Ya para entonces, “el bochi” estaba lanzado a la inversión diversificada y recaló, junto a su socio Carlos Sancho, quien pasó brevemente por el agitado ejecutivo provincial, en el negocio inmobiliario. Metido de lleno en la fabulosa renta que le daba la tierra, formó la empresa Permaco SRL, que se constituiría en una de las firmas que acapararía la obra pública local, junto con otras constructoras como Rodalsa, Acri y la propia Austral Construcciones.

Sanfelice y Sancho en la puerta del cementerio local - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

La diadema del negocio lo conformó la construcción del edificio llamado Permaco I, que muchos sostienen fue construido por orden y financiamiento del propio Kirchner, sobre calle Mitre, en el radio céntrico de esta capital y cuyo valor de construcción supera los 2.000 dólares el m2.

Con terminaciones de gran categoría y detalles de avanzada, el Permaco I constituyó el primer “edificio inteligente” de la ciudad; ahora van por el Permaco II, en zona de la ría. Con carpintería exterior aluminizada peltre, doble vidriado hermético laminado solar cool, baños con hidromasajes, Putting green, gimnasio, sala de lectura y rélax ,Wi Fi y preferentemente ubicado, la inmobiliaria de los socios K, hizo pingües negocios que luego reinvirtieron en casas, departamentos y cabañas en distintos lugares de esta ciudad, el interior y fuera de la provincia.

De esta manera San Felice se transformó para Néstor Kirchner en otro de sus hombres de máxima confianza, al punto de cederle el manejo de muchas inversiones, algunas de las cuales aún no se tienen conocimiento, pero fundamentalmente, le confió el acompañamiento de su hijo Máximo, quien “aprendió del negocio, al lado del bochi”, confió un amigo común.

Este agente inmobiliario conformó varias sociedades, desde el 2007 en adelante; la administración del Alto Calafate, Hotesur SA, Los Sauces SA, la constitución de Alpat (Alcalis de la Patagonia), casi un nexo clave entre Néstor y Cristóbal López y el manejo de dinero en efectivo, tal como lo refirió Quiroga, el Gerente de Epsur-Misahar, quien en PPT no dudó en ubicar a San Felice como la persona que trajo 7 millones de dólares y fueron contados en una mesa.

San Felice vive en Bariloche, desde donde la información que proviene lo da como propietario de complejos de cabañas, propiedades y campos en la zona de Esquel y los siete lagos. No son pocas las versiones que lo vinculan con propiedad coparticipada en el hotel Llao Llao y una fuente consultada en la ciudad rionegrina, da cuenta que su último cumpleaños lo festejó con una gran fiesta organizada en los salones del imponente hotel barilochense, ícono de la región y emblemático de la Argentina en la oferta internacional de turismo.

San Felice ha sido visto y fotografiado por los reporteros de esta Agencia, subiendo y bajando de los aviones presidenciales a lo largo de estos años, como parte indivisible del staff más cercano a la presidenta.

Aquel muchacho que vivía humildemente en su Puerto Deseado natal, ayudando al padre que comerciaba con los parroquianos en el local contiguo a la casita de chapa de la familia,

La casa de la infancia de Osvaldo Sanfelice en Puerto Deseado - Foto: OPI Santa Cruz

 

ha trascendido las fronteras de la provincia y se cuenta entre uno más del exclusivo círculo económico y financiero que se desarrolló espontáneamente alrededor del crecimiento político de Néstor y Cristina. Es uno de los tantos elegidos por el kirchnerismo para reflejar, como nadie, que la última fue (para todos ellos) una década ganada. (Agencia OPI Santa Cruz)

Osvaldo Sanfelice en el aeropuerto de Río Gallegos - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz



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