Del Sel superó al Frente Progresista por 5 mil votos y ganó las elecciones primarias.

Ninguno de los presidenciables del Frente para la Victoria se subió a un avión para acompañar a los candidatos propios y la única excepción fue Julián Domínguez, jugador ahora en territorio bonaerense, que hizo su aporte ante la nula presencia del oficialismo en la vidriera electoral y acompañó en Santa Fe a su amigo Omar Perotti.

A diferencia de la nutrida delegación que estuvo el domingo pasado en Salta junto a Juan Manuel Urtubey, esta vez los principales funcionarios del Gobierno evitaron la exposición. Lo mismo hizo el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, el más taquillero dentro de la interna del kirchnerismo, que a la hora del recuento de los votos jugaba con su equipo el campeonato oficial de futsal. Esta vez, lo hizo de visitante contra el club Pinocho, en Villa Ballester. Por teléfono, el mandatario recibía los resultados de ambas elecciones, pero no fijó posición alguna.

Más allá de no lograr imponerse, algo que tampoco esperaban, en la Casa Rosada no había un mal clima. Por el contrario, mantenían anoche la expectativa de que Perotti se convirtiera en el segundo candidato más votado, por encima del socialista Miguel Lifschitz, aunque como fuerza política el kirchnerismo quedaba tercero. La ilusión estaba puesta en mejorar el caudal de votos que había conseguido Agustín Rossi en 2011, que terminó con el 22 por ciento. Incluso, en los despachos oficiales crecía la ilusión a partir de que Perotti hace apenas 45 días medía sólo 7 por ciento.

La prioridad del Gobierno y de Scioli será apuntalarlo para la elección general con la idea de quitarle votos a Miguel del Sel, el candidato de Mauricio Macri, con quien creen que puede disputar el electorado peronista. La necesidad del Gobierno es evitar que el líder de Pro consolide con una victoria en Santa Fe el próximo 14 de junio su proyecto presidencial, al que sumará el seguro triunfo en la ciudad el próximo domingo en las PASO y el 5 de julio en la general.

En el kirchnerismo ya se imaginaban ayer un desembarco de toda la plana mayor del Gobierno para la campaña que vendrá, con la presencia de los ministros del gabinete nacional. Hasta ahora, Cristina Kirchner apenas se involucró con un único acto que compartió con Perotti en la Casa Rosada. Esta mañana el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se encargará en su conferencia diaria de dedicarle sus dardos a Del Sel.

REDISEÑO EN MENDOZA

Otra historia comenzará a tejer a partir de ahora la Casa Rosada en Mendoza. Después de que la pelea entre la Presidenta y el gobernador Francisco "Paco" Pérez terminara con una primaria partida en tres, el Gobierno redefinía anoche la estrategia y ya anticipaba que apoyará a Adolfo Bermejo, ahijado del mandatario provincial, quien se impuso en la PASO del oficialismo.

"El ganador de nuestra PASO va a ser el candidato de Cristina", avisaban desde el kirchnerismo más puro, que tenía en el diputado Guillermo Carmona su cadidato en la interna del peronismo provincial. Con bandera blanca, Bermejo dijo sentirse "cerca" tanto de Cristina como de Scioli. Algo más para celebrar podría haber tenido el gobernador bonaerense, aliado de Pérez, aunque en su renovado ultra kirchnerismo evitó mostrarse en la previa junto a Bermejo para no alimentar nuevas internas con la Casa Rosada.

En la lectura del Gobierno, y con el apoyo ahora sí unificado del kirchnerismo, Bermejo se convertiría en un candidato competitivo frente a la alianza opositora mendocina para la elección general. De todas maneras, con los primeros cómputos, el peronismo quedaba muy lejos como espacio político en conjunto de la fórmula que presentó la UCR, con Alfredo Cornejo, que contó con el apoyo de Macri y de Sergio Massa.

Al cierre de esta edición, el Gobierno anunciaba que podrían llegar al 39 por ciento de los votos y achicar así la distancia con el radicalismo.