Sonia Escudero es protagonista de la política salteña desde hace varios años. Acompañó la gestión de Juan Carlos Romero como Secretaria General de la Gobernación y fue senadora nacional durante doce años. Si Romero gana en mayo, volverá a la banca, ya que ocupa el segundo lugar en la lista de senadores electa en 2013.

¿Cómo encuentran a Salta las primarias del domingo?
Me asombra el nivel de deterioro. Salta parece una ciudad arrasada y no encuentro ninguna explicación al "bombardeo de las peatonales". Hay una diferencia abismal entre la gestión de Romero y la actual. Hoy se puede valorar la visión de futuro concreta y positiva que caracteriza a Romero y la habilidad que exhibió para implementarla para beneficio de la sociedad.

¿Cómo las compararía?
Romero asumió en un momento muy crítico, muy difícil. Sin embargo, a pesar de la falta de recursos, la gestión hizo posible llevar adelante inversiones estratégicas en infraestructura para el desarrollo. De hecho, el proyecto turístico llevó de 200 mil a 1.200.000 el arribo de turistas por año. Hay obras que son el testimonio elocuente de lo que digo: el Teatro de la Ciudad, el Centro de Convenciones, los museos de Arte Contemporáneo y de Alta Montaña, la recuperación del casco histórico, la Sinfónica, el estadio ... ¿Seguimos? Hubo un salto de calidad en el desarrollo cultural.

¿Cree que un triunfo de Romero permitiría retomar ese rumbo?
Creo que Salta está obligada a salir del amesetamiento. Y creo que es posible. Hay que recuperar una mirada orientada al futuro. Repito: el desarrollo es imprescindible, pero debe ser sustentable, mejorar la calidad de vida de la gente y no dejar a ningún sector afuera.

¿Cómo evalúa la reciente crisis nutricional?
La mortalidad infantil no tiene explicación en la Argentina. Es imprescindible adecuar la Asignación Universal por Hijo y toda la asistencia social a las necesidades de las comunidades originarias, en primer lugar. Además, en Salta se destruyó la gestión de los agentes sanitarios que son la clave para preservar la salud de los menores. Es imprescindible un nuevo enfoque de la educación y, sobre todo, empoderar a los aborígenes.

Usted habló varias veces de violencia social...
La más grave es la violencia de género. Tenemos muchas víctimas de femicidio, y quiero destacar el caso de Evelia Murillo, una maestra que dio su vida para salvar a una alumna, aborigen, de las garras de un violador. Pero no nos engañemos: Salta atraviesa un enorme retroceso institucional. La obstrucción de la investigación en el asesinato de las jóvenes francesas lo dice todo, y por eso creo acertado que Romero prometa reabrir la causa. Las mujeres salteñas sufren violencia institucional, entre otras cosas, porque el actual gobierno no acata el fallo de la Suprema Corte que interpreta las causas de aborto no punible. Las víctimas de violación y abuso, sufren acá una nueva violencia, ahora institucional. Se ha postergado la educación sexual en las escuelas y las jovencitas pagan las consecuencias. La cantidad de niñas de entre 10 y 14 años que son madres muestra el bajo nivel de desarrollo humano de Salta. El actual gobierno privilegia los dogmatismos y no se atreve a enfrentar pruritos. 

El retroceso incluye a la Justicia.. 
Todos los viernes somos testigos de las familias de víctimas de crímenes impunes. La Justicia está presionada y se la obliga a encolumnarse con el poder, sin cumplir su misión. Es imprescindible garantizar una Justicia independiente, con jueces probos y seleccionados por capacidad, no por simpatía o parentesco. 

¿Cuál sería la reforma política?
Romero impulsa una reforma profunda, enmarcada en un consenso multipartidario, para consolidar las instituciones salteñas. Es imprescindible limitar los mandatos, prohibir la sucesión entre parientes, garantizar la alternancia y recuperar los partidos políticos. Estos no son problemas de los políticos: son problemas de la gente, porque cuando un grupo se enquista en el poder, los perjudicados son los ciudadanos. Salta necesita revisar a fondo la representación legislativa, para que la distribución de las bancas en las cámaras refleje los resultados de las elecciones. Es decir, la voluntad ciudadana.

Fuente:Nota extraida del diario del Tribuno del día de hoy