Hace algunos minutos, trascendió que Alberto Fernández será trasladado al Sanatorio Otamendi por fuerte dolores de espalda. Si bien se maneja un gran hermetismo en torno al tema, se conoció que la custodia presidencial arribó al centro de salud poco después de las 19 para preparar el arribo del jefe de Estado.

El mandatario debe prestarle especial atención a todos los síntomas manifestados en la zona abdominal y pectoral, luego de que en junio de 2019 -poco antes de ser electo, primero como candidato y luego como presidente- sufrió un tromboembolismo pulmonar subsegmentario con infarto pulmonar izquierdo.

En su momento, Fernández se enojó con la difusión de su cuadro real de salud,  y buscó minimizarlo:  "El lunes tuve un día bastante agitado, me reuní con Matías Lammens, con Felipe Solá, con el gobernador de La Rioja; ese día tuve mucha tos, una tos seca, y me dolía mucho la espalda. Entonces lo llamé a mi médico, uno de los médicos que forman parte del staff del Otamendi, y me dijo que vaya", detalló.

Además de ese antecedente de 2008, el ahora presidente mencionó que su madre y su hermana sufrieron tromboembolismos en las piernas.

En noviembre del año pasado, el Presidente permaneció unas horas internado luego de que sufriera un desmayo durante una cumbre presidencial en Bali, Indonesia. Fernández sintió mareos en la cumbre del G20 y lo que primero se enmarcó como un cuadro de hipotensión fue, en definitiva, una gastritis erosiva, según se informó más tarde.

"Por tal motivo se realizará un bloqueo radicular programada en 48 / 72 horas. Se le indica reposo y adecuar sus actividades en la RESIDENCIA PRESIDENCIAL DE OLIVOS (R.P.O.). Se mantendrá informada a la opinión pública", sostiene el escrito.

El mandatario ingresó en horas de la noche al nosocomio por un fuerte dolor de espalda. En un primer comunicado, el equipo médico dio a conocer que presentaba "un cuadro de dolor lumbar agudo".

Por ese motivo, "se le realizarán todos los estudios correspondientes con el fin de poder administrarle un tratamiento específico", aclaraba el texto que lleva la firma del doctor Federico Saavedra, médico personal de Fernández desde hace al menos una década y profesional a cargo de la Unidad Médica Presidencial.

El mandatario había concurrido al mismo nosocomio en noviembre pasado, luego de cancelar su discurso ante el G-20 en Bali, Indonesia, por una descompensación causada por un sangrado digestivo que le provocó gastritis erosiva.

En esa ocasión, Fernández se realizó una endoscopia, cuyo resultado no halló lesiones con sangrado activo.

Agenda

Este martes, el presidente llevó adelante su agenda oficial con normalidad. Entre sus actividades, estuvo la designación de la abogada Verónica Gómez al frente de la Oficina Anticorrupción.

La flamante funcionaria nacional se recibió con diploma de honor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1996.

Al dar a conocer la noticia, el Gobierno destacó que Gómez "realizó cursos de posgrado en Derecho Constitucional y Derechos Humanos (Universidad de Palermo), y en Género y Derecho (UBA)".

"La nueva titular de la Oficina Anticorrupción ha desarrollado su carrera en diversos ámbitos de la esfera pública. Fue directora general de Empleo y Capacitación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", agregó el texto difundido.

Antes de ser designada, la abogada se desempeñaba como asesora en materia de derecho constitucional, derechos humanos y género en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires