29 de abril de 2015
La oferta de productos se reduce por falta de dólares
El Cepo reduce variedad de la oferta de productos por falta de dólares y "lo que hay" se vende más caro en consecuencia los argentinos disponen de menos alternativas para elegir bienes de consumo, ya sea desde un simple celular hasta un 0km.
En algunos artículos, proliferan marcas inexistentes en otros países. Los pequeños comercios, grandes cadenas y concesionarias "defienden" ese menor stock subiendo los precios
De a poco, el Banco Central parece ir "surfeando" un escenario complejo, en el que los billetes verdes de la cosecha siguen llegando con extrema lentitud.
Tras los u$s4.300 millones que llegaron en concepto de "dólares chinos", ahora la mano la dio YPF que, gracias a la colocación de Obligaciones Negociables, le permitió al BCRA adquirir más de u$s600 millones en una sola jornada.
En este marco, el propio Alejandro Vanoli salió a ahuyentar los fantasmas de la escasez, afirmando que "estamos aumentando significativamente el pago de importaciones".
Pese al optimismo oficial, las compras al mundo acumulan el peor registro de los últimos cinco años, lo que ya ha derivado en problemas de stock para un amplio abanico de ramas de actividad, entre ellas la automtotriz y la electrónica.
Esta última, de hecho, está viviendo uno de los peores momentos desde que se sancionara la ley de promoción para impulsar el polo de Tierra del Fuego.
Desde la cámara que nuclea a las empresas instaladas en esa provincia austral vienen advirtiendo que, en lo que va del año, la entidad que conduce Vanoli les entregó la mitad de las divisas comprometidas inicialmente, lo que está dificultando la entrada al país de componentes e insumos, necesarios para que las fábricas trabajen con normalidad.
Si bien es cierto que la demanda ha bajado respecto a otros años, la realidad es que las importaciones se desplomaron en un nivel mucho mayor, lo que se está traduciendo en un fuerte achicamiento de los stocks de productos tecnológicos.
Esto, no sólo provoca faltantes de artículos en cadenas de retail sino que también contribuye a fogonear las subas de precios.
Esta situación se observa muy especialmente en el segmento de los celulares.
En lo que va de 2015, el desplome en el volumen de teléfonos que vienen ingresando al circuito comercial es "alarmante", según confió el directivo de una de las principales empresas que producen equipos en el país. Y atribuyó la fuerte baja a los problemas para contar con los dólares para efectuar el pago a los proveedores del exterior, en general, ubicados en países asiáticos.
Desde allí llegan todos los meses pantallas, teclados, baterías y placas para la fabricación de celulares en Tierra del Fuego.
El hecho de que el Banco Central esté priorizando el cuidado de las reservas -aun a costa de una caída en el ritmo de actividad-, provocó un derrumbe en la entrada al país de todos estos insumos necesarios para la producción de equipos, lo que llevó, consecuentemente, a una retracción de la oferta, tanto en términos de volumen como de variedad.
Según datos de Aduana, durante el primer bimestre del año entraron al circuito comercial apenas 778.000 celulares, lo que implicó un desplome de casi el 65% frente a los 2,1 millones de unidades que habían ingresado en el mismo período de 2014.
Esta pobre performance, que afecta a empresas y consumidores -que ahora enfrentan mayores precios y menor variedad-, fue consecuencia del accionar del BCRA, dado que el menor flujo de importaciones le ayudó a la entidad a resignar menos dólares para el pago de esos compromisos comerciales.
Según datos oficiales a los que accedió en exclusiva iProfesional, el ingreso de celulares en el arranque del 2014 representó importaciones por u$s411 millones. En cambio, este año y "cerrojo" mediante, el Central debió desprenderse de apenas u$s125 millones.
Es decir que, sólo por estos equipos, Vanoli se "ahorró" de entregar casi u$s300 millones.
Un dato a destacar es que se produjo una baja en el precio unitario promedio de los equipos que llegan de la isla y del exterior.
En el primer bimestre de 2014, el valor de cada unidad era de casi u$s200. En cambio, entre enero y febrero de este año, el precio promedio no alcanzó los u$s160.
Esto implicó una contracción de casi el 20%, una caída llamativa en un contexto en el que deberían comenzar a llegar al mercado dispositivos más avanzados y con tecnología 4G, en sintonía con el nuevo servicio que están empezando a brindar las "telcos".
