Cristina de Kirchner tiene en su escritorio la decisión sobre qué hacer con el medio aguinaldo y el Impuesto a las Ganancias, que debe pagarse en 14 días. Las opciones que se manejan son tres: liberar, como en diciembre del año pasado, la presión del impuesto a quienes ganen hasta $35.000 mensuales; que la liberación sea a una cifra menor, o directamente no modificar la situación actual y que sólo se beneficien los que fueron alcanzados con las mejoras anunciadas por el Gobierno el mes pasado.

De tomar alguna de las primeras dos opciones, el Gobierno lo debería anunciar en los próximos días, antes del 30 de junio, cuando las empresas deben liquidar el medio aguinaldo según la nueva ley que el Congreso aprobó el año pasado y que obliga a realizar el pago en esa fecha y antes del 18 de diciembre de cada año para la segunda mitad del sueldo anual complementario.
 

En general, especialmente en el sector privado, ya se anunció que la liquidación de junio se concretará con el pago del salario de junio que se recibirá hasta los primeros días hábiles de julio; con lo que las gerencias de relaciones laborales y de personal están ya comenzando con las complejas liquidaciones mensuales de sueldos. Por esto el Gobierno está ya en tiempo de documentar si quiere tomar algún tipo de decisión en este sentido. 
 

Nuevamente, como siempre sucede en este tipo de medidas, hay dos visiones sobre qué dirección tomar. Desde el ala política, especialmente entre los que son candidatos para las próximas elecciones (en cualquiera de sus variantes), se presiona para que la decisión presidencial sea la más amplia posible ya que, se sabe, cada vez que desde la Casa de Gobierno se anuncian estas mejoras, automáticamente el ritmo de apoyo electoral al oficialismo crece de manera exponencial.

En el otro rincón de los asesoramientos presidenciales se ubica el Ministerio de Economía de Axel Kicillof. En el Palacio de Hacienda se considera que las mejoras anunciadas a comienzos de mayo pasado, y que alcanzan a los trabajadores en relación de dependencia que a agosto de 2013 hayan tenido salarios brutos de entre 15.000 y 25.000 pesos, también tendrían mejoras en el pago del medio aguinaldo. Se cree también que cualquier mejora extra irá a reforzar los ingresos de sectores que tienen cierta capacidad de atesoramiento y que ese dinero puede terminar con mayores presiones sobre el dólar "ahorro", reduciendo las reservas del Banco Central.
 

Se afirma desde las huestes de Axel Kicillof, que gran parte de los potenciales beneficiarios (o más bien todos), se encolumnan entre la clase media urbana que políticamente "no nos vota", según la definición que un alto funcionario de Economía decía a comienzos de mayo, cuando se presentó el tope de 25.000 pesos mensuales de sueldo a agosto de 2013 para recibir los beneficios de Ganancias.

Fuente:Agencias de Buenos AIres