A Huracán, el Estadio San Juan del Bicentenario le sienta bien. En el mismo escenario que hace apenas un par de meses conquistó la Copa Argentina, el Globito volvió a darse cita con la gloria. Gracias a un tanto del chileno Edson Puch y las manos salvadoras de Marcos Díaz, el equipo de Néstor Apuzzo superó 1-0 a River y se consagró campeón de la Supercopa Argentina.

Así, el equipo de Parque Patricios sumó su tercer título en el profesionalismo y, a días de su eliminación de la Libertadores, se garantizó volver a jugar una copa: esta vez la próxima Sudamericana.

Por su lado, el conjunto de Marcelo Gallardo sumó un duro golpe y algunas dudas a sólo una semana del comienzo de la serie de Superclásicos ante Boca, aunque en la noche sanjuanina hizo méritos para al menos llegar al empate.

De hecho, el millonario había comenzado mucho mejor, frente a un rival que parecía todavía conmovido por la eliminación tempranera de la Libertadores. Lo llevó por delante en el tramo inicial, y no se puso en ventaja por errores propios en los últimos metros.

Huracán, mientras tanto resistía como podía hasta que, a los 21 minutos, el Pato Toranzo gestó una buena réplica sobre la derecha con un pase largo para Espinoza, quien dejó en el camino a Ramiro Funes Mori y tiró un centro atrás que se desvió en Matías Kranevitter; la chance le quedó a Puch y a la carrera la metió abajo y a la izquierda, fuera del alcance de Barovero.

El golpe anímico frenó a River, que no obstante seguía manejando la pelota y los tiempos del partido. Pese a no tener la misma intensidad, a los 24 se acercó al empate con un centro de Gonzalo Pity Martínez que Fernando Cavenaghi remató de manera imperfecta, a las manos del arquero.

Y a los 27 contó con otra posibilidad gracias a una llegada del uruguayo Carlos Sánchez, quien disparó con mucha potencia desde un ángulo cerrado, apenas arriba del travesaño.

Sin embargo, a los 43, Huracán tuvo otra réplica peligrosísima, otro pase punzante de Toranzo para el pique de Ramón Abila entre los centrales, aunque el goleador lo desperdició cara a cara con Barovero al intentar una definición sutil. 

El Globo contó en el segundo segmento con alguna aproximación aislada, pero el capítulo trató de la mejoría y la búsqueda del empate de River. A los 14, Martínez mató con el pecho un centro de Pisculichi y sacó un tiro cruzo que pasó cerca del poste izquierdo.

A los 21, otra buena intervención del volante en la ejecución de un tiro de esquina desde la izquierda al primer palo, donde el uruguayo Rodrigo Mora realizó un anticipo ofensivo y cruzó un cabezazo que estuvo a punto de vulnerar el ángulo, pero no.

Gallardo agotó los cambios en pos del gol que River necesitaba como el agua, pero la desesperación le jugó en contra y Huracán hizo lo que tenía que hacer, que era aguantar.

Sobre la hora, Marcos Díaz tapó al límite dos remates de cabeza de Mora y Cavenaghi, y así el equipo de Parque Patricios sumó una nueva estrella en su provincia favorita.