Al analizar las causas por las cuales se redujo el precio unitario de importación, se observan dos efectos combinados: por un lado, las marcas más masivas comenzaron a ingresar equipos más económicos (como es el caso de Motorola, cuyo precio por unidad pasó de u$s245 a u$s186, lo que implicó una contracción del 24%).
Por otro, los importadores priorizaron la introducción de segundas marcas, de menor prestigio, en sintonía con un mercado en baja y que todavía padece por la pérdida del poder adquisitivo que tuvo lugar el año pasado.
Así es como en lo que va de 2015 proliferaron equipos de marcas como Woo, Zte, TCL o Top House, casi inexistentes en otras capitales del mundo pero que aquí pasaron a dominar cerca del 10% del mercado.
El centro de la polémica está en que, mientras el precio de importación baja, los valores al público no sólo no se reducen sino que aumentan, debido a que las restricciones a las importaciones llevan a las cadenas de retail a defender el menor stock aumentando los equipos que tienen disponibles al público.
A esto se suma -por cierto, una variable no menor-, la propia inercia inflacionaria de la economía.
Respecto de la tecnología con la que vienen equipados los celulares, los analistas también advierten sobre un preocupante atraso: el año pasado, el 75% de los modelos que ingresaron a la Argentina venían preparados para funcionar bajo el estándar 3G y menos del 10% respondían al sistema 4G.
En este contexto, la disponibilidad de equipos, tanto entre las compañías de telefonía como entre las cadenas de retail, se encuentra en plena contracción.
Desde AFARTE, la cámara que nuclea a fabricantes de tecnología, advirtieron a iProfesional que desde mediados de febrero hubo numerosos embarques con componentes para la producción de celulares que no pudieron ser despachados hacia la Argentina porque el BCRA limitó la entrega de dólares para el pago de compromisos.
"Esto está provocando faltantes en los comercios", advirtieron a este medio fuentes de la entidad:
En uno de los retailers más importantes de la Argentina, en enero de 2014 -es decir, previamente a la devaluación y al fortalecimiento de los controles cambiarios- se podían encontrar unos 102 modelos de celulares a la venta. De ese total, unos 52 correspondían a la marca Samsung
Hasta mediados de abril de este año, ese mismo retailer disponía de apenas 25 modelos para la venta.
Es decir que en ese lapso desaparecieron casi 80 versiones de teléfonos por lasrestricciones a las importaciones. Y, aquellos que se venden al público, son sustancialmente más caros.
Paralelamente, un relevamiento hecho en toda América Latina por la consultora IMS & Comscore, reveló que la Argentina es el país con menos usuarios de iPhone de la región debido, precisamente, a las restricciones a las importaciones, que generan que estos equipos se comercialicen en páginas web y no en tiendas oficiales.
Según el estudio, sólo el 11% de los dispositivos disponen del sistema operativo iOs, utilizado por Apple, una cifra que contrasta con el casi 40% de Chile o el 30% de Perú.
Lo que no se compra acá, se "tarjetea" afuera
En un contexto en el que el tipo de cambio avanza de a cuentagotas y que los salarios recién ahora comienzan a actualizarse, empresarios del sector advierten que las restricciones no hacen más que alentar a que los argentinos adquieran artículos tecnológicos fuera del país.
"Con el atraso cambiario y las trabas al ingreso de productos, la política oficial está empujando a que más turistas compren electrónica afuera", se quejó un directivo que forma parte de la comisión de CAMOCA.
De hecho, los saldos por gastos con tarjeta de crédito en moneda extranjera -que representan el 60% de los dólares que resigna el BCRA en concepto de "turismo"- vienen de tocar el mayor nivel desde noviembre de 2013
En el caso de los televisores LED también se está evidenciando una preocupante caída: en base a datos de Aduana se observa que durante el primer bimestre del año ingresaron al circuito comercial tan sólo 256.000 equipos.
Esto implicó un derrumbe del 52% respecto al mismo período del año anterior -cuando las importaciones habían superado el medio millón de unidades- y marca además una caída de casi 10% respecto a 2013
Mercado automotor: faltantes y largas demoras
La política del "cerrojo" a las importaciones también viene castigando a las automotrices envarios frentes: al limitarles la entrega de dólares, se están registrando complicaciones en elingreso de autopartes y de vehículos 0Km.
Además, por la propia limitación cambiaria impuesta por el BCRA, desde agosto del año pasado las filiales ubicadas en Brasil les cortaron el "chorro" a las terminales locales, que ahora no pueden importar a crédito.
Según datos de Abeceb, las compras al exterior de 0Km vienen cayendo a un ritmo del 50% promedio desde el mes de septiembre, lo que está impactando en la variedad de modelos ofrecidos, en los volúmenes de stock disponibles y en los precios, que acumulan subas de más del 50% en los últimos doce meses.
La imposibilidad de contar con los dólares necesarios para realizar compras al exterior llevó a que numerosas marcas se vieran forzadas a achicar el nivel de opciones disponibles.
Así, de las 1.300 versiones de 0Km que conformaban en 2013 el total de la oferta automotriz en la Argentina, se pasó a poco más de 800 que, además, no están disponibles en sutotalidad.
Una de las marcas que más achicó su oferta fue Audi: en pleno récord de ventas llegó a tener casi 250 opciones con entrega inmediata. Actualmente, en cambio, el listado de versionescon precio oficial no llega a las 90, con la salvedad de que muchas de esas solamente se traen a pedido.
Alfa Romeo también debió "racionar" los dólares y centrar su disponibilidad en menos modelos. Al día de hoy, considerando las diferentes configuraciones, dispone de 8 alternativas frente a las 16 de hace dos años.
Pero el corset que restringe la oferta no sólo pega entre las marcas de alta gama. También impacta entre las generalistas.
Ford, por ejemplo, ahora ofrece 61 versiones, casi 70 menos que en 2013. Sus modelos más golpeados por la falta de divisas son la Ranger y el Ka. De este último, sacó de la venta la anterior generación y la compañía no importó la nueva que se fabrica en Brasil.
En el caso de Fiat, también hubo un recorte importante en la oferta al público: de tener un total de 113 versiones se pasó a un portfolio de 81 opciones luego de que se discontinuaran cuatro modelos, entre ellos el Bravo, y se suprimieran algunas versiones del Palio.
El problema es que, de las opciones que figuran en la guía oficial de precios de ACARA, no todas se consiguen. Algunas automotrices ya no importan determinadas líneas pero lasmantienen en el listado y otras se traen sólo a pedido del cliente.
Tal es el caso de modelos de Volkswagen como CC, Passat y Tiguan, o las versiones tope de gama del Citroën Grand Picasso.
Frente a los números rojos que arroja el sector, directivos de ACARA vienen alertando que si no hubiese restricciones a las importaciones, los patentamientos hoy serían mucho más elevados, porque habría un mayor stock.
"La falta de modelos es y seguirá siendo un problema durante todo el año. Y esta será una de las principales causas por las cuales las ventas caerán respecto de 2014", afirmó Gonzalo Dalmasso, analista de Abeceb.
Además, las demoras en las entregas -que ya superan los tres meses para determinados modelos- están generando que aquel concesionario que tenga unidades en stock de una versión "escasa", haga valer la diferencia aumentando los precios.
Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el VW Vento. Según el listado oficial de ACARA, los valores van de los $222.000 a los $277.000. Sin embargo, como es un vehículo que entra de a cuentagotas, entonces hay fuertes distorsiones en el mercado.
Por ejemplo, una agencia oficial de Zona Norte, por una versión Advance Summer Pack con entrega inmediata, pide $273.000, casi $40.000 más que el precio sugerido por la marca.
En el caso de que un comprador opte por un Vento equipado con caja automática Triptronic, podrá esperar a que llegue el embarque -sin fecha confirmada-, o tener una unidad de manera rápida pagando previamente un "plus" de $46.000.
Así las cosas, la política oficial -tendiente a preservar las reservas de cara a las elecciones presidenciales-, está generando consecuencias negativas en dos de los sectores que supieron constituirse en grandes abanderados del modelo K, como el automotriz y eltecnológico.
Pero uno de los efectos más amargos para el Gobierno es que el "cerrojo" importador, que ayuda a cuidar los dólares, es también uno de los principales impedimentos para que en este 2015 pueda reeditarse un "mini boom" consumista.
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